En la mañana del miércoles 27 de diciembre la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) aceptó en su sistema judicial al exrector de la Universidad de Córdoba Víctor Hugo Hernández Pérez, condenado a más de 30 años de cárcel por homicidio agravado y concierto para delinquir agravado.
Según la JEP, Hernández Pérez fue un “agente del Estado no integrante de la fuerza pública” que dinamizó el paramilitarismo en Córdoba y determinó que sus aportes para la construcción de la verdad de los macrocasos relacionados con las autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
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Tras conocer la decisión del tribunal, el presidente Gustavo Petro recordó que cuando fue senador denunció al exrector de la Universidad de Córdoba por permitir la llegada del paramilitarismo al claustro educativo.
“Hice como senador el debate sobre la toma paramilitar de la universidad de Córdoba, no fue la única toma sangrienta de una universidad pública (...) Yo mismo acusé a Víctor Hernández de promover el traslado del saber a la muerte. ¡Muera la inteligencia! Gritaban en las universidades, el país se llenó de fosas comunes”, sentenció Gustavo Petro a través de su cuenta de X.
Según el jefe de Estado, en la Universidad de Córdoba hubo una toma paramilitar que se dedicó a acabar con la vida de los estudiantes y profesores que pensaran diferente a los ideales del régimen paramilitar impuesto en el departamento, principalmente por el excomandante monteriano Salvatore Mancuso, recientemente nombrado como gestor de paz por el presidente Gustavo Petro.
“Asesinaban a todo estudiante o profesor críticos. Querían una juventud dominada como un rebaño y querían los fondos económicos de las universidades”, aseveró el mandatario a través de su cuenta social.
Finalmente, Petro aprovechó para resaltar que en su Gobierno no se persiguen las ideologías políticas y que desde el ministerio de Educación promueve la expansión de la universidad pública en todo el territorio nacional. “Ahora, el gobierno del cambio, promueve la expansión de la universidad pública en libertad.”, concluyó Gustavo Petro.
Mancuso ordenó el homicidio y el exrector lo ejecutó
Cuando Salvatore, ‘El Mono’, Mancuso era uno de los principales comandantes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) inició una ‘purga’ de las ideologías guerrilleras en el territorio nacional e inició por su departamento: Córdoba.
A sangre y fuego el excomandante paramilitar se tomó el poder en el departamento y llevó a cabo el exterminio de todo aquel que pensara diferente a las doctrinas paramilitares, incluyendo sindicalistas, líderes sociales, profesores y estudiantes, por lo que infiltró sus tentáculos en la Universidad de Córdoba.
Durante su declaración de versión libre ante la justicia de Estados Unidos en 2008, Mancuso Gómez reconoció su responsabilidad en la toma de la Unicor a principios del 2000. “Lo hicimos porque era un sitio donde se negociaban los secuestros y donde se impartía una ideología tendenciosa hacia el fenómeno guerrillero… No podíamos permitir el adoctrinamiento de los muchachos… empezamos a interferir”, aseveró en su momento Mancuso.
El excomandante paramilitar infiltró lacayos suyos en el consejo estudiantil para espiar a docenes y alumnos, incluso hizo presiones para que en ese año se escogiera a Víctor Hugo Hernández Pérez como rector de la Universidad.
Con el poder en sus manos, Mancuso le ordenó al recién electo rector que propiciara las condiciones para que asesinaran al profesor, activista y presidente del Sindicato de Trabajadores y Empleados Universitarios de Colombia Hugo Alfonso Iguarán Cotes.
En vísperas de su posesión como rector, Víctor Hugo Hernández Pérez hizo una reunión en su casa con los funcionarios que lo acompañarían durante su dirigencia de la Universidad y entre los citados estaba el activista Alfonso Iguarán Cotes, a quien le había prometido la vicerrectoría académica del centro educativo.
Según determinó la Fiscalía, cuando el encuentro inició el electo rector hizo dos llamadas a paramilitares que estaban afuera de su casa para avisarles que ya podían entrar a asesinar al docente y activista.
El confeso paramilitar Walter José Mejía López, alias Mello, sostuvo que Víctor Hugo Hernández prometió 30 millones de pesos por el homicidio de Alfonso Iguarán Cotes y sobre las 6:30 p. m. los sicarios de Mancuso entraron a la vivienda, encañonaron a los presentes, los hicieron tirar al piso, identificaron a su víctima y le propinaron once disparos.
El asesinato del profesor Iguarán significó una millonaria recompensa para los homicidas y 35 años de cárcel para el exrector Víctor Hugo Hernández Pérez.