Recientemente, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, volvió a abordar el conflicto entre Israel y Palestina, proponiendo la realización de un concierto en Bogotá y otras ciudades colombianas.
La reacción del jefe de Estado surgió a raíz de una publicación del cantante puertorriqueño René Pérez, conocido como Residente, quien instó al gremio de artistas urbanos a rechazar el “genocidio del pueblo palestino” y a compartir contenido que no estuviera relacionado con sus carreras, sino con los niños que están siendo afectados en Palestina.
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En respaldo al cantante, Petro lo invitó a participar en un “gran concierto contra el genocidio y por la vida”, comenzando en Bogotá. El propósito del evento, según el presidente, sería que “desde Bogotá saliera un grito de humanidad contra la infamia”, extendiendo después la convocatoria a otras ciudades como Medellín, Cali y Barranquilla.
“Encontrarnos en medio del arte y de la música a juntarnos para gritar Basta, ¡detenga la matanza señor Matanza!”, expresó el presidente en su cuenta de la red social X.
“Me gustaría que Rene y todo el que quiera usar el arte para criticar el genocidio contra el pueblo palestino me acompañaran en la plaza de Bolívar o en el parque Simón Bolívar de Bogotá en una gran concierto contra el genocidio y por la vida. Que de Bogotá saliera un grito de humanidad contra la infamia. Y que de allí fueramos a Medellín, a Cali y a Barranquilla y las regiones de Colombia salieran en caravanas a encontrarnos en medio del arte y de la música a juntarnos para gritar Basta, ¡detenga la matanza señor Matanza!”, dijo el presidente en su cuenta oficial de X.
Desde la incursión de Hamás en Israel el 7 de octubre del año pasado, seguida de la respuesta armada de Israel, el conflicto ha experimentado un recrudecimiento que ha dejado miles de víctimas, incluyendo civiles y menores de edad.
Cabe señalar que la última vez que el presidente se refirió al conflicto entre palestinos e israelíes fue durante un evento local el 21 de diciembre de 2024 que se llevó a cabo desde Ibagué (Tolima), en medio de las festividades navideñas. Sus declaraciones suscitaron controversia al hablar de bombardeos en la región donde nació Jesús.
Durante su discurso, hizo referencia a la Nochebuena y al pesebre, en el que destacó la tragedia de los bombardeos que, según sus palabras, afectan incluso a los símbolos religiosos como la virgen, San José y el Niño Dios.
Petro expresó su consternación al afirmar que en el mismo lugar donde se celebra el nacimiento de Jesús, se están llevando a cabo bombardeos que resultan en la pérdida de vidas, incluidos niños. Utilizó términos como “niños Jesús” y “niños Dios” para subrayar la gravedad de la situación y señalar la ironía de los ataques en una época tan significativa desde el punto de vista religioso.
“Por eso hay un bombardeo sobre bebés allá donde nació Jesús, ahora que va a haber Nochebuena, allá mismo están bombardeando y matando miles y miles de niños. Podríamos decir niños como Jesús, podríamos decir con propiedad ‘niños Dios’. Lo están bombardeando al Niño Dios y nadie se opone desde las esferas del poder mundial”, dijo el presidente Petro.
Además, el mandatario lamentó la falta de oposición desde los dominios políticos ante lo que él describió como un ataque indiscriminado que afecta incluso a figuras icónicas como el burro y el buey del pesebre. Petro hizo hincapié en la importancia de no permanecer en silencio ante estas situaciones y denunció la indolencia e indiferencia que percibe en la respuesta política internacional.
“Estamos viendo ante nuestros ojos cómo cae una bomba en el pesebre y no sobrevive ni el burro, ni el buey, ni la virgen, ni san José, ni el Niño Dios; y todos andamos en silencio”, agregó Petro en su discurso.
En sus declaraciones, el presidente también destacó la conexión entre el conflicto actual y el sufrimiento histórico, utilizando la misma sangre como metáfora para ilustrar la continuidad del dolor en la región. Para Petro, esta situación no se trata solo del estado de ánimo de una persona, sino de una concepción política que, según él, refleja una falta de sensibilidad ante el sufrimiento humano.
“En el mismo sitio y con la misma sangre, eso se llama indolencia e indiferencia ante el dolor, y eso tiene que ver, no con un estado de ánimo de una persona, sino con una concepción política”.