Esta es la historia de Van Camp’s en Colombia: la empresa se vio envuelta en un escándalo por presunto abuso laboral

Graves denuncias contra la multinacional Seatech International, que se encarga de fabricar el atún Van Camp’s, han puesto en el radar los derechos laborales de los trabajadores en Colombia.

La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, aseguró que, luego de algunas visitas que se adelantaron en la plata de producción en Cartagena (Bolívar), identificaron que las trabajadoras se ven obligadas a usar pañal para no ir al baño, porque el tiempo que tardan en hacer sus necesidades es contabilizado, y luego, descontado de sus salarios.

La compañía negó las acusaciones en un comunicado: “No se puede atacar y estigmatizar a una compañía de esa manera. Esto atenta contra los más de 35 años de labores, de aporte al país y de generación digna de empleo. La compañía y sus 1.800 colaboradores, reiteran que lo señalado no es cierto y procederá a defenderse de este ataque bajo la ley y normatividad vigente en Colombia”.

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Mientras tanto, testimonios de empleadas de la planta de producción que reforzarían las denuncias de la ministra han salido a la luz. En medio de la gran controversia, personajes públicos han tomado una posición al respecto y manifestado su apoyo o rechazo a la empresa en cuestión.

Entonces, surge el interrogante de quién está al mando de 1.800 empleados que actualmente laboran en la planta de Cartagena. De acuerdo con KienyKe, la atunera Van Camp’s empezó a funcionar en 1914, en Estados Unidos; inicialmente se llamó Tuna Canning Company, y entonces fue adquirida por Frank Van Camp, el empresario que la convirtió en Van Camp’s Seafood Company.

Años después, en 1963, la Industria Ecuatoriana Productora de Alimentos (Inepaca), cuyo gerente es Carlos Zárate Sánchez, adquirió a la multinacional Seatech Internacional, que ahora se encarga de la producción de atún Van Camp’s en Colombia. Fue hasta 1991 que en la zona industrial de Cartagena, donde apenas había un lote, se instaló la planta de producción que hoy es motivo de escándalo.

Para poder empezar con la producción en Colombia fue necesario lograr que los buques superatuneros llegaran hasta la zona industrial de Cartagena. Para ello, “se dragaron 600.000 metros cúbicos de roca coralina y se construyó un muelle de 120 metros de largo por 15 metros de ancho. Para el procesamiento se levantaron edificaciones en un área superior a los 18.000 metros cuadrados”, detalla el sitio oficial de Seatech Internacional.

En la página, se describe a los empleados como personas con “disciplina y responsabilidad” enfocados en satisfacer las “necesidades” de los clientes, tanto nacionales como internacionales. Es un “excelente equipo humano que (sic) vela además por la conservación del medio ambiente y de especies marinas, como el delfín, brindando a la sociedad un ambiente sano con desarrollo sostenible”.

La idea de expansión en Colombia fue de Carlos Zárate Sánchez, que es tío de Augusto Zárate Gutiérrez, uno de los representantes legales a cargo de Seatech International, que, a su vez, es hijo Gabriel Humberto Zárate Sánchez, cofundador de Davivienda. El presidente de la multinacional en el país es Diego Canelos Velasco.

De acuerdo con Pacifista, tanto Augusto Zárate como Gabriel Zárate tienen una vasta influencia política en Colombia, pues figuraron como aportantes en importantes campañas electorales del país. El medio indicó que, para 2006, cada uno inyectó 100 millones de pesos a la campaña de reelección del expresidente Álvaro Uribe Vélez.

En 2014, el cofundador de Davivienda aportó 30 millones de pesos a la campaña presidencial de Marta Lucía Ramírez, por el partido Conservador. Luego, ese mismo año, los dos empresarios mencionados entregaron más de 200.000 pesos a 85 candidatos de la lista cerrada del Centro Democrático. Augusto Zárate y otros empleadores también apoyaron económicamente la campaña presidencial de Óscar Iván Zuluaga en 2014 con 100 millones de pesos.