En una denuncia pública que hizo el 19 de diciembre a través de su cuenta de TikTok, el excandidato a edil para la localidad de Teusaquillo en Bogotá David Vega expuso un inquietante caso: fue víctima de robo y en medio del hecho lo escopolaminaron. Lo sucedido ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los usuarios de aplicaciones de transporte en el país.
Según el relato de Vega, el joven tomó un servicio de transporte a través de Didi; su recorrido iniciaba desde el barrio Pablo VI y tenía como destino la calle 26 con carrera 30. Sin embargo, lo que debería haber sido un trayecto seguro y corto se convirtió en una pesadilla cuando el conductor, en un acto delictivo, le suministró escopolamina con el objetivo de despojarlo de sus pertenencias.
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“El conductor me escopolaminó para robarme mi celular, mis documentos personales y mis tarjetas de crédito, vaciando de forma inmediata mis cuentas”, lamentó la víctima en el video.
A pesar de haber interpuesto denuncias ante la Fiscalía y la empresa de transporte Didi, Vega afirma no haber recibido ninguna respuesta satisfactoria. Además, expresó su frustración al afirmar que, a pesar de conocer la ubicación de su celular, las autoridades argumentan que “no pueden actuar”.
En un llamado desesperado a las autoridades y a la opinión pública, el afectado señaló la falta de seguridad en las aplicaciones de transporte y destacó la necesidad urgente de medidas para garantizar la integridad de los pasajeros y ciudadanos.
Al finalizar el video, David Vega también hizo una reflexión como víctima de otro hecho de inseguridad en Bogotá:
“Es frustrante que trabajen ladrones en estas aplicaciones, que ya no nos podamos sentir seguros y no creo que mi historia sea la única de hurto en estas aplicaciones. Por eso necesitamos mayor seguridad en Bogotá, como pasajeros y como ciudadanos”, concluyó.
La escopolamina: una herramienta recurrente para robar
La problemática de la inseguridad en Bogotá persiste como una preocupación constante, evidenciándose en las diarias denuncias de robos bajo diversas modalidades, entre las cuales destaca el uso de sustancias como la escopolamina o ‘burundanga’. La escopolamina, clasificada como benzodiacepina según el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH), actúa como un depresor del sistema nervioso central, provocando efectos como desorientación, somnolencia y falta de coordinación.
En situaciones más críticas, las personas afectadas deben acudir a un médico si experimentan alucinaciones (ver cosas o escuchar cosas que no existen), dificultad para hablar, creer cosas que no son ciertas, convulsiones, sentir que personas cercanas quieren lastimarlo, confusión extrema, sarpullido, enrojecimiento en la piel y agitación.
Alejandra Bello Benavides, especialista en toxicología clínica de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS), le dijo a Infobae Colombia que, además de la escopolamina, otras sustancias de control especial se están implicando en estos incidentes, algunas de las cuales pueden ser adquiridas en el mercado negro o incluso en droguerías de barrio, donde los controles son menos rigurosos. Algunas de estas son alcohol etílico, benzodiacepinas, hipnóticos, fenotiazinas, antidepresivos tricíclico, ketamina, entre otros.
Este método de hurto, comúnmente asociado al suministro de sustancias en polvo en bebidas, presenta también otras formas de administración, como el contacto con la piel. Las autoridades han conocido que los conductores de carros inescrupulosos que prestan servicio de transporte pueden incluso dejar la escopolamina en los espacios del vehículo de donde sale aire acondicionado para esparcir el polvo por el ambiente del automóvil; mientras, ellos tienen tapabocas para no salir afectados.
La gravedad de estos incidentes ha llevado a un aumento significativo de casos durante el primer semestre de 2023, según reportes de El Tiempo se ha visto un incremento del 41% en Bogotá con respecto al mismo periodo en 2022. Medellín, por su parte, también experimentó un aumento del 6% en robos que involucran sustancias químicas entre enero y noviembre de 2023, en comparación con el año anterior, según datos de El Colombiano. Este fenómeno subraya la necesidad de abordar eficazmente esta problemática y reforzar las medidas de seguridad para prevenir la propagación de este tipo de incidentes.