El occidente del Huila se ha convertido en escenario de una grave violación de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario debido a que las disidencias de las Farc han estado financiando la compra de regalos para reclutar a niños. Este acto ilícito se sostiene a través de la extorsión de los gremios productivos de la región.
Las tácticas empleadas por este grupo al margen de la ley incluyen la distribución de presentes que llevan imágenes de personajes históricos de su movimiento y de sus ideales fundacionales, como Alfonso Cano y Carlos Marx, así como mensajes que glorifican la lucha armada. Un ejemplo de estos mensajes es: “Por ser un niño luchador, las Farc-ep te comparte un obsequio”. El Frente Iván Díaz, asociado a las disidencias de las Farc, se identifica como responsable de estas estrategias dirigidas a menores de edad.
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Es importante resaltar que este método de reclutamiento infantil constituye una infracción grave contra las leyes internas y tratados internacionales, los cuales prohíben el uso de niños en conflictos armados y en cualquier forma de participación directa o indirecta en las hostilidades. Las disidencias de las Farc utilizan la vulnerabilidad y la inocencia de la infancia en el Huila para fortalecer sus filas, ignorando el irreparable daño psicológico y social que generan en los menores y en la comunidad en general.
Estas prácticas representan una continuidad en las acciones ilegales que las disidencias de las Farc han ejecutado históricamente, a pesar de los acuerdos de paz firmados en 2016. Las autoridades han instado a una respuesta coordinada para proteger a los niños y niñas de la región y poner fin a estas actividades criminales que atentan contra la integridad y el desarrollo pleno de los menores.
En declaraciones dadas a diversos medios de comunicación, el coronel Pedro Pablo León, comandante de la Novena Brigada del Ejército Nacional indicó que: “Las disidencias entregan regalos a los niños, no con el propósito de hacerlos felices en la Navidad, sino con el propósito de ganárselos para que posteriormente ingresen a sus filas, tenemos conocimiento de solamente una denuncia, pero sabemos que son casi 20 niños los que se han llevado, algunos a la fuerza, otros con engaños, para esta organización criminal, donde en realidad no le espera absolutamente ningún futuro a estos jóvenes, a estos niños, nosotros continuamos con nuestras operaciones de control territorial, de estabilización del territorio, todo el departamento del Huila”.
La expansión de la estructura
Autoridades en el occidente del Huila han advertido sobre la expansión de la estructura ilegal que busca consolidar corredores para la movilidad y fortalecer sus finanzas. Se ha observado un aumento en el reclutamiento de miembros, destacando un alza preocupante en el involucramiento de menores de edad. Las instancias gubernamentales han hecho un llamamiento urgente a la comunidad para que reporte cualquier actividad sospechosa que vulnere los derechos de los niños y adolescentes.
El gobierno y las autoridades de seguridad están alertando a los padres de familia sobre la importancia de su papel en la protección de los jóvenes. Se hace énfasis en la necesidad de estar vigilantes y proceder a la denuncia inmediata de cualquier tipo de reclutamiento o acercamiento irregular por parte de estos grupos hacia los menores. Estas acciones permitirán activar mecanismos de protección y judicializar a los responsables conforme a la ley.
La preocupación de las autoridades se centra en las consecuencias a largo plazo que el fortalecimiento de estas organizaciones puede tener en la seguridad y el bienestar de las comunidades afectadas. Se está trabajando en acciones conjuntas entre fuerzas del orden, instituciones de bienestar social y la Fiscalía, con el fin de contrarrestar esta tendencia y ofrecer alternativas de desarrollo a los jóvenes en riesgo.
El problema del reclutamiento forzado de menores en Colombia ha sido un desafío persistente que enfrentan las comunidades y autoridades. La Defensoría del Pueblo y organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos han documentado casos similares en otras regiones del país, lo que refuerza la necesidad de una estrategia integral y de cooperación entre distintos sectores para proteger a la infancia y adolescencia de estas amenazas.
El fortalecimiento de la presencia estatal y la inversión en programas sociales y educativos son vistos como pilares fundamentales en la lucha contra el reclutamiento de menores. Se espera que con esfuerzos colectivos y el apoyo comunitario, se pueda mitigar la influencia de grupos ilegales y asegurar un futuro mejor para los jóvenes del Huila y de Colombia en general.