Disparos, golpizas, laceraciones, envenenamiento, machetazos abandono e incluso abuso sexual fueron tan solo algunos de los vejámenes a los fueron sometidos cientos de animales en lo corrido del 2023 en todo el territorio colombiano. De hecho, la Fiscal General de la Nación, a través del Grupo Especial contra el Maltrato Animal (Gelma), reveló –con corte hasta octubre– que se han registrado más de 1.002 casos de violencia contra los animales en Colombia.
En cuanto a las ciudades con más situaciones de violencia, el informe de la Fiscalía reveló que Bogotá ocupa el primer puesto con 136 casos, seguido de Pasto (30), Cali (28), Santa Marta (28), Ibagué (24), Villavicencio (24), Montería (20), Medellín (19), Popayán (18), Soacha (18), Cartagena (16), Neiva (16), Chía (15) y Barranquilla (11).
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Los casos más aberrantes de maltrato animal
La oleada de maltrato contra seres sintientes en 2023 empezó en enero cuando un perro en Facatativá (Cundinamaraca) falleció por múltiples puñaladas cuando huía despavorido por el sonido de la pólvora en la celebración del inicio de año. “Como echaban mucha pólvora el perrito salió corriendo y por el miedo se iba a meter a la casa vecina, yo me acosté y estaba mirando las cámaras de vigilancia, cuando veo a un muchacho que con rabia le manda como unas cuatro puñaladas que ahí se ve en el video, lo apuñalaron, pero Mochi de todas maneras se metió a la casa del vecino y allá lo terminaron de matar”, contó en la emisora Caracol Radio Jackeline Huertas, dueña del canino.
Ya en febrero, 112 animales entre monos nocturnos y monos búho mantenían en cautiverio en un centro de investigación científica ubicado en Cali, con el fin de desarrollar una vacuna en contra de la malaria. En el laboratorio, las autoridades encontraron fetos de la especie y algunos ejemplares, sin ojos entre sus cuencas, lo que daría cuanta que fueron violentados constantemente.
“Durante casi dos décadas los Institutos Nacionales de Salud han estado entregando dinero a esta organización colombiana (Fundación Centro de Primates, Fucep) para desarrollar una vacuna contra la malaria que aún no existe, exponiendo al sufrimiento a los monos”, informó Conexión Animal.
Los aberrantes casos continuaron en Bogotá, donde se perpetró una masacre de perros en Ciudad Bolívar, en el sur de la ciudad. De acuerdo con lo relatado por los vecinos del sector, fueron hallados 15 perros sin vida, cuyos cuerpos fueron abandonados en un acopio de basura ilegal de la localidad, lo que indicaría que fue un acto premeditado.
Las ferias y fiestas en diferentes regiones de Colombia también han sido escenarios de violencia contra los seres sintientes. Por ejemplo, “la cabalgata más grande del mundo” que se llevó a cabo en Tuluá, Valle del Cauca, según activistas animalistas, se convirtió en el epicentro de múltiples hechos de maltrato en el que hubo más de 150 registros de faltas a las normas establecidas y hechos de crueldad contra equinos. Del mismo modo, en redes sociales se difundió la noticia de un caballo muerto, que cayó con su jinete de un puente de cinco metros.
Otros casos reportados fueron: 13 equinos con peladuras, ocho casos registrados de uso de látigos, rejos o palos, entre otros. “Llama la atención el caso de un jinete masturbando a un caballo y hasta escuchando música”, según Radio Conexión Animal.
En el Tolima, un hombre habría sacrificado a un caballo causándole sufrimiento injustificado. De acuerdo con la investigación, el dueño del equino lo llevó a una pesebrera para su cuidado, pero luego de un tiempo el animal sufrió una fractura en una de las extremidades y era necesario sacrificarlo. A pesar de que el tenedor del caballo se opuso al procedimiento, el agresor hizo caso omiso y le practicó la eutanasia.
“Inicialmente, le habría causado una herida en el cuello para que se desangrara, causándole sufrimiento injustificado. Luego, le aplicó una inyección que le causó la muerte. Finalmente, lo sepultó en la parte trasera de las pesebreras”, indicó el fiscal coordinador de Gelma, Juan Miguel Torres.
De otro lado, decenas de gatos callejeros murieron como consecuencia de un envenenamiento masivo. “Les echan específico (químicos) y suciedad al agua y a la comida. Es una cosa horrible el desamor y al ataque tan feo a los animales”, dijo Nidia Agudelo, habitante del barrio Capri en Cali al medio local 90 Minutos.
