Día 8 de la Novena de Aguinaldos: Llegada de José y María a Belén en busca de una morada para el nacimiento del hijo de Dios

A tan solo un día para la celebración de la Navidad, los colombianos se preparan rezando el penúltimo día de la novena

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Feligreses y familias colombianas celebran en torno al pesebre el nacimiento del Niño Dios - crédito Archivo Infobae
Feligreses y familias colombianas celebran en torno al pesebre el nacimiento del Niño Dios - crédito Archivo Infobae

Este 23 de diciembre se celebra el octavo día de la Novena de Aguinaldos con las oraciones y los gozos tradicionales de la festividad navideña. Las novenas irán hasta el próximo domingo 24 de diciembre.

En Colombia, la novena se convierte en la oportunidad perfecta para reunir a la familia y amigos, para orar, cantar y festejar cada día de espera a la llegada del niño Jesús, que nacerá el 25 de diciembre a la medianoche.

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Cabe recordar que cada día se debe realizar la oración para todos los días, la de la Santísima Virgen, la de San José y la oración al Niño Jesús. Además de las consideraciones del día y los gozos.

En un pesebre nació el Niño Dios ante la negativa de la comunidad de Belén por dar hospedaje a José y María - crédito Archivo Infobae
En un pesebre nació el Niño Dios ante la negativa de la comunidad de Belén por dar hospedaje a José y María - crédito Archivo Infobae

Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. (Se rezan 3 veces el Gloria al Padre).

Hasta Belén de Judá se trasladaron José y María para recibir en sus brazos al Mesías - crédito Archivo Infobae
Hasta Belén de Judá se trasladaron José y María para recibir en sus brazos al Mesías - crédito Archivo Infobae

Intención del día 8

José y María llegan a Belén buscando hospedaje en los mesones. No encuentran, ya por hallarse todos ocupados, ya porque se les deshace a causa de su pobreza. Empero, nada puede turbar la paz interior de los que están fijos en Dios.

Si José experimentaba tristeza cuando era rechazado de casa en casa, era porque pensaba en María y en el Niño; sonreíase también con santa tranquilidad cuando fijaba la mirada en su casta esposa.

El ruido de cada puerta que se cerraba ante ellos era una dulce melodía para sus oídos. Eso era lo que había venido a buscar. El deseo de esas humillaciones era lo que había contribuido a hacerle tomar la forma humana.

¡Oh! ¡Divino Niño de Belén! Estos días que tantos han pasado en fiestas y diversiones o descansando muellemente en cómodas y ricas mansiones, ha sido para vuestros padres un día de fatiga y vejaciones de toda clase. ¡Ay! ¡El espíritu de Belén es el de un mundo que ha olvidado a Dios! ¡Cuántas veces no ha sido también el nuestro!

El sol se pone detrás de los tejados de Belén. Sus últimos rayos doran la cima de las rocas escarpadas que lo rodean. Hombres groseros codean rudamente al Señor en las calles de aquella aldea oriental y cierran sus puertas al ver a su Madre. La bóveda de los cielos aparece purpurina por encima de esas colinas frecuentadas por pastores. Las estrellas van apareciendo unas tras otras. Algunas horas más y aparecerá el Verbo Eterno.

Diferentes personificaciones del pesebre de navidad se han hecho alrededor del mundo - crédito Archivo Infobae
Diferentes personificaciones del pesebre de navidad se han hecho alrededor del mundo - crédito Archivo Infobae

Oración a la Virgen María

Soberana María, que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo hagan esta novena, para el nacimiento de tu adorable Hijo. ¡Oh dulcísima Madre!, comunícame algo del profundo recogimiento y divina ternura con que le agradaste tú para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén. (Se rezan 3 veces el Avemaría).

María madre elegida del Hijo de Dios tras la anunciación del Ángel Gabriel - crédito Archivo Infobae
María madre elegida del Hijo de Dios tras la anunciación del Ángel Gabriel - crédito Archivo Infobae

Oración a San José

¡Oh Santísimo José!, esposo de María y padre putativo de Jesús. Infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te ruego por el amor que le tuviste al divino Niño, me abraces en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén. (Se reza un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria al padre).

Todo Belén de Judá celebraba la llegada del Hijo de Dios al mundo, exactamente en Tierra Santa - crédito Archivo Infobae
Todo Belén de Judá celebraba la llegada del Hijo de Dios al mundo, exactamente en Tierra Santa - crédito Archivo Infobae

Gozos

¡Oh Sapiencia suma del Dios soberano, que a infantil alcance te rebajas sacro!

