El Servicio Geológico Colombiano (SGC) reportó un temblor de magnitud 3.1 este 29 de diciembre, con epicentro en el municipio de El Cantón del San Pablo (Managrú), en el departamento de Chocó. Este fenómeno natural se suma a otro sismo que se registró en Zapatoca, Santander, zona altamente sísmica, teniendo en cuenta la existencia del nido sísmico de Bucaramanga.
Frente al sismo ocurrido en El Cantón de San Pablo a las 7:42 de la mañana, la entidad explicó que tuvo una profundidad superficial, es decir, menor a treinta kilómetros; así mismo, a través de la plataforma Sismo Sentido del Servicio Geológico Colombiano, se reportó que fue sentido levemente en el municipio de Bello, Antioquia.
Mientras tanto, frente a los otros dos sismos, se pudo establecer que uno tuvo como epicentro Zapatoca, Santander a las 6:53 de la mañana, con una magnitud de 3.0 a una profundidad de 146 kilómetros, así mismo, el otro temblor tuvo lugar en Venadillo, Tolima sobre las 7:33 de la mañana, de magnitud 2.4 y con una profundidad de 16 kilómetros.
Es importante tener en cuenta que, según el SGC en Colombia se pueden registrar hasta 80 sismos diarios, sin embargo, no todos son perceptibles e incluso reportados por la entidad, aunque esto depende de otros factores como zonas de epicentro y profundidad de los mismos.
Colombia es una tierra de temblores
En Colombia, los especialistas enfatizan la significativa vulnerabilidad del país a los terremotos debido a su posición geográfica. Se destaca que alrededor del 80% de los habitantes reside en zonas montañosas propensas a la sismicidad; este factor, sumado a la ubicación del país sobre las placas tectónicas de Nazca y Sudamericana, incrementa notablemente el riesgo de sismos en el territorio nacional.
El país se asienta en una región altamente susceptible a movimientos telúricos. La convergencia de las placas de Nazca y la Sudamericana es un factor clave en la generación de actividad sísmica. Estas placas son fundamentales en la dinámica tectónica que afecta particularmente a la región andina, donde una vasta mayoría de la población colombiana hace su vida diaria.
Se podría considerar que, la topografía montañosa, típica de las cordilleras que atraviesan gran parte del Colombia, no solo presenta desafíos para el desarrollo urbano, sino que también amplifica las consecuencias potenciales que un sismo pueda causar.
El director de Geoamenazas del Servicio Geológico Colombiano (SGC), John Makario Londoño Bonilla expuso en Infobae:
“El Servicio Geológico Colombiano cuenta con redes de monitoreo; tenemos la red sísmica nacional, las estaciones sísmicas, tenemos redes más locales en los observatorios vulcanológicos y sismológicos de Manizales, Pasto y Popayán, que se encargan no solamente del monitoreo de sus volcanes, sino también, de la sismicidad en sus alrededores”.
En función de lo explicado anteriormente, en Colombia, segundo a segundo tiembla, empero, algunas regiones presentan mayor actividad de esta índole, resaltando las que se encuentran sobre las cordilleras y en el litoral pacífico, tal como lo explica Londoño Bonilla.
Qué debe tener un kit de emergencias para un temblor
Si bien existe un creciente interés en desarrollar tecnologías que permitan predecir terremotos, expertos en la materia destacan la importancia de la prevención como medida esencial; pues la prevención implica acciones concretas antes, durante y después de los eventos sísmicos para garantizar la seguridad y el bienestar de la población.
La Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y Desastres explicó:
- Un celular con batería adicional
- Papel y lapicero
- Navaja multiuso
- Kit de primeros auxilios
- Maleta impermeable
- Pilas o baterías
- Radio de pilas
- Linterna
- Botella de agua potable
- Silbato o pito
- Medicamentos básicos (analgésicos o los necesarios de los integrantes de la familia)
- Alimentos no perecederos
- Tapabocas
- Documentos de identificación