Desmembró a su yerno delante de su nieto de diez años: le cortó la cabeza y las manos

Un nuevo acto de intolerancia enluta a la población de Cara y Sello, en la zona rural de Dibulla (La Guajira), donde un hombre desmembró a su yerno en medio de una riña familiar, delante de un niño de 10 años que, en medio del trauma y dolor, intentó evitar que su abuelo asesinara a su padre.

El agresor fue identificado como Édgar Beleño, de 64 años, que, según algunos testigos del hecho, llegó hasta la finca Las Trojas e intentó despertar a su hija en la tarde del miércoles 20 de diciembre.

La intromisión de su suegro molestó a Onaldo Álvarez Galeano, de 45 años, conocido como Gustavo en la población, quien buscó evitar que Beleño despertara a su esposa y lo echó del lugar.

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La intervención de Álvarez despertó la ira Beleño, conocido en la zona como Mamola, e inició una acalorada discusión que subió de tono hasta el punto de agresiones físicas. En medio de la disputa Mamola sacó un machete y le cortó las manos a su yerno, que cayó en el piso con abundante pérdida de sangre.

Cuando su yerno estaba indefenso, Beleño aprovechó para quitarle la vida, sin importar que su nieto de 10 años estuviera en el lugar y que le rogara que no asesinara a su padre. El homicida tomó su machete, degolló y decapitó a Álvarez Galeano con sevicia, según contaron los testigos del crimen.

“Se encontraban dos personas fomentado una riña de las cuales una de ella le causó lesiones a la otra quitándole la vida con un arma blanca (machete), al señor Onaldo Álvarez Galeano, 60 años de edad, sin más datos. Se realizan labores de vecindario lograron averiguar que se trató de una riña entre el suegro y el yerno”, le dijo la Policía a El Tiempo.

Tras acabar con la vida de su yerno, Mamola fue hasta un río cercano al lugar de los hechos, se bañó, limpió la sangre de su ropa y emprendió la huida de la vereda Cara y Sello. Las autoridades iniciaron labores de búsqueda para capturar al hombre de 64 años por el delito de homicidio agravado.

Entre tanto, un equipo especial del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar hizo frente al caso y le brinda acompañamiento psicológico al menor y a su madre para que puedan sobrellevar el trauma causado por el macabro crimen.

Sobre las 7:00 p. m. del domingo 3 de diciembre fueron asesinados José Manuel López Hernández, y Kendry Castillo, dos hombres reconocidos en Barrancas (La Guajira) por recorrer las calles y reciclar.

Las víctimas fueron acribilladas a tiros por sicarios en moto que llegaron hasta el barrio Los Olivos y abrieron fuego indiscriminadamente. A parte de los dos occisos, una tercera persona resulto lesionada en medio del ataque y fue identificado como David Molina Pasos, de 23 años, también reciclador y oriundo de Nueva Granada (Magdalena), que alcanzó a huir del lugar del crimen, pero recibió varios impactos de bala.

Las autoridades dieron a conocer que iniciaron labores investigativas para esclarecer los móviles del doble homicidio; sin embargo, extraoficialmente se conoció que el crimen habría ocurrido en medio de ajustes de cuentas de grupos delincuenciales que delinquen en Barrancas.

En La Guajira convergen varias redes delictivas relacionadas con el narcotráfico, hurto, estafas, narcomenudeo y homicidios selectivos que están al servicio de grandes mafias o de grupos armados al margen de la ley como el ELN, que contrató a Los Primates para secuestrar a Luis Manuel Díaz, papá del futbolista colombiano del Liverpool Luis Fernando Díaz.