El Gobierno de Gustavo Petro se enfrenta a críticas tras plantear modificaciones a la regla fiscal en Colombia, norma con la que se busca asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas, de tal forma que no se supere el límite de deuda.
La controversia surgió a raíz de la intención de establecer una regla fiscal verde, la cual no contabilizaría los gastos públicos en proyectos ambientales dentro del límite de inversión o administración.
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Esta propuesta, aún en fase de diálogo interno y sin formalización de un proyecto legislativo, generó rechazo, incluso de figuras como el primer ministro de Hacienda que tuvo Gustavo Petro durante su mandato, José Antonio Ocampo.
El planteamiento gubernamental busca adaptar la política fiscal a la necesidad de una transición energética, según palabras del viceministro de Hacienda, Diego Guevara. Por otro lado, Ocampo argumenta que la propuesta daña la imagen internacional del país y omite las mejoras incorporadas durante el mandato anterior, que introdujeron mecanismos anticíclicos a la regla fiscal.
Además, expresó su preocupación por el cambio de postura del actual ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien en un principio se mostró en contra de la modificación.
“Primero, genera una mala imagen internacional para Colombia. Segundo, no tiene en cuenta las mejorías de la regla fiscal incluso durante la administración de Duque, que fue darle mecanismos anticíclicos, que no existían previamente”, dijo Ocampo a Valora Analitik.
También reiteró que, cuando era ministro de Petro, se negó al cambio.
La propuesta surge mientras el país explora vías para contrarrestar su impacto ambiental y posiblemente aumentar la inversión en proyectos sostenibles. Sin embargo, su viabilidad se ve cuestionada por figuras como Ocampo, quien enfatizó que, durante su periodo en el cargo, se opuso a la propuesta, sosteniendo la necesidad de conservar la estructura fiscal actual.
El debate está dentro de una discusión más amplia sobre cómo equilibrar el crecimiento económico con la protección ambiental, un tema de interés global y particularmente relevante para Colombia, un país con una rica biodiversidad.
La decisión del Gobierno de avanzar o no con esta reforma será observada de cerca tanto por defensores del medio ambiente como por analistas económicos y financieros, quienes examinan las implicaciones fiscales de tal medida.
Respaldo a la regla fiscal
El exfuncionario contó a principios de diciembre que durante varias oportunidades afirmó que ante las medidas económicas que estaba tomando el Gobierno nacional, sobre todo por las reformas sociales, esta norma se respetaría.
Tras varios meses de su salida del Gobierno, Ocampo habló del asunto y aseguró que cuando cumplía la función en dicha cartera le dijo al presidente que eso no lo haría, pese a la insistencia del jefe de Estado.
“Sí, no he entendido eso. Cuando todavía estaba en el Gobierno, le dije: ‘Eso no lo hago yo’”, dijo Ocampo a Semana.
Precisó al medio que Petro le habló varias veces de cambiar la regla fiscal.
Regla fiscal incomoda al Gobierno Petro
Analistas y expertos de la materia coinciden en que Colombia debe respetar la regla fiscal. Así lo dejaron ver cada vez que el Gobierno Petro mencionó el asunto.
El director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, José Ignacio López, aseguró que no es el momento para cambiar la regla fiscal.
“Ya para el 2024 el Gobierno exhibe un déficit fiscal muy superior al de otros países de la región, y abrir más espacio fiscal con tasa de diez años en EEUU a 4,6%, puede resultar muy costoso en términos de confianza y financiamiento”, advirtió.
El vicepresidente Técnico y de Estudios Económicos de la Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos de Pensiones y de Cesantía (Asofondos), Daniel Wills, afirmó que la propuesta de modificarla llega justamente cuando empieza a incomodar al Gobierno, y es cuando está funcionando bien.
“Todos los gobiernos (de izquierda y de derecha) tienen una motivación a gastar más de lo que reciben. Al fin y al cabo gastar más da buenos réditos políticos, y la deuda por pagar le queda a los gobiernos siguientes”, explicó.
Anotó que, históricamente, una forma de gastar más de lo que permitían los ingresos era imprimiendo plata, lo que generaba inflación alta y persistente. Sobre esto, dijo que la solución fue darle independencia a los bancos centrales y la decisión de imprimir ya no depende del Gobierno.