El sábado (16 de diciembre) por la noche, el colombiano Óscar Agudelo dejó la cama vacía por complicaciones que se sumaron el párkinson y alzhéimer con el que luchaba desde hace algunos años.
El talentoso Zorzal Criollo les dejó a los amantes del tango y el bolero 36 discos de larga duración en vinilo, 13 CDs y un DVD, y, entre ellos, su más grande éxito: La cama vacía.
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De la autoría del argentino Carlos Spaventa, la canción le llegó a sus odios cuando ya estaba radicado en Medellín y se había convertido en talento de la casa Codiscos, luego de haber hecho historia con Sonolux, a sus 22 años.
“Yo había acabado de firmar contrato con Codiscos en el 54, y llegó una gente de Argentina con un acetato. Vieron que era un entierro completo y me dijeron: ‘Tome ese acetato y llévese este tocadiscos; escúchelo a ver qué le parece’. Era La cama vacía, del compositor argentino Carlos Spaventa, que la compuso en el hospital y, cuando salió, la grabo y se murió”, recordó en entrevista para el diario El Tiempo.
Era un tango que no le cantaba al amor, sino por el contrario estaba a punto de convertirse en un himno a la soledad, tras haber pasado por las voces de Julio Jaramillo, Olimpo Cárdenas y la leyenda argentina, Carlos Gardel.
“A los de Codiscos les dieron el acetato original. Yo la oí y me dije que era una historia muy hermosa, pa’ ricos, pa’ pobres y pa’ todo el mundo. La grabé y la versión original es la mía. Después hicieron 16 versiones, en salsa, en lo que quiera, pero la primera fue la mía. Los otros la cantan, pero yo la cuento”.
En vida, Agudelo estuvo de lado y lado, y esa cercanía con la historia de dos amigos que no alcanzaron a reunirse, lo llevó a imprimir su propio estilo, ese de contar una historia, a través del canto.
“La historia de La cama vacía me ha tocado vivirla muchas veces. Una vez, en Paraguay, en un diciembre organicé un trío con Lucho Vásquez, llegamos a Asunción y me dieron unas fiebres aterradoras y me llevaron a un hospital. ¡Me tocó darle picos a una enfermera tan fea!, todo para que me diera de comer porque qué pobreza la que vivían allá. Duré varios días y las enfermeras les contaron a los músicos de allá que había un colombiano muy malo en el hospital y los paraguayos me visitaron. Después me tocó atenderlos cuando vinieron aquí a cantar”.
El Zorzal, que lidió con la soledad tantas veces, siempre encontró consuelo en la música y: “A estas alturas de la vida, con lo que he vivido, yo no le tengo miedo a la muerte, yo creo que ya es urgente... Porque ya hemos hecho todo y si ‘Chuchito’ me llama y vuelvo a encarnar, yo le pido que sea de cantante”, dijo en el aniversario número 60 de su carrera musical que, por poco y llega a los 70 en el 2024.
¿De qué habla <i>La cama vacía</i>?
La canción que marcó la carrera de Agudelo cuenta la historia de dos amigos que por cuenta del destino no lograron reunirse, a pesar de haberse tenido un gran cariño en vida.
“La carta es para decirte, que si podés algún día, vení a hacerme compañía vos que tanto me quisiste; estoy tan solo y tan triste que lloro sin contenerme, ya nadie suele quererme, todos se muestran impíos, de tantos amigos míos ninguno ha venido a verme, le dice el protagonista de esta historia a su compañero.
En su lecho de muerte, quiso verlo de nuevo, pero, hundido en la soledad y golpeado por complicaciones en su salud puso en duda la amistad que, en condiciones optimas, nunca le hizo falta.
“Hoy yo te doy la razón, pues veo en mi soledad que esa llamada amistad es tan sólo una ilusión. Cuando uno está en condición tiene amigos a granel. Pero si el destino cruel hacia un abismo nos tira, vemos que todo es mentira y que no hay amigo fiel”.