El debate y la expectativa cada fin de año en Colombia se centran en el aumento del salario mínimo para los siguientes 365 días. Luego de que el 29 de diciembre de 2023 no se logró un acuerdo para el aumento del salario mínimo 2024, tras varias reuniones entre gremios, líderes sindicales y Gobierno nacional, el presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, horas después decretó el aumento.
Así lo dio a conocer la ministra de Trabajo, Gloría Inés Ramírez, que fue la encargada de comunicarle al país en cuánto quedó el tan esperado incremento.
Según la alta funcionaria, para los 12 meses de 2024, el salario mínimo será de 1.300.000 pesos, lo que traduce en un aumento del 12,07%. El auxilio de transporte quedará en 162.000 pesos, alcanzando un crecimiento del 15%.
Muchas son las dudas que surgen respecto a si el salario mínimo beneficia o no al resto de los trabajadores, quienes no tienen expresado contractualmente su salario en mínimos, sino en pesos. Estos representan un poco más del 40% de la fuerza laboral del país.
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Infobae Colombia consultó a una profesional experta en el tema, Jessica Franco, que es actuaria, científica de datos con MBA y coordinadora del Comité de Salud de la Asociación Colombiana de Actuarios.
Según la experta, en el contexto de los trabajadores empleados de manera formal en Colombia, hay dos tipos: aquellos a quienes les estipulan el contrato en términos de salarios mínimos, ya sea uno, dos, tres salarios mínimos, o un salario mínimo integral; y otros profesionales cuya remuneración se define en pesos, por ejemplo, 3.000.000 de pesos o 4.000.000 de pesos.
“Los primeros se ven directamente beneficiados por el incremento del salario mínimo. Quien gana un salario mínimo inmediatamente verá un incremento en sus ingresos en 2024. De manera similar, quien gana un salario mínimo integral, que equivale a 13 salarios mínimos y en general viene con otros beneficios, este pago se da normalmente a directivos”, explicó.
Sobre el segundo grupo, del cual hace parte la mayoría de los trabajadores colombianos del sector privado, confirmó que no necesariamente se ven beneficiados por este aumento anual. Enfatizó en que el argumento legal es que el salario mínimo debe proteger a los trabajadores de remuneraciones indebidamente bajas, por ello, un aumento para aquellos que ganen un poco más del mínimo no está garantizado.
“Una práctica común de las empresas para mantener a gusto a sus trabajadores es realizar un aumento proporcional al aumento del salario mínimo o del Índice de Precios al Consumidor (IPC) equivalente a la inflación. Sin embargo, esto no es una obligación legal para una empresa, este tiende a ser el caso de pequeñas empresas, que no necesariamente pueden asumir el aumento para todos sus empleados”, añadió.
Al hablar de los empleados del sector público, Franco detalló que allí sí se garantiza el aumento del salario, pero bajo condiciones de presupuesto.
“Hay ámbitos donde se garantiza el incremento del salario, por ejemplo, en el sector público se incrementa la remuneración para todos, dependiendo del presupuesto proyectado en cada entidad, es decir, con parámetros diferentes al salario mínimo”, indicó.
Finalmente, sobre la importancia de un salario mínimo en un país como Colombia, fijó tres aspectos relevantes:
En primer lugar, manifestó que el incremento se debe realizar anualmente para proteger a los trabajadores de remuneraciones bajas y que este incremento garantiza que la persona que recibe ese salario tenga un mínimo vital: “El salario mínimo beneficia a los trabajadores que su salario está expresado en términos de salarios mínimos, es decir, este aumento también beneficia a quien recibe un salario mínimo”.
En segundo lugar, señaló que el salario mínimo afecta a particulares o pequeñas empresas que no puedan asumir el costo adicional: “Un ejemplo, es el caso de una familia que contrata una empleada doméstica, podría pasar que con el aumento del salario mínimo la familia no pudiera asumir el nuevo costo. Una pequeña empresa debe mantener el balance y reconocer la importancia de mantener a los trabajadores contentos, pero también es fundamental mantener unos buenos costos de producción”.
En tercer lugar, habló de la informalidad, argumentando que el cambio que se registra en el salario mínimo no es tan simple como solo el impacto directo en las personas ya empleadas que continuarán con su empleo en el siguiente año: “Si se sube demasiado el salario mínimo, se afectan los niveles de informalidad, pues aquellos que no puedan dar un contrato formal optarán por esta modalidad”.