Un reciente estudio elaborado por la Universidad de Los Andes arroja luz sobre los posibles impactos de la reforma pensional y, al mismo tiempo, le hace algunas sugerencias clave a este proyecto, que está suspendido en el congreso por las vacaciones del legislativo desde el 16 de diciembre, pero que ha sido controversial desde que el Gobierno Petro lo propuso.
El análisis, centrado en la necesidad de abordar los desafíos más complejos del sistema de pensiones en Colombia, destaca la importancia de ir más allá de las propuestas actuales.
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Uno de los aspectos más destacados del informe se centra en evaluar los efectos de aumentar la edad de pensión en el país. En respuesta a un aumento en la esperanza de vida, el informe argumenta que es esencial equilibrar los años de contribución con los años de disfrute de la pensión para garantizar la sostenibilidad financiera del sistema.
El documento resalta que cuando se establecieron las bases del actual sistema pensional, en 1993, la esperanza de vida era de 69 años. No obstante, ya han pasado 30 años desde ese momento; entonces, “mientras discutimos esta reforma, la cifra subió a 77, y dentro de 30 años más habrá subido a 83″, se lee en el documento elaborado por Oscar Becerra, Daniel Mantilla y Marc Hofstetter, profesores de Economía de uno de los mejores centros educativos del país.
En este contexto, plantean la necesidad de considerar un aumento de tres años en la edad de pensión en Colombia tanto para hombres como para mujeres. Según los tres profesores, cambiar la edad mínima no solo le da estabilidad financiera al sistema, sino que “un mayor número de personas lograría las semanas necesarias”.
Otras recomendaciones a la reforma laboral
Entre las sugerencias específicas del informe, se propone reducir el umbral de Colpensiones de 3 a 1,5 salarios mínimos. Uno de los puntos principales de la reforma que se debate es que todas las personas deberán contribuir al esquema de reparto manejado por el Estado en sus tres primeros salarios mínimos, quienes ganen más de eso podrán decidir si cotizar el resto de su salario en un fondo privado o hacerlo todo en el público. Disminuir el umbral, dicen los expertos, “permitiría que el Estado garantice niveles de ingreso básico para los pensionados contribuiría a suavizar el costo fiscal entre generaciones”.
Otra de las propuestas es mantener las semanas de cotización de las mujeres en 1.300. El proyecto del Gobierno Petro inicialmente propone dar un bono de 50 semanas a las madres por cada hijo que tengan (hasta los tres hijos), esto “como compensación a las labores de cuidado no remunerado que han penalizado históricamente a las mujeres”, según ha manifestado la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez.
Entonces, los expertos consideran que, de agregarse dicho bono, se debería mantener el mismo nivel de semanas cotizadas tanto para los mujeres como para los hombres y no bajar este nivel. Cabe resaltar que hace unos meses la Procuraduría había manifestado su apoyo a la propuesta del especialista en derecho constitucional, Diego López, que proponía bajar las semanas de cotización a 1.150 para las mujeres, bajo el mismo argumento de las labores del cuidado no remuneradas que realizan las mujeres.
Las mujeres cotizan, en promedio, menos semanas que los hombres debido a que sus trabajos remunerados son por menos tiempo. Según el Dane, el 19% de las mujeres en Colombia trabaja menos de medio tiempo; mientras que solo el 8% de los hombres trabaja en estas condiciones.
El informe enfatiza la necesidad imperante de la reforma, describiendo el sistema pensional colombiano como “excluyente, regresivo e ineficiente”. Actualmente, solo una de cada cuatro personas mayores acceden a una pensión contributiva.
El informe concluye proponiendo un enfoque más equitativo, sobre todo por las cargas que asumen las generación. El diseño del fondo de ahorro debería promover una distribución más equitativa de las responsabilidades del déficit pensional entre las generaciones. Esto se podría hacer, citan los expertos, “a través de “cuentas generacionales” en las que los recursos que contribuyó cada generación al fondo solo se usen para el pago de pensiones de esa generación.