Luces, pesebre, árbol y guirnaldas cuelgan de la moto del bogotano Fernando Castañeda durante la temporada de Navidad, luego de que el espíritu navideño se adueñara de su medio de trabajo como repartidor.
A sus 60 años, mientras recorre las calles de Bogotá, baila al ritmo de cañonazos bailables y villancicos en una moto que, cual trineo, va repartiendo regalos entre los niños de escasos recursos.
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Comenzó, únicamente, con guirnaldas y, tras ver la reacción de los conductores en las calles, decidió montar un pequeño árbol, adornarlo con luces y utilizar el baúl de la moto como plataforma para representar el nacimiento.
“Se me vino la idea de un momento a otro de, sobre el baúl, hacerle el pesebre. Inicialmente, le puse la guirnalda al baúl, solamente, en un día le puse la guirnalda y al otro día me animé, la gente comenzó a saludarme en las calles, entonces, ya me vino la idea de hacerle el pesebre”, dijo en diálogos con Citytv.
Sin embargo, no pasó mucho antes de que notara que, además de los adornos a su moto le faltaba llevar algo más, pues, la navidad no se trata de las decoraciones, sino, por el contrario, de dar lo mejor de sí. Fue así como Fernando encontró una causa por la qué trabajar en navidad:
“La idea nace a raíz de un cliente mío que en noviembre me dio unos jugueticos. Me dijo: ‘Usted, como anda de mensajero en todo lado, mira a ver a quién le regala esto’. Entonces se los di a unos niños de la calle y, de ahí para acá, tuve la idea de recolectar jugueticos para darles a los niños”, detalló en conversaciones con el matutino de Arriba Bogotá.
Los primeros que entraron en su lista de regalos fueron unos niños que trabajaban junto a sus padres limpiando vidrios en un semáforo. Pero, tras ver lo felices que llegó a hacerlos, decidió convertir su moto en un vehículo navideño y reunir tantos juguetes como le fuera posible, para poder regalárselos a pequeños que, de no ser por su iniciativa, probablemente, no habrían recibido ningún otro regalo.
“Ando así por todo lado, en los semáforos la gente me saluda, doy alegría, yo transmito alegría, soy una persona a la que le gusta ser feliz y que los demás sean felices, así como yo”, celebró en medio de la entrevista.
La mayoría de los juguetes los recibe de quienes contratan sus servicios como mensajero, a través del 312 572 56 17: “Hago domicilios, mandado a las personas que lo necesitan ¿sí? Digamos, medicamentos, les compro cosas... en sí ese es mi trabajo”.
Pesebre costumbrista más grande de Latinoamérica se encuentra en Antioquia
A lo largo de la iglesia de San José, en el municipio de Venecia (Antioquia), el arquitecto local Luis Fernando Betancur y su familia construyen, año tras año, el pesebre costumbrista más grande de Latinoamérica.
Inician en octubre, para poder tenerlo listo los primeros días de navidad y, cada año, añaden un nuevo elemento al punto en el que, para el 2023, su nacimiento incorpora un pueblito paisa en miniatura; representaciones religiosas, como el Arca de Noe o la Torre de Babel y, por su puesto, el rancho de paja y madera en el que nació el hijo de Dios.
A cambio de verlo, quienes lo visitan, desde otras regiones e, incluso, el extranjero suelen pagar una contribución, no mayor a 2.000 pesos colombianos, para ayudar a la comunidad de Venecia –reconocida por sus festividades de la pesca y la canoa– en la temporada de fin de año.