El legado musical de Lisandro Meza: las canciones más populares de ‘El Macho de América’

Con una carrera enriquecida de paseos, vallenatos y cumbias, el artista sucreño marcó la música tropical de Colombia

El sucreño dejó un invaluable repertorio musical tras una trayectoria artística de más de 50 años hasta su fallecimiento - crédito redes sociales

Lisandro Meza, acordeonero sucreño, que a lo largo de su trayectoria se consagró como uno de los artistas más destacados de la música tropical colombiana, falleció en la tarde del sábado 23 de diciembre, a causa de una complicación en su salud.

El reconocido Macho de América, partió de este mundo dejando un amplio repertorio que incluyen paseos, vallenatos, cumbias y porros que el aclamado acordeonista, cantante y compositor colombiano supo fusionar en una carrera que lo convirtió en una leyenda viviente de la música tropical.

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Meza, en sus inicios junto a su agrupación Los hijos de la Niña Luz, vio cómo algunas de sus composiciones fueron reinterpretadas por artistas como El binomio de Oro y Los Aterciopelados, dándoles nuevos aires y éxito renovado.

El invaluable legado musical de Lisandro Meza

Una de las composiciones más emblemáticas de Meza, es Baracunatana del año 1981, con letra de Leonidas Plaza, es un punto de referencia al hablar de cumbias colombianas. Esta canción resurgió en la década de los 90 cuando Los Aterciopelados hicieron su propia versión.

Otro tema, Las tapas compuesto por Ivo Otero en 1980, destacó por los arreglos del sucreño que combinaban su acordeón con el clarinete. Una canción muy conocida y disfrutada por muchos sin duda es El hijo de Tuta, que fue una adaptación de El jornalero de Octavio Mesa, así como Sal y agua, un éxito en la radio mexicana, son parte del repertorio de Meza que se rememora en esta ocasión.

Entre las canciones más populares de fin de año, se cuenta La matica, compuesta por Meza en 1982, que se mantiene vigente en las festividades colombianas. Asimismo, El guayabo de la ye, del álbum El inocente de 1978, compuesta por Luis Felipe Herrán y La gorra, de Aniceto Molina, son piezas claves que Lisandro Meza interpretó con Los Corraleros del Majagual en los años 60.

Por otro lado, La gran miseria humana, un vallenato de diez minutos con letra del poema de Gabriel Escorcia Gravini, es otro de los trabajos memorables de Meza que aboga por su relevancia en el género.

Esta revisión del legado musical de Lisandro Meza responde a un homenaje a su trayectoria y su aporte inestimable a la música de Colombia. Composiciones como Estás pillao y Senderito de amor, consolidaron a El Macho de América como fuente de inspiración y referencia en la música tropical, influenciando generaciones y acompañando una vasta audiencia con su arte.

Originario de Los Palmitos, Sucre, Lisandro Meza empezó su trayectoria a corta edad, forjando un estilo único que lo destacaría en el panorama musical. Su habilidad para interpretar el acordeón y su voz distintiva lo llevaron a formar parte del legendario grupo Los Corraleros de Majagual y, posteriormente, a disfrutar de una exitosa carrera en solitario. Su música no solo ha sido referente del folclor colombiano, sino que también trascendió fronteras, afianzando su influencia en toda Latinoamérica.

A lo largo de los años, Lisandro entregó a su público un vasto repertorio de canciones que se convirtieron en clásicos indiscutibles. Acompañado de su acordeón y capaz de conjugar diversos ritmos colombianos, sus composiciones reflejan la riqueza cultural de su tierra. El impacto de sus melodías formó parte de la banda sonora de varias generaciones, convirtiéndose en piezas fundamentales para entender la evolución de la música del Caribe colombiano.

La noticia del fallecimiento del maestro Lisandro fue confirmada por la Clínica Especializada La Concepción ubicada en Sincelejo, Sucre, a través de un comunicado oficial. Meza se encontraba en tratamiento médico desde el 6 de diciembre debido a, según declaró su hija Patricia, una descompensación por un shock cardiogénico, que lo mantuvo en la unidad de cuidados intensivos del establecimiento.