Tal vez la noticia más impresionante de 2023 fue la travesía de cuarenta días que vivieron cuatro niños en las selvas colombianas. Un accidente de avioneta, el primero de mayo, fue la puerta de entrada a una historia tan dramática como sorprendente. No es para menos, Lesly Jacobombaire Mucutuy, de 13 años; Soleiny Jacobombaire Mucutuy, de 9; Tien Noriel Ranoque Mucutuy, de 4, y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de un año, sobrevivieron milagrosamente a la caída de la aeronave en la que viajaban con su madre y a una selva virgen y espesa.
La prensa, en Colombia y en el mundo, centraron su atención en los cuarenta días que las fuerzas del Estado y el país se enfocaron en un solo objetivo: encontrar a los hermanos Mucutuy, que finalmente aparecieron el 9 de mayo. La noticia ocupó los titulares a lo largo y ancho del globo: un milagro en la selva. Días después de que aparecieron los niños, el presidente Gustavo Petro anunciaba que buscaría cómo contar la historia e incluso conversó con un reconocido productor ganador de un Oscar para que liderara el proyecto.
Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel y en Google News.
La historia lo tiene todo para contarse en el cine. Eso lo entendió Gustavo Nieto Roa, un veterano y reconocido director de cine colombiano, que “se dio la pela” por contarla con la información que fue apareciendo en los medios. Infobae Colombia habló con él en octubre de 2023, cuando estaban ultimando los detalles de postproducción.
El 7 de diciembre se reveló el primer adelanto de la película, que se estrenará el 7 de marzo de 2024 en Colombia, según se anunció el 22 de diciembre de 2023.
La historia de los hermanos Mucutuy es impresionante por dónde se vea, ¿por qué la premura en contarla en una película?
Gustavo Nieto Roa (G.N.R.): Tú, como periodista, sabes que todo tiene un tiempo y que entre más pasa el tiempo la gente tiende a olvidar, entonces queríamos aprovechar que podíamos hacer una película basada en la información que estuvo disponible a través de los medios de comunicación y eso fue lo que hicimos.
La idea es estrenar la película a comienzos del próximo año (2024) y estamos trabajando en eso.
¿Cómo fue reconstruir esos 40 días que duraron deambulando por la selva los hermanos Mucutuy?
G.N.R.: Realmente, las informaciones noticiosas fueron mínimas, los medios no dijeron cómo los niños habían sobrevivido todo este tiempo. Lo único que se supo fue que estuvieron buscándolos y que finalmente después de 40 días los encontraron, pero nunca dieron detalles de dónde estuvieron, qué hicieron, cómo sobrevivieron. Sí hubo muchas especulaciones también a través de los medios de comunicación, diciendo que los niños habían sido secuestrados por una banda de paramilitares o de guerrilleros, pero tampoco dieron detalles.
Entonces nosotros lo que hicimos fue una película inspirada en todo eso, más no es una película documental. Tuvimos que averiguar con las comunidades indígenas, de donde provenían los niños, cómo ellos vivían en la selva, porque ellos vienen de una región selvática. Nos explicaron cómo a los niños desde que nacen, prácticamente, los padres los tienen en medio de la selva y ellos van aprendiendo cómo sobrevivir, en el sentido de qué plantas pueden comer, cómo resguardarse de las altas temperaturas y de los fríos intensos que hacen también en la en las noches. Con base en toda esa información que obtuvimos, creamos una historia que es la que vamos a mostrar.
¿Hubo algún contacto con la familia de los niños para contar la historia?
G.N.R.: No, no tuvimos ninguna ningún contacto, entre otras porque tratamos de tener el contacto con los niños cuando llegaron a Bogotá, cuando los llevaron al Hospital Militar. Hicimos todo lo posible por contactarnos, sobre todo a las dos niñas más grandes, pero fue imposible. No nos dejaron y tampoco pudimos contactar a los familiares, porque todos estaban en esas idas y venidas y no tuvimos contacto con ninguno de ellos.
Gustavo, la película, tengo entendido, se rodó en agosto, ¿cómo fue la preproducción al rodaje?
