Al aproximarse el término del año, la Secretaría de Seguridad de Medellín reporta un incremento en los hurtos a personas, alcanzando la suma de 28.644 incidentes, esto representa 1.142 casos más que en el mismo periodo del año anterior.
Este aumento se produce a pesar de los esfuerzos significativos por parte de las autoridades para disminuir los índices de criminalidad, incluyendo el hurto y, por supuesto, otros delitos.
Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel y en Google News.
Incautaciones de armas y estrategia de seguridad
En la lucha contra la delincuencia, durante el año en curso, las autoridades han retirado de las calles 628 armas de fuego y más de 34.500 armas blancas. Estas acciones están dirigidas a mitigar los factores de riesgo asociados a la comisión de delitos. A pesar de las incautaciones realizadas, José Gerardo Acevedo, secretario de Seguridad de Medellín, señala que en más del 80% de los hurtos registrados no se ha utilizado ningún tipo de arma, sugiriendo la presencia de otros factores en la ejecución de estos crímenes.
Ante el panorama actual, los esfuerzos de las autoridades continúan enfocándose en diversas estrategias de prevención y control para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Aunque no explicitó las medidas inmediatas a tomar, Acevedo reafirma el compromiso de su despacho en la lucha contra el hurto y otros delitos que afectan la seguridad ciudadana. Es relevante resaltar que el contexto de seguridad en Medellín sigue siendo un asunto prioritario para las autoridades, y los datos presentados instan a una reflexión sobre las políticas y tácticas de seguridad vigentes.
Robo a punta de exigencias
Según lo dicho por Acevedo el 83% de los robos en la ciudad no implican el uso de armas; los delincuentes simplemente exigen las pertenencias y las víctimas, sintiéndose amenazadas, acceden a entregarlas. Este fenómeno refleja una nueva tendencia en el delito de robo, que se caracteriza por la ausencia de armas de fuego o armas blancas, creando un entorno de intimidación psicológica que resulta igualmente efectivo para los criminales.
Se ha observado que, tras la recuperación de los objetos sustraídos, la mayoría de los afectados no presentan denuncias contra los perpetradores. Esta falta de acción legal impide que los delincuentes sean procesados y enfrenten consecuencias más severas, permitiendo que este tipo de delitos persista y sea de gran prevalencia en la comunidad. Acevedo subrayó que es fundamental que las víctimas realicen las denuncias correspondientes para que se pueda aplicar un verdadero efecto disuasivo sobre la criminalidad.
El funcionario hizo un llamado a la población para que colabore con las autoridades en la lucha contra el robo, recordando la importancia de reportar los incidentes. La cooperación ciudadana es clave para la construcción de un sistema judicial que funcione de manera efectiva y que permita trasladar a los delincuentes ante la justicia con el fin de reducir la incidencia de estos delitos en la sociedad.
Cómo funciona la intimidación psicológica
La intimidación psicológica constituye una forma de abuso emocional que implica la creación de un clima de miedo, inseguridad o desorientación en una persona. Este tipo de acoso puede manifestarse en diversos ámbitos como el laboral, familiar o escolar y sus efectos pueden ser devastadores para la autoestima y salud mental del individuo afectado.
Los mecanismos que caracterizan la intimidación psicológica incluyen tácticas como el chantaje emocional, la manipulación, las amenazas veladas o explícitas y la humillación constante. El agresor suele utilizar su poder, ya sea físico, social o económico, (en este caso el ambiente de inseguridad), para someter a la víctima, menoscabar su dignidad y controlar sus acciones o pensamientos. La finalidad de esta conducta abusiva radica frecuentemente en la necesidad del intimidador de ejercer dominio y poder sobre su objetivo.