¡Oh divino Niño, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios!

¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡No tardes tanto! ¡No tardes tanto! ¡Jesús, ven, ven!

¡Oh, Adonai potente que a Moisés hablando, de Israel al pueblo diste los mandatos!

¡Ah, ven prontamente para rescatarnos, y que un niño débil muestre fuerte brazo!

¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡No tardes tanto! ¡No tardes tanto! ¡Jesús, ven, ven!

¡Oh raíz sagrada de Jesé que en lo alto presentas al orbe tu fragante nardo!

¡Dulcísimo Niño que has sido llamado lirio de los valles, bella flor del campo!

¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡No tardes tanto! ¡No tardes tanto! ¡Jesús, ven, ven!

¡Llave de David que abre al desterrado las cerradas puertas del regio palacio!

¡Sácanos, oh Niño, con tu blanca mano, de la cárcel triste que labró el pecado!

¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡No tardes tanto! ¡No tardes tanto! ¡Jesús, ven, ven!

¡Oh lumbre de oriente! ¡Sol de eternos rayos, que entre las tinieblas, tu esplendor veamos!

¡Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios!

¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡No tardes tanto! ¡No tardes tanto! ¡Jesús, ven, ven!

¡Espejo sin mancha! ¡Santo de los santos, sin igual imagen del Dios soberano!

¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado y en forma de niño da al mísero, amparo!

¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡No tardes tanto! ¡No tardes tanto! ¡Jesús, ven, ven!

¡Rey de las naciones! Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, pastor del rebaño,

¡Niño que apacientas, con suave cayado, ya la oveja arisca, ya el cordero manso!

¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡No tardes tanto! ¡No tardes tanto! ¡Jesús, ven, ven!

¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto, bienhechor rocío como riego santo!

¡Ven, hermoso Niño, ven, Dios humanado, luce, hermosa estrella, brota, flor del campo!

¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡No tardes tanto! ¡No tardes tanto! ¡Jesús, ven, ven!

¡Ven, que ya María, previene sus brazos, do su Niño vean en tiempo cercano!

¡Ven, que ya José, con anhelo sacro, se dispone a hacerse de tu amor sagrario!

¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡No tardes tanto! ¡No tardes tanto! ¡Jesús, ven, ven!

¡Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz del desterrado!

¡Vida de mi vida, mi dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano!

¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡No tardes tanto! ¡No tardes tanto! ¡Jesús, ven, ven!

¡Véanse mis ojos, de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos!¡Prosternado en tierra, te tiendo los brazos, y aún más que mis frases, te dice mi llanto!

¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡No tardes tanto! ¡No tardes tanto! ¡Jesús, ven, ven!

¡Ven, Salvador nuestro, por quien suspiramos!

¡Ven a nuestras almas! ¡Ven! ¡No tardes tanto!

¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven, ven, ven! ¡Ven a nuestras almas, Jesús! ¡Ven, ven, ven! ¡No tardes tanto! ¡No tardes tanto! ¡Jesús, ven, ven!

Niño Dios en el pesebre - crédito Archivo Infobae
Niño Dios en el pesebre - crédito Archivo Infobae

Oración al Niño Dios

Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia, y nada te será negado”.

Llenos de confianza en Ti, ¡oh Jesús, que eres la misma verdad!, venimos a exponerte toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada.

Concédenos, por los méritos infinitos de tu Encarnación y de tu infancia, la gracia, de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a ti, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que, en virtud de tu divina promesa, acogerás y despacharás favorablemente nuestra súplica. Amén.

Villancico

<i><b>Hacia Belén va una burra</b></i>

<b>Verso:</b>

Hacia Belén va una burra, rin, rin,

Yo me remendaba, yo me remendé,

Yo me eché un remiendo, yo me lo quité,

Cargada de chocolate.

Lleva en su chocolatera rin, rin

Yo me remendaba, yo me remendé,

Yo me eché un remiendo, yo me lo quité,

Su molinillo y su anafre.

<b>Coro:</b>

Ay María, María, ven a acá corriendo

Que el chocolatillo se lo están comiendo

Ay María, María, ay ven a acá volando

Que el chocolatillo se lo están jalando

<b>Verso:</b>

En el portal de Belén, rin, rin

Yo me remendaba, yo me remendé,

yo me hice un remiendo, yo me lo quité,

Los gitanillos han entrado.

Y al niño que está en la cuna, rin, rin

Yo me remendaba, yo me remendé

Yo me hice un remiendo, yo me lo quité

Los pañales les han robado

Coro

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