G.N.R.: Lo primero que hicimos fue ir a investigar de dónde salían los niños, en qué comunidades, cómo era el hábitat de ellos donde se encontraban. Descubrimos, realmente para mí, descubrí que hay muchas comunidades indígenas en esa región, algunas de ellas en muy muy precarias condiciones. Vimos que las únicas maneras de comunicación son por tierra, a través de ríos, que son muy lentos, porque son distancias muy grandes y por eso se utilizan avionetas. Hay empresas dedicadas a transportar a gente de esas comunidades, porque es la única manera de llegar rápidamente, a una ciudad, en busca de auxilios, en busca de comida, en busca de lo que necesiten.
Estuvimos investigando, nos metimos en las selvas de Guaviare, en las selvas de Caquetá y fuimos armando una historia, porque no es una historia documental, es una historia inspirada en los hechos periodísticos.
Nuestros niños no tienen nada que ver con los niños de verdad, excepto que son niños reales de una comunidad indígena. La mamá, igualmente. Simplemente, creamos una historia ficcional con base en todo lo que pudimos averiguar y de todo lo que pudimos conocer de la misma selva, estando dentro de la selva y cuando dicen que cómo sobrevivieron 40 días, pues, para nosotros, los que vivimos en la ciudad, imposible, pero para esos niños, que nacen en la mitad de la selva, que crecen en la mitad de la selva, esa es su hábitat.
Los actores son todos naturales, ¿cómo fue el trabajo con ellos para lograr eso que tenía en mente para contar esta historia? ¿Cuál fue la mayor dificultad, más allá las barreras del lenguaje, por ejemplo?
G.N.R.: Hicimos un casting, buscamos a los niños; pero no fue fácil porque los niños indígenas son muy tímidos, porque no hablan español, hablan su propio idioma. Traducir, hablar con ellos era muy complicado, pero bueno, a fuerzas de insistir e insistir y probar aquí y probar allá, logramos encontrar los niños que utilizamos en la película. El principal obstáculo que tuvimos que vencer es que la selva es sumamente tupida, sumamente densa, entonces para entrar a ella, para poder atravesar un trayecto, se vuelve muy complicado porque no hay por dónde, y eso fue lo que le tocó a los niños también.
Es decir, las noticias decían que el ejército, con sus helicópteros y demás, hizo una búsqueda de más de 1.500 kilómetros, pero en la realidad los niños se movieron muy poquito, solo que estaban metidos dentro de esa selva densa y avanzar unos pocos metros es muy difícil. Ese fue como el obstáculo más grande, que fue podernos movilizar dentro de la misma selva.
La historia inicia, me imagino, con el accidente que provoca que los niños se pierdan en la selva, ¿en qué momento termina? Cuando los rescatan, en el hospital…
G.N.R.: Exacto, la película comienza con la caída de la avioneta. Milagrosamente, porque nosotros estuvimos allá en ese sitio y no hay explicación lógica de cómo los niños se salvaron. La mamá murió, el piloto murió y otro acompañante que iba también murió.
Este es el primer impacto, o sea, como son tan niños, nosotros supusimos que los niños eran muy ingenuos, muy inocentes. Para ellos, todo era por decir así natural, normal, lo nuevo, y simplemente tenían la mamá les dio una orden, porque la mamá alcanza a conversar con ellos unos minutos antes de morir y lo que la mamá les dice es «busquen el camino y regresen a casa», pero ellos no saben dónde están, ni saben cuál es el camino, ni cómo regresar a casa.
El drama de la película es ellos tratando de encontrar un camino para poder regresar a casa, siguiendo las órdenes de la mamá.
¿Y termina con el rescate o con ellos llegando a Bogotá o en qué momento?
G.N.R.: Con los grupos de indígenas, que fueron salieron a buscarlos, ellos finalmente uno de esos grupos finalmente los encuentra.
Después del estreno en Colombia, ¿cuál va a ser el tránsito de la película? ¿Irá a festivales, gira por los festivales europeos, latinoamericanos…?
G.N.R.: Ya tengo pedidos que de la televisión italiana, de la televisión alemana, también las plataformas digitales, Paramount, Amazon, Netflix... Estoy esperando, porque la película nadie la ha visto todavía, y todos ellos me están diciendo «tráiganos la película», «la queremos ver», «queremos la película» y eso es como todo en el mercado: quién ofrece más, quién da más y con base en eso se decidirá con quién se deja la película.
Después de las plataformas digitales viene la televisión por cable y después viene lo que se llama la televisión abierta, RCN y Caracol. Yo me imagino que la van a estar pasando dentro de tres o cuatro años, que terminan las ventanas de las de las otras de otros medios.