Un preocupante informe realizado entre el Banco Mundial y UNICEF reveló que el 80% de los alumnos de sexto grado en América Latina y el Caribe son incapaces de comprender un texto sencillo como este artículo. El análisis apunta a que la pandemia por el COVID-19 ha intensificado la crisis educativa en la región, marcando la experiencia más grave en términos de acceso y calidad de la educación en la historia reciente, y que podría tener repercusiones permanentes en la sociedad.
La crisis educacional se ha invisibilizado, en gran parte, debido a su naturaleza no inmediata, pero los resultados del informe demuestran la magnitud del problema: los niños menores de 10 años enfrentan serias dificultades para la lectura, una habilidad fundamental para el aprendizaje continuo y el desarrollo personal.
Tras la reapertura de las instituciones educativas después de largos meses de inactividad presencial por la pandemia, se observa que muchos estudiantes han regresado a las aulas pero están aprendiendo muy poco. “La pérdida de aprendizaje fue tan grave que ahora, a muchos, les resulta casi imposible seguir la clase” señala el informe publicado por la UNICEF.
Adicionalmente se evidencia que en el contexto actual, las comunidades desfavorecidas, especialmente las poblaciones indígenas y afrodescendientes, evidencian un riesgo creciente de deserción escolar. Los miembros de estos grupos se ven particularmente afectados por esta falta de aprendizaje, lo cual puede conducir a una desigualdad educativa todavía mayor.
Problema a futuro
Esta situación es crítica ya que los efectos de esta interrupción educativa se reflejan no solo en el desempeño académico sino también en las proyecciones de futuro para estos niños. La educación actúa como un pilar fundamental para el desarrollo individual y colectivo, y al estar en riesgo se comprometen oportunidades vitales que afectan la equidad y la inclusión social.
En una proyección a diez años, con este panorama, se podría prever que aquellos que hoy no saben leer enfrentarían grandes barreras para incorporarse al mercado laboral o acceder a la educación superior, aumentar la mano de obra no calificada, desempleo, pobreza, criminalidad y migración forzada e irregular.
¿Qué se está haciendo?
Veinte naciones de América Latina y el Caribe reconocieron los desafíos de actualizar los sistemas educativos para enfrentar crisis socioeconómicas durante la Cumbre para la Transformación de la Educación de 2022. La necesidad de capacitación docente fue uno de los puntos clave acordados por los países participantes en el evento impulsado por el Secretario General de las Naciones Unidas. No obstante, a pesar del consenso, las acciones concretas y sostenibles para implementar las mejoras necesarias han sido limitadas y la mayoría de los programas aplicados hasta ahora son temporales o de alcance reducido.
La cumbre puso de manifiesto la urgencia de invertir en educación. Los especialistas señalan que, para lograr un cambio efectivo, es esencial disponer de más fondos, expandir el alcance de los programas educativos y acelerar el proceso de mejora e innovación. La unanimidad mostrada en la cumbre ilustra la conciencia colectiva de la importancia del tema, pero el avance hacia objetivos concretos y duraderos aún está pendiente en muchos de los estados involucrados.