Harold Echeverry, confeso feminicida de Michelle Dayana González, fue trasladado a la cárcel de Cómbita en Boyacá

La Policía Nacional hizo el traslado de Harold Echeverry, confeso feminicida de Michelle Dayana González, a la cárcel de Cómbita, en Boyacá. Autoridades del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) lo llevaron desde la URI de Villavicencio hasta la penitenciaría de mediana y máxima seguridad de El Barne, asegurando la integridad del recluso durante el proceso.

En la noche del 7 de diciembre de 2023, durante la celebración del Día de las Velitas en Colombia, Michelle Dayana González, una adolescente de 15 años, salió de su hogar con destino a la tienda del barrio San Judas en Cali, (Valle del Cauca), pero nunca regresó.

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La misma noche fue reportada como desaparecida por sus familiares. Al día siguiente, el 8 de diciembre, la tragedia se confirmó cuando el cuerpo desmembrado de Michelle Dayana fue descubierto en una maleta y entre desechos en un taller de láminas y pintura, ubicado en la misma cuadra de su residencia.

El culpable confeso de este feminicidio es Harold Andrés Echeverry Orozco, un exmilitar que trabajaba como vigilante en el mencionado taller. El hombre tenía antecedentes por acceso carnal a menores de 14 años y ahora enfrenta una condena que podría extenderse hasta los 50 años de cárcel.

Echeverry, acusado de feminicidio agravado, así como de hurto calificado y agravado, aceptó los cargos en su contra. Es importante destacar que la legislación vigente le impide recibir beneficios judiciales, lo que subraya la gravedad de los delitos que se le imputan.

El 7 de diciembre, alrededor de las 7:30 p. m., Michelle Dayana solicitó permiso a su padre, Genaro González, para dirigirse a una tienda cercana en el barrio San Judas. El padre consintió, y la menor salió hacia el establecimiento comercial.

A las 7:45 p. m., las cámaras de seguridad registraron cuando la menor camina por las calles del barrio, pero solo avanzó unos pasos antes de llegar a una bodega que alberga un taller. En ese momento, al parecer, Harold Echeverry la engañó y la hizo entrar al sitio.

Posteriormente, el padre de Michel comenzó a preocuparse al notar que su hija no regresaba a casa. Inicialmente, intentó contactarla a través de su teléfono móvil, que sonó varias veces antes de apagarse.

Alrededor de las 8:30 p. m., ante la ausencia de su hija, el padre decidió emprender la búsqueda y alertó a los vecinos del sector. Mostró la foto de Michelle Dayana en su celular, recorrió diversas zonas en busca de señales de ella, pero no obtuvo ninguna respuesta. Echeverry ya había escapado.

Después de cometer el atroz crimen, Echeverry emprendió una fuga desesperada del departamento de Valle del Cauca, en una motocicleta robada como medio de escape. De esta manera, logró evadir a las autoridades durante varios días, desplazándose por distintos municipios con la intención de eludir cualquier intento de captura.

Su primera parada durante su intento de fuga fue en el municipio de Chicoral, ubicado en el departamento del Tolima. Posteriormente, se desplazó hacia Villavicencio con el objetivo de evadir los operativos que se estaban llevando a cabo para su captura.

En el departamento del Meta, permaneció oculto durante tres días, pero una llamada que realizó a un familiar y la denuncia de una mujer que lo reconoció fueron elementos clave que permitieron a la Policía Nacional ubicarlo rápidamente.

La situación se tornó aún más sombría al considerar las advertencias de las autoridades, que sugirieron que Michelle Dayana González no sería la única víctima de Harold Echeverry. Se especula que existen más denuncias instauradas en su contra ante las autoridades competentes, lo que sugiere un patrón de comportamiento delictivo y eleva la magnitud de la investigación en curso.

El caso de Harold Echeverry, además de conmover a la sociedad por la brutalidad del crimen, puso de manifiesto la importancia de la legislación que prohíbe beneficios judiciales para casos de feminicidio. Esta medida busca enviar un claro mensaje de repudio y rechazo hacia aquellos que perpetran este tipo de actos.