El senador del Centro Democrático, Ciro Ramírez, que ahora está recluido en la cárcel La Picota de Bogotá por presuntos actos de corrupción por los cuales se le investiga, tiene en su contra un testigo clave al que visitó en dicho centro penitenciario en octubre de 2022, cuando todavía estaba libre. Se trata de Pablo César Herrera, exgerente de Proyecta Quindío, que denunció en Sigue La W de W Radio que con dicho encuentro, Ramírez buscaba silenciarlo.
Sin embargo, otro aspecto preocupante de la reunión fue el lugar en la que se llevó a cabo. Al parecer, fue en un lugar privilegiado dentro de la cárcel, que contaba con ciertas comodidades para que las partes pudieran hablar sin temor a ser escuchadas. Así lo relató el exgerente de Proyecta Quindío al medio citado.
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“Me llamó la atención el sitio donde le permitieron reunirse conmigo, porque nos reunimos en una sala privada con complacencia de la guardia del Inpec. Me llama la atención porque nunca había visto en el periodo que estuve en la cárcel La Picota, que a las visitas de ningún tipo les permitieran esa privacidad, que le permitieran sentarse en una sala privada con sillas. Por ejemplo, cuando los abogados lo visitan a uno, inclusive en el penal la vista es a la intemperie, en un patio hay una malla, el abogado es para un lado de la malla y uno es al otro lado de la malla, en máxima seguridad. Es tal cual una película estadunidense, solo que no tiene el teléfono para hablar, los presos están en una cabina separada por un acrílico con unas perforaciones y el abogado está al otro lado; mientras a los gringos le ponen un teléfono, acá toca gritar. Esto es importante porque esa visita del senador Ciro permite evidenciar que me quería decir algo privado”, señaló Herrera.
Con respecto a estas declaraciones, el ministro de Justicia, Néstor Osuna, indicó que las reuniones privadas no están permitidas para los reclusos en Colombia, a menos de que sea con sus respectivos apoderados. En este caso, Ramírez no cumplía con dicho papel, por lo que no hay claridad sobre la razón por la que fue posible que, al parecer, mantuviera una conversación con Herrera sin contar con más espectadores.
“El régimen de visitas tiene la posibilidad de conversaciones privadas cuando se trata del abogado, del defensor de la persona sindicada, pero yo que he ido con alguna frecuencia a ver La Picota, no son para nada salas VIP, no muy cómodos, apenas la logística mínima necesaria para que el abogado y la persona privada de la libertad puedan tener una conversación privada”, detalló el jefe de cartera en W Radio.
El ministro aseguró, además, que en las cárceles no se contempla la posibilidad de tener reuniones en salas especiales; lo único cercano a un encuentro privado es la visita conyugal, que cuenta con sus respectivos requisitos y control. De lo contrario, todas las visitas se hacen en los patios.
“En algunas ocasiones, por seguridad, porque hay que preservar la vida y la integridad física de las personas, hay patios más seguros por otros en los que es más difícil el acceso, pero en ningún caso salones de visita. Eso no existe, no debe existir y, si existe, es una irregularidad en las cárceles colombianas”, detalló Osuna.
No obstante, Osuna destacó que, en caso de que sea cierto que dicho encuentro entre Herrera y Ramírez se hubiera adelantado en un salón especial, representaría una anomalía que las autoridades deberían investigar.
En todo caso, el ministro informó que ya habló con el director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), el teniente coronel Daniel Fernando Gutiérrez Rojas, que se comprometió a allegar un informe al respecto, para esclarecer los hechos.