Según la Iglesia católica, una de las novenas más importantes históricamente ha sido la de preparación a la Navidad, celebrada desde la Edad Media en España y Francia para rememorar el embarazo de la virgen María. El ritual llegó desde Europa a Colombia con la colonización y, desde entonces, convoca a familias y amigos todos los años.
Cuenta la Red Cultural del Banco de la República que el fraile ecuatoriano Fernando de Jesús Larrea (1700 - 1733) fue quien comenzó a escribirla, cuando apenas tenía 25 años de edad, por encargo de la señora Clemencia de Jesús Caycedo Vélez, quien fundó el conocido colegio La Enseñanza, en Bogotá.
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Lo que la mujer quería era un libro para rememorar la llegada al mundo del niño Dios, así como los días previos a ella, como el recorrido de los tres reyes magos desde el oriente para llegar a Belén y celebrar el nacimiento de Jesús. Así, pues, se creó no solo el cántico del “Dulce Jesús Mío”, sino la novena, que se celebra solo en Ecuador y Colombia, salvo algunas poblaciones de Venezuela.
Desde el 16 de diciembre inicia esta tradición y cada día las familias colombianas se reúnen para orar por la llegada del niño Dios, que nacerá el 25 de diciembre a las 00:00.
Hoy se celebra el sexto día de este homenaje. A continuación, les dejamos el orden del día, los cánticos y las oraciones:
Oración para todos los días:
Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que le diste en vuestro hijo la prenda de vuestro amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro hijo humanado, suplicando por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. (Se reza 3 veces el Gloria al Padre).
Intención del día 6:
Sexto día para valorar la sencillez.
Sencillez que es la virtud de las almas grandes y de las personas nobles.
Sencillez que fue el adorno de María de Nazaret, tal como ella misma lo proclama en su canto de Magníficat.
“Mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su esclava” Lucas 1, 47 - 48
Navidad es una buena época para desterrar el orgullo y tomar conciencia de tantos males que acarrea la soberbia. Ninguna virtud nos acerca tanto a los demás como la sencillez y ningún defecto nos aleja tanto como la arrogancia.
El amor solo reina en los corazones humildes, capaces de reconocer sus limitaciones y de perdonar su altivez.
Es gracias a la humildad que actuamos con delicadeza, sin creernos más que nadie, imitando la sencillez de un Dios que “se despojó de sí mismo y tomó la condición de siervo” Filipenses 2, 6 – 11.
Crecer en sencillez es un estupendo regalo para nuestras relaciones.
Recordemos que en la pequeñez está la verdadera grandeza y que el orgullo acaba con el amor.
Oración a la Santísima Virgen María:
Soberana María, que por vuestras grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios os escogiese por madre suya, os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado hijo. ¡Oh dulcísima madre!, comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que lo aguardasteis vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén. (Se reza tres veces el Avemaría).
Oración a San José:
¡Oh santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan soberanos misterios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abracéis en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén. (Se reza un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria al padre).
Oración al Niño Jesús:
Acordaos, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijisteis a la venerable Margarita del santísimo Sacramento, y en persona suya a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en vos, ¡oh Jesús!, que sois la misma verdad, venimos a exponeros toda nuestra miseria.
Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos infinitos de vuestra infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a vos, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no que dará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestra súplica. Amén.
Gozos:
Oh, sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino Infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven
Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.
Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven
Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tu esplendor veamos, Niño tan precios, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven
Rey de las naciones, Emmanuel preclaro de Israel, anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven
Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño, ven Dios humanado, luce hermosa estrella, brota flor del campo.
Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven
Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven
Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano.
Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven
Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas bese ya tus manos. Prosternado en tierra, te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.
Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven
Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven
Ven Salvador nuestro por quien suspiramos, ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.