Las tragedias que marcaron el 2023

Más de 3.000 personas murieron de forma accidental durante el 2023 de acuerdo con las cifras de Medicina Legal. Varias de esas muertes causaron impacto nacional debido a las situaciones en que ocurrieron, como la caída de tres aeronaves, una avalancha y una explosión al interior de una mina.

Uno de los hechos que ocurrió en el 2023 y pasará a la historia nacional es la desaparición y hallazgo de los cuatro hermanos Mucutuy. La historia de su tragedia y el milagro de su vida ha dado para publicaciones de libros además de una película que contó con el apoyo del Gobierno nacional.

Una avioneta que viajaba de Araracuara, Amazonas, a San José del Guaviare desapareció el 1 de mayo. En la aeronave viajaban siete personas: el piloto Hernando Murcia Morales, Herman Mendoza Hernández, Magdalena Mucutuy y sus cuatro hijos Lesly (13 años), Soleiny (9), Tien (5) y el bebé Cristin de un año.

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Tres semanas después, en medio de la tupida selva del Guaviare, la fuerza pública ubicó la aeronave. En el lugar del siniestro solo estaban los cuerpos de los adultos y la evidencia de que los menores habían logrado sobrevivir al accidente y tomado camino con rumbo desconocido.

Desde ese momento se intensificó la búsqueda. Se conformó la Operación Esperanza con más de 350 soldados del Ejército Nacional, las fuerzas especiales, más unos 80 indígenas de la guardia nasa, coreguaje, siona y murui que pusieron al servicio del operativo sus conocimientos ancestrales para andar la selva.

El 17 de mayo, el presidente Gustavo Petro, sin confirmar una información que se pasó de voz a voz desde un caserío en el Guaviare, anunció el rescate de los menores. Pero la lancha que supuestamente los llevaba de regreso a los brazos de su abuela nunca llegó.

La búsqueda continuó con el rastro de huellas frescas, zapatos y biberones que las autoridades fueron encontrando tirados en el suelo, hasta el 9 de junio, cuando finalmente un grupo de indígenas los encontró. Los menores estaban famélicos y asustados, pero con vida y el país, acostumbrado a las tragedias, celebraba al fin un milagro.

La historia no terminó allí. Un perro del Ejército entrenado en labores de búsqueda, llamado Wilson, desapareció pocos días antes del hallazgo de los hermanos Mucutuy y no fue posible recuperarlo. Miguel Ranoque, el padre de dos de los menores, fue capturado por la Fiscalía y se encuentra imputado por presunto abuso sexual.

Mientras el país todavía seguía los detalles del caso de los hermanos Mucutuy, el 19 de julio otra avioneta se desplomó. La aeronave se desplazaba de Villavicencio, capital del Meta, hacia Bogotá con una tripulación de líderes políticos del departamento que se preparaban para las elecciones regionales.

El piloto Eliodoro Álvarez alcanzó a reportar una anormalidad en el vuelo y a los pocos minutos se desapareció del radar. La aeronave Cessna T210N, de matrícula HK-513, se precipitó e impactó en el suelo en una finca de San Luis de Gaceno, en Boyacá.

En el trágico accidente no hubo sobrevivientes. Las víctimas fueron la exsenadora Nohora Tovar, su esposo el dirigente político del Centro Democrático en el Meta Guillermo Pérez, el diputado Dimas Barrero Pandales, el concejal de Villavicencio Óscar Rodríguez, todos de la misma colectividad dirigida por el expresidente Álvaro Uribe.

La teniente Julieth García, primera mujer piloto de un helicóptero UH 1N del Ejército Nacional, murió a cuatro de sus compañeros cuando la aeronave en la que se desplazaban se precipitó hacia el suelo, el 19 de marzo, cerca de la capital del Chocó. Las demás víctimas fueron el capitán Héctor Jerez Ochoa y los sargentos segundos Rubén Leguizamón Perilla y Johan Orozco Neira.

Todo parece indicar que la aeronave, que se encontraba en labores de abastecimiento de las unidades del Ejército en zona rural, perdió el rotor de la cola por alguna anomalía, lo que hizo que se perdiera el control del helicóptero.

El capitán Jerez era el piloto y trató de maniobrar en espiral para evitar caer sobre las viviendas de la zona. Dos de los tripulantes habrían tratado de saltar de la aeronave para salvarse, pero la tragedia dejó a los cuatros uniformados sin vida.

El 17 de julio el país vivió otra tragedia, esta vez por cuenta de una temporada de lluvias que causó el desbordamiento de cuatro quebradas que rodean el municipio de Quetame, en Cundinamarca. Las aguas provocaron una avenida torrencial que cubrió casi por completo la vereda El Naranjal y sorprendió a sus habitantes sobre la medianoche de ese lunes.

La avalancha arrastró carros, desplomó viviendas, cubrió por completo las calles y produjo la muerte de 29 personas. La mayoría de las víctimas, 19 de ellas, eran de una misma familia, madre, primos, hermanos, tíos y tías de la comandante de la Policía del Aeropuerto de Cartagena, la oficial Lisbeth Herrera.

Tal fue la magnitud del deslizamiento en Quetame que dos de las víctimas fueron halladas en el municipio de Acacías, a 70 kilómetros de sus casas donde fueron alcanzados por la avalancha.

La situación, sumada a la temporada de lluvias, agravó la situación de movilidad del centro del país hacia Villavicencio. Por dos semanas estuvo cerrado el corredor de la vía al Llano hasta que el Ejército instaló los puentes provisionales para retomar la movilidad del sector.

El subsuelo también fue el escenario de una de las tragedias con más víctimas mortales durante el 2023. El 14 de marzo se presentó una explosión en los socavones de una mina de carbón en el municipio de Sutatausa, en Cundinamarca, que dejó 21 trabajadores muertos.

La explosión que se habría producido por acumulación de gases hizo vibrar las casas, los cambuches y produjo derrumbes internos en al menos 2 de los túneles de la excavación. A esa hora había 30 trabajadores dentro de los socavones, 9 de ellos lograron salir por sus propios medios, 2 con graves afectaciones que fueron trasladados a centros médicos.

Los demás se quedaron tratando de excavar para lograr salvar a sus compañeros atrapados en una carrera contra el tiempo para lograr hallarlos con vida. Pero mientras pasaban las horas, solo encontraban cuerpos en medio de los sedimentos. Tras dos días de búsqueda se confirmó que no había posibilidad de rescatar sobrevivientes.