Cada vez está más cerca la Navidad y, como cada año, en los hogares colombianos las familias católicas la esperan rezando la tradicional Novena de Navidad, o Novena de Aguinaldos, la cual inicia oficialmente el 16 de diciembre y va hasta el 24 de diciembre.
En estas reuniones, hechas en casas, oficinas o en iglesias, los colombianos suelen rezar, cantar y festejar cada día, por nueve días, esperando la llegada del Niño Dios, quien nacerá el 25 de diciembre a la medianoche.
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A continuación, les dejamos el orden del día, los cánticos y las oraciones para el tercer día de la Novena de Aguinaldos que se lleva a cabo el 22 de diciembre:
Oración inicial para todos los días
Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que les disteis en vuestro Hijo, la mejor prenda de vuestro amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En torno a él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro hijo humanado; suplicándoos por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en su pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. (Se reza tres veces el Gloria al Padre).
Consideración del día 7
Representémonos el viaje de María y José hacia Belén, llevando consigo, aún no nacido, al creador del universo, hecho hombre. Contemplemos la humildad y la obediencia de ese Divino Niño, que aunque de raza judía y habiendo amado durante siglos a su pueblo con una predilección inexplicable, obedece así a un príncipe extranjero que forma el censo de población de su provincia, como si hubiese para él en esa circunstancia algo que le halagase, y quisiera apresurarse a aprovechar la ocasión de hacerse empadronar oficial y auténticamente como súbdito en el momento en que venía al mundo.
El anhelo de José, la expectativa de María son cosas que no puede expresar el lenguaje humano. El Padre Eterno se halla, si nos es lícito emplear esta expresión, adorablemente impaciente por dar a su hijo único al mundo y verle ocupar su puesto entre las criaturas visibles.
El Espíritu Santo arde en deseos de presentar a la luz del día esa santa humanidad, que El mismo ha formado con divino esmero.
Oración a la Santísima Virgen María
(Para todos los días) Soberana María, que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera por madre suya, te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma, y la de todos los que en este tiempo hagan esta novena, para el nacimiento espiritual de tu adorado Hijo. ¡Oh dulcísima Madre! Comunícame algo del profundo recogimiento y divina ternura con la que guardaste tú, para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén. (Se reza nueve veces el Avemaría).
Oración a San José
¡Oh Santísimo San José! Esposo de María y padre adoptivo de Jesús. Infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te ruego, por el amor que tuviste al Divino Niño, me abrases en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén. (Se reza el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria).
Gozos
Dulce Jesús mío, mi niño adorado,
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
¡Oh sapiencia suma del Dios soberano, que al nivel de un niño te hayas rebajado!
¡Oh Divino Niño, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios!
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
¡Oh, Adonaí potente que, a Moisés hablando, de Israel al pueblo disteis los mandatos! ¡Ah! ven prontamente para rescatarnos.
¡Y que un niño débil muestre fuerte brazo!
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
¡Oh raíz sagrada
de José, que en lo alto presentan
al orbe tu fragante nardo!
¡Dulcísimo Niño que has sido
llamado lirio de los valles,
bella flor del campo!
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
¡Llave de David que abre al
desterrado las cerradas puertas
del regio palacio! ¡Sácanos, Oh
Niño, con tu blanda mano, de la
cárcel triste que labró el pecado!
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
¡Oh lumbre de Oriente sol de
eternos rayos, que entre las
tinieblas tu esplendor veamos!
¡Niño tan preciado, dicha del
cristiano, luzca la sonrisa
de tus dulces labios!
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
¡Espejo sin mancha Santo de los
santos, sin igual imagen
del Dios soberano! ¡Borra nuestras
culpas, salva al desterrado y,
en forma de Niño da al mísero
amparo!
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
¡Rey de las naciones, Emmanuel
preclaro, de Israel anhelo, pastor
del rebaño! ¡Niño que apacientas
con suave cayado ya la oveja
arisca, ya el cordero manso!
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
¡Ábranse los cielos
y llueva de lo alto Bienhechor
rocío, como riego santo! ¡Ven
hermoso Niño! Ven Dios
humanado luce, hermosa estrella,
brota flor del campo.
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
¡Ven que ya María previene sus
brazos de su niño vean,
en tiempo cercano! ¡Ven, que
ya José, con anhelo sacro, se
dispone a hacerse de tu amor
sagrario!
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
¡Del débil auxilio del doliente
amparo, consuelo del triste,
luz del desterrado!
¡Vida de mi vida, mi dueño adorado,
mi constante amigo, mi divino
hermano!
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
Vé ante mis ojos, de ti
enamorados! Bese ya tus plantes,
bese ya tus manos! Prosternado
en tierra te tiendo los brazos, y aún
más que mis frases
te dice mi llanto!
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
Oración al Niño Jesús
(Para todos los días) Acordados ¡Oh dulcísimo Niño Jesús! Que dijiste a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en Ti ¡Oh Jesús, que eres la misma verdad! Venimos a exponerte toda nuestra miseria.
Ayudadnos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos, por los méritos de tu encarnación y de tu infancia, la gracia… de la cual necesitamos tanto.
Nos entregamos a Ti ¡Oh Niño omnipotente! Seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que, en virtud de tu divina promesa, acogerás y despacharás favorablemente nuestra súplica. Amén.
Villancicos
<i><b>El burrito sabanero</b></i>
Con mi burrito sabanero, voy camino de Belén.
Con mi burrito sabanero, voy camino de Belén.
Si me ven, si me ven
Voy camino de Belén (2 veces).
El lucerito mañanero ilumina mi sendero
El lucerito mañanero ilumina mi sendero
Si me ven, si me ven
Voy camino de Belén (2 veces).
Con mi cuatrico voy cantando, mi burrito va trotando
Con mi cuatrico voy cantando, mi burrito va trotando
Si me ven, si me ven
Voy camino de Belén (2 veces).
<b>Coro:</b>
Tuki tuki tuki tuki
Tuki tuki tuki tá
Apúrate, mi burrito
Que ya vamos a llegar
Tuki tuki tuki tuki
Tuki tuki tuki tu
Apúrate mi burrito
Vamos a ver a Jesús (Se repite todo).