Una juez de control de garantías de Bogotá declaró ilegal el jueves 14 de diciembre la captura de la abogada Consuelo Ibeth Parra Velandia, exfuncionaria del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General de la Nación, señalada de lavado de activos a miembros del Clan del Golfo. La decisión también cobijó a siete personas más, acusadas de las mismas prácticas delictivas.
Parra Velandia, que había sido capturada en la mañana del miércoles 13 de diciembre, junto a los que serían los demás integrantes de la estructura financiera del clan, según información que dio a conocer la Fiscalía 34 de la Dirección de Lavado de Activos, recuperó su libertad luego de una audiencia de ocho horas, en la que habría quedado en evidencia que el procedimiento de captura no estuvo ceñido a la ley.
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La decisión también cobijará a Cristhian Camilo Uribe Álvarez, Andrea Catalina Ballestas Caro, Sergio René Páez Pedraza, Yine Arlet Barrantes Bustos, Wilson Muñoz Ávila y Diego Calixto Guerrero Mariño, que de acuerdo con el reporte del diario El Tiempo, fueron capturados en medio de la operación Briks, en el que se incautaron de 320 bienes avaluados en más de 300.000 millones de pesos.
El papel de Ibeth Parra en la defensa de poderosos exparamilitares y narcos
La letrada, luego de hacer parte del organismo judicial, se hizo famosa por defender a peligrosos exparamilitares y capos de la droga, como Diego Fernando Murillo, alias Don Berna, y Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, a los que ha asesorado en materia jurídica y ha ido a los estrados judiciales, como parte de su trabajo como litigante. Y estaba en el ojo del huracán por lo que serían sus nexos con el temido clan.
La investigación de la Fiscalía en contra de la mujer la señalaba de ser una pieza clave en el interés de los miembros de esta organización al margen de la ley, y también de los poderosos exjefes paramilitares pedidos en extradición, en el fin de ocultar su patrimonio a la luz de las autoridades y evitar así que fueran objeto de extinción de dominio, antes de ser sometidos por la justicia de los Estados Unidos.
En otras palabras, fue señalada de ser testaferro de sus clientes, pues tendría a su nombre una serie de propiedades sobre las cuales no habría sustento sobre las fuentes de financiación que permitieron su compra.
En la actualidad, la exintegrante del CTI llevaba la defensa de Carlos Antonio Moreno Tuberquia, alias Nicolás, que es considerado como hombre de confianza y mano derecha del extraditado cabecilla del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel. Ambos, Moreno Tuberquia y Úsuga, se encuentran en territorio norteamericano, respondiendo por delitos relacionados con narcotráfico.
En 2018, se mencionó a Parra como la intermediaria entre Otoniel y el senador del Pacto Histórico Iván Cepeda, que intentaban cumplir con la Ley de Sometimiento aprobada por el entonces presidente Juan Manuel Santos, con el fin de que el Clan del Golfo se desmovilizara después de la firma del proceso de paz con las Farc.
Llama la atención cómo en el libro La vorágine del conflicto, escrito por Miguel Ángel Beltrán Villegas, el exparamilitar Paulo Antonio Tovar Garzón, alias Chocolate, contó cuál era la influencia de la profesional del derecho, que empezó a ganar fama como defensora de exmiembros de las autodefensas y de traficantes de drogas.
“Conocí a la abogada Iveth Consuelo Parra Velandia y a su amante, alias Mondongo, quienes eran informantes de confianza de las ACC (Autodefensas Campesinas de Casanare), en el casco urbano de Sogamoso (Boyacá)”, indicó Tovar Garzón. “Muchos postulados a la ley de Justicia y Paz tienen miedo de hablar de este asunto, ya que esta señora es abogada de confianza de alias Berna y de Jorge Pirata”, agregó.