Otro de los hechos que causó indignación entre los colombianos fue cuando en marzo, inescrupulosos prendieron fuego al refugio de un polideportivo en Santa Marta, que albergaba más de 50 gatitos; los animales se quemaron vivos al interior del predio.
Nuevamente en Cali, una perrita de tres años fue víctima de maltrato por parte de sus dueños, quienes le amarrón al hocico un bozal hecho con alambre de púas. No obstante, la canina fue rescatada y veterinarios del CBA realizaron la cirugía de reconstrucción.
Un acontecimiento más tuvo lugar en Ibagué, donde el 19 de septiembre un juez de control de garantías impuso medida de aseguramiento en centro carcelario a Andrés Fernando Bocanegra responsable del delito de maltrato animal agravado, tras haber golpeado y asfixiado con la correa a su propio perro de raza pitbull hasta quitarle la vida. Mientras que, en Pitalito (Huila), varios cachorros tenían escasas horas de haber nacido, fueron se encontraban abandonados en una caja de cartón y enterrados vivos en una obra en construcción.
Recientemente, en San Rafael, Antioquia, la comunidad denunció que un canino fue hallado en un área boscosa en delicado estado de salud y con aparentes signos de abuso sexual y serias lesiones que le impedía caminar. El hecho sigue siendo investigado por las autoridades, mientras que el perro continúa en recuperación.
En Santa Rosa de Cabal, un sujeto de 32 años fue detenido por segunda vez, luego de que desollara a un canino, usando un machete y un cuchillo. En mayo de 2022 el mismo hombre había sido aprehendido por las autoridades tras haber asesinado a dos gatos, pertenecientes a sus propios sobrinos para comérselos. El reporte de la Policía indica que la carne del perro también fue consumida por el criminal.
La fauna silvestre también sufrió la maldad del ser humano
Tal vez uno de los casos más sonados en el país fue el protagonizado por dos chimpancés que escaparon del Bioparque Ukumari de Pereira. José Leandro Hurtado Henao fue imputado por el delito de maltrato animal agravado, luego de que se le acusara del asesinato de Pancho y Chita. La Fiscalía Militar y Policial indicó durante una audiencia que los tres uniformados también implicados no cometieron ningún delito, ya que en la situación se tuvo que “dar prioridad a la vida humana sobre el animal”.
De igual forma, otros ejemplares de fauna silvestre fueron víctimas de crueldad. Por ejemplo, en noviembre el brutal asesinato de un puma en José Manuel de Altamira, zona rural del municipio de San Bernardo del Viento, en Córdoba. En Septiembre, un incidente similar tuvo lugar en la zona rural del Valle del Cauca, donde un individuo fue captado en video cargando a un puma muerto sobre sus hombros. Cabe mencionar que en la capital del Valle, a punta de golpes y garrotazos operarios encargados de la limpieza en Cali mataron a una zarigüeya, una especie que está protegida por la ley.
En redes sociales circularon fotos y videos donde se ve a una nutria ensangrentada y quejándose desesperadamente por el dolor de las pedradas y patadas que habitantes de Valledupar le infligen, sobre todo en su cabeza, que quedó reventada. En las mismas imágenes se observa cómo el animal es arrastrado por el suelo y sometido a distintos vejámenes hasta finalmente morir. Asimismo, en la capital del Cesar, un mono aullador falleció por una bala producto de disparos al aire que hizo un hombre en la zona.
Por otra parte, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá se dio a conocer la historia de una tortuga morrocoy que durante su cautiverio fue sometida a una alimentación y espacios inadecuados, lo que originó una malformación en su caparazón.
Pese a la intervención de los profesionales, la tortuga no sobrevivió y ahora hace parte de las cifras de víctimas mortales que deja el tráfico de fauna y su tenencia ilegal.
Finalmente, mediante las redes sociales en varios oportunidades los internautas denunciaron públicamente a diferentes empresas de transporte terrestre y aéreo por las condiciones precarias e inhumanas a las que sus mascotas fueron sometidas durante los viajes. Pues muchos de los vehículos y aeronaves no contaban con optimas condiciones para movilizar a los animales. Tal fue el caso de Lulo, un canino que tuvo que soportar más de 16 horas encerrado en su guacal sin la posibilidad de comer, beber agua o hacer sus necesidades.