Polémica y desconcierto generaron las declaraciones de Antonio García, máximo jefe del Ejército de Liberación Nacional (ELN), en las que aseguró que debe haber un tipo de financiación o recursos por parte del Gobierno para dejar de secuestrar o, como el grupo guerrillero lo llama, dejar de retener personas con fines económicos.
“Es de sentido común que estos tres asuntos mencionados están relacionados, tal como aparecen redactados en los textos: 1) prórroga del Cese el Fuego Temporal, 2) suspensión de retenciones con fines económicos y 3) la Financiación; donde el punto 2 no podrá darse sin el 3, mejor dicho simultáneamente, para que todos seamos interpretados”.
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Sus declaraciones irían en contravía de lo expresado por la delegación de paz por parte del Gobierno, que anunciaron los puntos principales que habrían acordado con la guerrilla: confirmar el puerto de llegada del proceso de paz, tratado en el segundo ciclo; suspender las “retenciones con fines económicos”; generar condiciones para darle continuidad al cese al fuego a partir del 30 de enero de 2024; definir las condiciones económicas para materializar los puntos acordados; crear una red nacional de participación luego del fin del diseño de este punto, etapa que terminará en abril de 2024; y establecer ocho zonas críticas y de acciones humanitarias para atender a la población allí, así como darle prioridad a las transformaciones sociales en esas regiones.
Las declaraciones del jefe guerrillero, en efecto, provocaron polémica, ya que indican que es una muestra de que el ELN no tiene voluntad de hacer la paz. Uno de ellos fue el senador de Cambio Radical, David Luna, que calificó de “pantomima” las condiciones de la guerrilla:
“Una pantomima igual a los politiqueros que aprobaron la reforma a la salud en Cámara: una cosa dicen en la mesa y ante los medios de comunicación, y otra muy distinta es lo que hacen en los territorios. El Presidente ya debería quitarse la venda de los ojos; estos delincuentes no tienen ninguna voluntad de paz”
Por su parte, el analista y excomandante guerrillero del ELN Carlos Arturo Velandia, indicó que adelantar la fecha de inicio de la suspensión del secuestro al 1 de enero, que está prevista para llevarse a cabo a finales de ese mes, generaría más credibilidad al proceso de paz:
“Adelantar la fecha de inicio de la suspensión del secuestro al 1 de Enero, por parte del ELN, daría más credibilidad al proceso de paz, porque enaltecería la libertad y la vida, lo cual seria reconocido por la sociedad y la Comunidad Internacional. 2024 cese de las violencias”, indicó Velandia vía X (antes Twitter).
Velandia agregó que el impacto a los acuerdos de paz serían positivos, además solicitó que si no se adelanta la fecha de la suspensión de secuestros, no se secuestren más personas en el lapso de tiempo en que iniciaría dicho acuerdo:
“Estoy convencido de que si el ELN lo hiciera, lograría un impacto tremendamente positivo en la credibilidad del proceso y en acercarlo a la sociedad que anhela que tras el final de la violencia y en un ambiente de construcción de paz, avanzar en la reconciliación de la gran familia colombiana. Si decidieran mantener la fecha del 30 de enero, les pido no secuestrar a nadie desde hoy a esa fecha”
De otro lado, el exnegociador del proceso de Paz con las extintas Farc y senador, Humberto de la Calle, afirmó que, por más terrible y macabro que suene, “es inevitable que la guerrilla plantee el tema de su supervivencia”:
“Es obvio que el cese de fuego es absolutamente deseable. Pero reitero: la sincronización entre el cese, su oportunidad y sus condiciones es muy exigente. Una delicada decisión política y militar. Aunque suene terrible y macabro, si el Gobierno se anticipa, es inevitable que la guerrilla plantee el tema de su supervivencia. Moralmente repudiable pero realista en una mesa que busca acuerdos. En La Habana se llegó al cese cuando la negociación había avanzado. Además, el proceso de concentración de la guerrilla permitió encuadrar ese tema dentro de procesos amplios de reincorporación, aminorando el rechazo. Las declaraciones de Antonio García preocupan, pero confiemos en que la mesa pueda destrabar un nudo gordiano creado por voluntarismo ilusorio y precocidad excesiva (sic)”.