Mientras algunas ciudades prepararon sus alumbrados y decoraciones navideñas durante meses, como es el caso de Medellín y su espectáculo sobre el río, o Bogotá y su gigantesca esfera en la Plaza de Bolívar, Girardot, en manos del alcalde José Francisco Lozano Sierra hasta el 1 de enero, parece haber improvisado al instalar un pequeño árbol a última hora.
El tour por el alumbrado de las principales ciudades y algunos municipios, suelen ser un atractivo turístico que invita a visitantes en la temporada de fin de año e, incluso, algunas poblaciones compiten por tener el pesebre más grande, el árbol más despampanante, o el paseo de luces más extenso.
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Pero, lejos de todos ellos, en Girardot, para el 2023 fue instalado un árbol tamaño vivienda, con 4 o cinco regalos a un costado, algunas luces y ningún adorno.
Además, por la forma del pino se logra ver a través de él, alejándose del ideal de un árbol grande y frondoso, que la mayoría de amantes de la navidad comparten al iniciar las fiestas.
Como era de esperarse, su intento por decorar la plaza se quedó corto y en redes no pasó desapercibido, desatando una ola de comentarios, la mayoría negativos, de personas que vieron las imágenes, acompañadas por el audio viral de “ternuere 68 la cuerpa”, en el que entona una versión burlesca de la canción Feliz Navidad, de José Feliciano:
“No puedo esperar, me voy a ver los alumbrados de Girardot”, “Amo mi Girardot”, “Girardot es único, con corrupción al límite”, “Y va uno a mirar y el contrato es de 20 millones”, “Casi se queda pobre el alcalde”, “¿Dónde consigo un tour para ir a ver el alumbrado de Girardot”, “Mejor no hubieran puesto nada”, “En el top 10 de árboles más altos en Latinoamérica”, “Le ponen más bolitas al árbol y lo dañan”, “Es subterraneo, solo se alcanza a ver la punta”.
Aunque, por supuesto, no faltaron quienes, a pesar del rotundo fracaso en decoración, defendieron la belleza natural de Girardot que, a fin de cuentas, es el máximo atractivo del municipio cundinamarqués: “Girardot tiene un clima saboroso, no necesita tanto adorno”.
El pesebre costumbrista más grande de Latinoamérica se encuentra en Antioquia:
El pesebre navideño más grande de Latinoamérica se encuentra en la Iglesia de San José, situada en el municipio de Venecia, Antioquía. El nacimiento, reconocido como un récord Guinness, ha sido montada por el arquitecto local Luis Fernando Betancur y su familia, quienes desde octubre trabajan para que esté lista en diciembre.
El pesebre se extiende a lo ancho de la iglesia y cuenta con donaciones voluntarias de los visitantes para apoyar a los más necesitados del área.
El pesebre es una representación de un pueblito paisa contemporáneo, donde las figuras poseen movimiento y cada una “está haciendo algo”, lo que hace de este, especialmente atractivo para los entusiastas de la arquitectura y la cultura paisa, además, por supuesto, de los amantes de la temporada navideña.
Entre las figuras destacan reproducciones de elementos reales, como un perro parecido al famoso Wilson perdido en el Guaviare, y representaciones de la vida cotidiana, incluyendo negocios locales y infraestructuras urbanas como ríos y puentes.
El notable nacimiento en Venecia, a unos 60 kilómetros (aproximadamente 37 millas) de Medellín, tiene una gran importancia cultural y turística para la región. Se levanta en un lugar que en el pasado fungió como laguna, y ahora es escenario de las festividades decembrinas, y de las tradicionales fiestas de la canoa.
“Con todo ele respeto... ¿ahora a hacer una maqueta se le dice pesebre costumbrista”, “Muy lindo, excelente trabajo, peor no le veo nada de pesebre ¿Cómo que una peluquería?”, “Es una aldea, no es un pesebre”, “Que hermoso”, “¿Empiezan desde octubre? y yo que no he armado el mío”, “Está muy bonito, se nota que le ponen amor y dedicación, que alegría mostrar algo así”, comentaron quienes llegaron a cruzarse en redes con él.