Bogotá se enfrenta a un escenario financiero crítico que ha encendido las alarmas en la administración entrante de Carlos Fernando Galán.
Uno de los temas prominentes es el aumento propuesto en las tarifas del servicio de transporte público, un ajuste que no pasa desapercibido para los ciudadanos. Este incremento, aprobado en el presupuesto municipal, establece una tarifa de $3.100 pesos.
En detalle, la troncal ($2,950), y el zonal ($2,750) sufrirán un aumento tarifario con el que se pretende que dichos precios se estandarice a un único precio.
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Este aumento representa una carga sustancial para los ciudadanos y plantea la preocupación de que el 10% del presupuesto de la ciudad se destine a cubrir el déficit del sistema de transporte público, que asciende a más de 3,1 billones de pesos, según lo expuso el alcalde electo Carlos Fernando Galán, en conversaciones con Noticias Caracol
El alcalde, consciente de la inquietud ciudadana, aborda la cuestión desde una perspectiva de eficiencia operativa, según indica él.
Pese a eso, se plantea la necesidad de revisar y mejorar la operación del sistema para evitar que el aumento de tarifas se convierta en una solución única. La reducción de prácticas ilegales, como el ingreso no autorizado al transporte público, se presenta como una estrategia clave para mantener la tarifa a un nivel razonable.
La sostenibilidad del sistema de transporte público no es solo una preocupación financiera, sino también un factor determinante en la movilidad y calidad de vida de los ciudadanos. El alcalde enfatiza la importancia de evitar que el costo del sistema sea un obstáculo para el acceso de la población al transporte público, destacando que los aumentos indiscriminados podrían provocar una disminución en la cantidad de usuarios.
Sin embargo, el panorama financiero no se limita al transporte público. Otro aspecto crucial es el aumento proyectado en las tarifas de aseo debido a la actualización del Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos. Esta actualización, si bien puede tener beneficios a largo plazo en términos de una mejor gestión de residuos, según indicó Galán en Noticias Caracol, plantea un dilema inmediato para los ciudadanos, quienes podrían enfrentar un aumento del 15% en algunas áreas.
La administración saliente dejó una obligación ya establecida, y el alcalde subraya que este primer golpe financiero no es de su autoría, pero es una realidad con la que deben lidiar, denuncia el Alcalde electo de Bogotá.
En una reunión con el presidente de la República, se discutió la necesidad de encontrar soluciones no solo para Bogotá, sino también para otras ciudades que enfrentan desafíos similares en la financiación de sistemas de transporte público. Se plantea la posibilidad de buscar una financiación más robusta que permita operar los sistemas sin aumentar la carga sobre los usuarios.
“Uno de los temas que, debo decir, hablé con el presidente de la República cuando me reuní con él... tiene que ver con Bogotá y con varias ciudades. Es ver cómo logramos una financiación de los sistemas de transporte que sea mucho más, digamos, que logre cumplir la meta de que operen los sistemas, que haya buena calidad de servicio, pero que reduzcamos el impacto que tenemos en el usuario. Que es, en cierta forma, uno de los problemas. Una de las razones por las cuales un agente se ha bajado al sistema de transporte público ha sido por el costo que tiene el sistema de transporte público”, sostuvo Galán en entrevista con Noticias Caracol.
El desafío financiero en Bogotá no solo se centra en la movilidad y la gestión de residuos, sino que también tiene ramificaciones en la seguridad ciudadana. La presencia de puntos críticos de basura ha contribuido a condiciones urbanas menos seguras, y mejorar estas situaciones implica exigir más a los operadores de servicios, lo cual también tiene un costo asociado.