Un reciente estudio realizado por la firma Fiserv, multinacional de tecnología financiera, reveló que en Colombia el efectivo se mantiene como el medio de pago principal para la mayoría de la población en sus actividades cotidianas.
Un significativo 96% de los encuestados expresó que prefieren el dinero contante por su rapidez en las transacciones, sobre todo en gastos diarios de menor valor y en el ámbito informal.
Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel y en Google News.
Pese a que los pagos en efectivo predominan en el país, el informe Números que hablan destaca un cambio en los hábitos de consumo hacia las modalidades digitales. Un 64% de los colombianos encuestados utiliza tarjeta de débito, mientras que las billeteras virtuales son usadas por el 47%. Por su parte, el uso de tarjeta de crédito se sitúa en el 37%, seguido por la tarjeta digital y la tarjeta prepago, con un 13% y 4%, respectivamente.
Estos datos reflejan una diversificación y modernización en las prácticas financieras en el país, con el aumento del acceso a Internet como un factor determinante.
La investigación se centró en un grupo de 600 colombianos de ambos géneros y de diferentes estratos socioeconómicos, con edades comprendidas entre los 18 y los 60 años. Los participantes estaban ubicados principalmente en los departamentos de Antioquia, Caldas, Cundinamarca, Huila, Risaralda, Tolima, Quindío y Bogotá.
El estudio no solo sirvió para reflejar una situación actual, sino que también sugiere una tendencia emergente, en la que, a pesar de que el manejo de dinero en efectivo sigue siendo muy arraigado, existe una clara inclinación hacia los métodos de pago digitales, reflejando así una adaptación gradual a las tecnologías emergentes en el ámbito financiero.
Esta investigación también destaca que este cambio paulatino en la preferencia de los métodos de pago se ve impulsado por la evolución tecnológica y el creciente acceso a conexiones a Internet.
La capacidad para realizar transacciones financieras desde cualquier lugar y a través de cualquier dispositivo está transformando los patrones de consumo. Según el informe, el consumidor colombiano está explorando y adoptando cada vez más las ventajas que ofrecen las soluciones de pago digital.
En Colombia, la tarjeta débito se consolida como el medio de pago habitual y preferido de los ciudadanos (por la aceptación que tiene en los comercios), superando al efectivo, especialmente para pagos de impuestos, compras de alimentos y ropa. No obstante, el efectivo sigue siendo el principal recurso para el pago de servicios públicos.
Así mismo, el auge de las billeteras virtuales o digitales en el país refleja un cambio significativo en el comportamiento de los consumidores. Estas plataformas son cada vez más utilizadas para una variedad de operaciones financieras, que incluyen recepción de subsidios gubernamentales, créditos, pagos de nómina, así como pagos de servicios y compras generales.
La popularidad de estas billeteras muestra su potencial para transformar el sistema de pagos en Colombia, facilitando transacciones sin necesidad de tarjetas físicas o efectivo en puntos de venta como restaurantes y tiendas.
La familiaridad de los colombianos con las billeteras digitales es notoria, puesto que al menos 7 de cada 10 están al tanto de su existencia. El 63% de esta cifra conoció sobre estas herramientas financieras gracias a la publicidad. Este dato demuestra cómo las estrategias de marketing han jugado un papel crucial en la difusión y adopción de estas tecnologías de pago en el mercado colombiano.
Por su parte, el 37% de los encuestados utiliza tarjetas de crédito para sus operaciones financieras, aunque el 24% de ellos manifiesta el deseo de dejar de usarlas. Este hallazgo indica una ambivalencia entre la necesidad de contar con crédito y la preferencia por otras formas de pago.
El uso de tarjetas de crédito se diversifica según el tipo de adquisición, siendo el financiamiento de compras de tecnología y viajes el principal uso para un 56% de los usuarios, quienes los diferencian en promedio a tres cuotas. Por otro lado, un 20% recurre a ellas para gastos más cotidianos, como los de supermercado y ropa. Estos patrones de gasto reflejan la importancia de las tarjetas de crédito como herramienta de financiación, particularmente para gastos de mayor envergadura.