Cómo enfrentar los desafíos que vienen con la irrupción de la tecnología en la educación

La revolución digital ha traído nuevas dinámicas de aprendizaje, las cuales plantean una serie de retos que debemos considerar en la educación.

La irrupción de la tecnología en la educación plantea nuevos escenarios (Colegio Ikigai de CDMX)

La incorporación de la tecnología en varios ámbitos de la vida humana ha planteado consigo diferentes escenarios que anteriormente no eran pensados: proyectar imágenes para dar referencia de lo que se está hablando, grabar las clases, tomar fotografías, exponer mediante videos, asistir a clases virtuales, tener al alcance un sinnúmero de referencias académicas por medio de internet, elaborar escritos por medio de Inteligencia Artificial, son sólo algunos ejemplos de la irrupción de la tecnología en la educación.

No obstante, la academia no se ha quedado estancada y ha evolucionado constantemente. Desde el tradicional pizarrón hacia herramientas audiovisuales y tecnologías digitales que abrieron la puerta a una nueva era denominada por algunos expertos como la era de la información o la tecnología inteligente.

¿Es necesario cambiar el sistema educativo?

Primero que todo es pertinente señalar las principales diferencias entre la educación tradicional y la digital, como lo expresó Andrés Núñez Álvarez, Doctor en Educación de Florida State University, en la tradicional se prioriza la transmisión y memorización de datos e información, el uso de la tecnología es ineficiente, el profesor es el portador del conocimiento, y no se abordan escenarios que permitan el desarrollo del pensamiento crítico. Por otro lado, en el modelo digital el profesor es un guía en el aprendizaje, no es el dueño del conocimiento permitiendo el desarrollo del pensamiento crítico permitiendo la inclusión de la tecnología.

Estudiantes de Oaxaca toman clases en una escuela rural (Cuartoscuro)

Con este panorama, la directora de la Dirección de Educación Digital de la Universidad del Rosario de Colombia, Cielo Mancera, ha recomendado un enfoque innovador para afrontar los desafíos digitales de la educación. Enfatiza en la necesidad de una reinvención del papel del docente, el desarrollo de competencias acordes a la Educación digital e integración de la inteligencia artificial en la enseñanza.

Para abordar la era de la revolución digital, Mancera propone que los profesores evolucionen hacia el rol de diseñadores de experiencias de aprendizaje y facilitadores, fomentando ambientes educativos seguros y eficaces para el desarrollo de habilidades críticas. Además, recalca la importancia de habilidades como el pensamiento crítico, la flexibilidad y la inteligencia emocional en la formación educativa actual.

¿Qué pasa con la Inteligencia Artificial?

En lo que respecta a la inteligencia artificial, herramientas como ChatGPT presentan tanto desafíos como oportunidades para la docencia. Mancera destaca que la IA puede ser un aliado en la creación de propuestas educativas y subraya que “tanto profesores como estudiantes se encuentran en el centro de la discusión digital, ya que su dinámica de interacción será determinante” en el proceso de aprendizaje.

El uso de la Inteligencia Artificial será determinante en la educación (Pexels)

La transformación educativa en la era digital requiere entonces una amplia renovación de competencias para profesores y estudiantes, siendo la empatía, la creatividad y el dominio tecnológico algunos de los aspectos cruciales en este proceso. Con el avance de la revolución digital, el Foro Económico Mundial destaca la importancia del pensamiento analítico, la resiliencia y la apertura al aprendizaje continuo como habilidades clave. Además, subraya la relevancia de la inteligencia artificial en la educación, proponiéndola como una herramienta colaborativa en el diseño de propuestas educativas.

Finalmente, se podría concluir que los educadores deberían pasar de ser meros transmisores de conocimientos a convertirse en diseñadores de entornos de aprendizaje y facilitadores del desarrollo autónomo de los estudiantes. Este cambio implica el fomento de la autonomía estudiantil y la creación de espacios educativos que promuevan la seguridad y la pertinencia en un contexto en constante cambio. Las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), junto con el big data y los sistemas de aprendizaje profundo, cobran especial importancia dentro de las aulas modernas.