El proyecto de ley sobre cannabis en Colombia fue desestimado el 12 de diciembre por la plenaria del Senado de la República, tras una votación de 46 votos a favor y 40 en contra. La iniciativa que buscaba la regulación de la marihuana para el consumo recreativo en adultos fue tumbada y desató varias reacciones a favor y en contra.
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Entre las reacciones suscitadas sobresale la particular celebración del senador de la Alianza Verde, Jota Pe Hernández, que tras conocerse la decisión de la votación salió brincando y coreando la victoria de la oposición. Precisamente quedó registrado como Jota Pe fue el único legislador de su colectividad que celebró eufóricamente la determinación final.
Pero la celebración no solo se limitó a sus movimientos eufóricos, en una intervención el senador de la Alianza Verde indicó que la regulación no es la manera de quitar el negocio a los jibaros y concluyó que él junto a los legisladores que se opusieron al proyecto continuarán trabajado para ‘salvar la patria’.
“En lugares donde se legalizó, el negocio de la marihuana floreció, el consumo aumentó y las familias se destruyeron. Aunque la Corte Constitucional permita el consumo y la posesión de ciertas cantidades, ¿por qué insistir en legalizar un negocio que ha demostrado ser perjudicial para la juventud de Colombia? ¿Por qué seguir infligiendo este daño, llevando a más jóvenes a la drogadicción y destruyendo más familias. Aunque la salud, la economía, las pensiones y la seguridad estén amenazadas por diversas reformas, aún hay esperanza. Aún quedamos gladiadores dispuestos a darlo todo, incluso nuestras propias vidas, para salvar esta patria”.
Vale resaltar que Jonathan Ferney Pulido mayormente conocido como Jota Pe, ha modificado su postura respecto a la legislación del cannabis en Colombia. Tras apoyar en septiembre de 2022 un proyecto para la regulación del uso de cannabis por adultos, que favorecía el acceso a los servicios de salud y resaltaba los beneficios médicos de la planta, el senador ha optado a una posición contraria respecto a las nuevas propuestas legislativas centradas en la comercialización.
Entretanto una de las ponentes del proyecto, la senadora María José Pizarro, cuestionó duramente a los políticos que se encargaron de hundir la ley, afirmando que en vez de ser un golpe al narcotráfico es una ayuda a las economías ilícitas que giran alrededor de los estupefacientes y psicoactivos.
“Ni siquiera sean capaces de escuchar, de debatir, que hayan recurrido a todas las jugaditas, a las artimañas y a las leguleyadas para eludir el debate. Aquí se trataba de hablar, de presentar argumentos. Pues, muy bien, el negocio es de ustedes que quieren sacar a los niños y alejarlos de los bandidos y de los jíbaros, ustedes los van a mantener, a la juventud de este país, a los consumidores en las ollas expuestos al basuco, a la cocaína, entregándoles miles de millones de recursos al narco”.
Aunque el argumento de las economías fue respondido en la intervención de Jota Pe, de acuerdo con el senador que ha sido un férreo opositor del Gobierno Petro, en los países que se reguló el cannabis persistieron los problemas de consumo y comercialización.
“Algunos podrían argumentar que mencionar la familia carece de sustento, pero tengo datos contundentes. En Uruguay, Canadá y en 16 estados de los Estados Unidos, se cometió el error de legalizar la marihuana. Según un estudio de la Universidad de Vigo basado en 567 artículos, solo un poco más del 20% de los consumidores compra legal. Esto se debe a que el producto legal conlleva mayores costos, y los adictos buscan la opción más económica, perpetuando así el problema”.
En Colombia, la normativa vigente sobre el uso de marihuana establece límites claros en cuanto a su consumo, porte y cultivo personal. Según las leyes colombianas, el consumo de marihuana es permitido y se enmarca dentro del derecho al libre desarrollo de la personalidad. No obstante, este consumo debe realizarse de manera responsable, sin infringir los derechos de otros ciudadanos o de la comunidad.
Por otra parte, portar marihuana hasta en cantidades que no superen los 20 gramos está permitido legalmente, siendo este el límite de la dosis mínima personal. El autocultivo de marihuana también es una actividad legal en el país, aunque la comercialización de marihuana se mantiene como una práctica ilegal.