El peso colombiano se posiciona como la segunda moneda más fuerte del mundo, solo detrás del afgani de Afganistán, superando a relevantes divisas como el real brasileño y el peso mexicano, de acuerdo con Bloomberg.
Al finalizar el 2023, la moneda local se ha revaluado un 23,11% frente al dólar, marcando un hito en el contexto económico de América Latina y augurando un cierre de año positivo para la economía de nuestro país.
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Este incremento en la valorización del peso colombiano toma una significativa ventaja sobre la segunda moneda más fuerte de la región: el peso mexicano, que registró un aumento del 18,83%. La fortaleza del peso colombiano se resalta en un escenario donde la incertidumbre económica había generado preocupaciones iniciales, demostrando la capacidad de recuperación y estabilidad financiera del país.
Los analistas económicos pronostican que la moneda mantendrá una tendencia de apreciación en el corto plazo, con un tipo de cambio que podría oscilar entre los $3.900 y $4.050.
Detalles adicionales de la situación económica son aportados por la Encuesta Mensual de Expectativas de Analistas Económicos (EME) del Banco de la República. En ella, más del 50% de los expertos consultados anticipaban que la Tasa Representativa del Mercado (TRM) promediaría entre $3.900 y $4.000 para el cierre del año. Con estas previsiones, es posible que el dólar en Colombia se sitúe alrededor de los $4.000, a pesar de los momentos en los cuales la divisa americana alcanzó los $5.000 durante el año.
Aunque durante el año la economía colombiana enfrentó periodos de incertidumbre durante el 2023, las cifras reflejan un escenario sorprendentemente favorable para el peso colombiano.
Los indicadores muestran que la moneda no solo se fortaleció a nivel regional sino también global, prometiendo una estabilidad monetaria que podría favorecer al país en el ámbito económico a medida que culmina el año.
Así mismo, la moneda de nuestro país se ha logrado posicionar como la moneda de mayor fortalecimiento entre las economías emergentes en el último año, logrando una apreciación del +23,11 % frente al dólar estadounidense.
Al Peso colombiano le siguen el Peso mexicano, con un incremento del +13,83 %, y el Colón costarricense, que se apreció un +13,29 %. Esta tendencia al alza contrasta con el desplome del Peso argentino, que cerró el periodo con una considerable depreciación de -77,96 % respecto al dólar.
Entre otras monedas que vieron una apreciación destacada está el Real brasileño con una subida del +7,44 %, el Sol peruano con +2,78 %, el Peso uruguayo que se incrementó un +1,21 %, y el Quetzal guatemalteco con un modesto +0,39 %.
Estos movimientos reflejan que las dinámicas monetarias están en constante variación en toda la región, reflejando un contexto económico heterogéneo en América Latina.
Por el contrario, en algunos casos, varias monedas presentaron una ligera depreciación frente al dólar, como es el caso del boliviano de Bolivia, con una disminución del -0,03 %, el Lempira hondureña con -0,08 %, el guaraní paraguayo, que cayó un -0,39 %, y el córdoba nicaragüense con un retroceso del -0,67 %. No obstante, estas variaciones son marginales en comparación con la drástica devaluación del peso argentino.
Entre las depreciaciones menos pronunciadas se encuentran el Peso dominicano que se depreció un -2,24 % y el Peso chileno, que disminuyó un -2,37 %. Estos números reflejan una tensión cambiaria menor frente al dólar, pero son indicativos de los desafíos económicos que enfrentan dichos países en un escenario global complejo y fluctuante.
En el caso de Colombia, los expertos esperan que la economía del país también empiece a mejorar dejando atrás la desaceleración que en la actualidad se evidencia en el país.