The Cure no defraudó en su regreso a Colombia y brindó una noche épica para sus fanáticos en Bogotá. El Movistar Arena se vistió de romanticismo para recibir la voz del gran Robert Smith y su banda. El grupo británico brindó una noche llena de melancolía y épicos momentos que quedaron en la mente de los asistentes.
Como parte del festival Road to Primavera Bogotá 2023, y luego de presentaciones memorables como la de Slowdive, la banda de rock británico pisó por segunda vez un escenario colombiano demostrando por qué son considerados una agrupación intergeneracional con sus más de cuarenta años en la escena musical.
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Tras varios años de espera en los que seguidores de la banda quisieron verlos formar parte de un festival al aire libre, finalmente cumplieron parte de su deseo, pues la banda regresó e integró el cartel de un festival musical, pero bajo el techo del Movistar Arena de Bogotá.
Sus clásicos más esperados, Boys don’t cry y Friday I’m in love, fueron infaltables en el recinto que cantó a su voz al lado de Robert Smith.
El retorno de The Cure a Colombia marcó un hito, brindando a los asistentes una experiencia memorable. Robert Smith y la banda ofrecieron un concierto en el que predominó la nostalgia, interpretando éxitos que han definido su carrera, al tiempo que brindaron indicios de las nuevas direcciones musicales y emocionales que ha explorado Smith recientemente. La banda conectó con su audiencia, entregándose completamente en cada canción y evidenciando el porqué de su vigencia y relevancia en la escena musical actual.
Luego de que llegaran en el Parque Metropolitano Simón Bolívar, en Colombia, Robert Smith, junto a su banda, ofreció una actuación memorable para sus seguidores. El evento estuvo marcado por un despliegue de emociones diversas, donde los asistentes experimentaron desde la euforia hasta la melancolía.
Durante el concierto, los asistentes fueron testigos de una selección de éxitos que han marcado la carrera de la agrupación, acompañada por muestras de las nuevas exploraciones musicales y emocionales de su líder, Robert Smith. La conexión entre los músicos y su público fue evidente, demostrando la entrega y pasión de The Cure por su música, lo que contribuye a mantener su relevancia en la industria musical.
Los músicos conectaron con la audiencia a través de potentes riffs de guitarra y melodías que oscilaron entre la profundidad y el resplandor, características distintivas de su estilo. La banda logró capturar la esencia de sus éxitos en una noche que quedará grabada en la memoria de sus fans.
Una noche para los románticos
Como antesala al regreso de The Cure, la también agrupación británica de rock alternativo Slowdive abrió la noche y encantó a la audiencia con una apertura que exploró la tensión y belleza de su sonido psicodélico. La banda impresionó tanto a los espectadores con interpretaciones de temas emblemáticos como Allison y Kisses. Estas canciones, que ya se consideran clásicas, resaltaron por la fusión de texturas de noise rock y armonías características del Dream Pop.
El líder de la banda , Robert Smith, evocó la nostalgia de antiguas melodías del grupo, con una actuación introspectiva que recordó a los asistentes la esencia melancólica de su aclamado álbum Disintegration. Durante la interpretación de una nueva canción, Smith incorporó letras que reflejan aquel sentimiento de despedida y pérdida que define parte de su obra, sugiriendo que su próximo proyecto musical podría retomar la profundidad emocional característica de la banda en aquella era. La referencia explícita a las “cenizas” y las “estrellas” también resonó con la imaginería lírica de The Cure, marcando la posibilidad de un regreso a las raíces sonoras que los catapultaron a la fama en la escena del rock alternativo.
Uno de los instantes más íntimos corrió por cuenta de Charlotte Sometimes, con un ritmo ligeramente acelerado, una variación que contrastó con la atmósfera sombría del momento. La emotividad de la canción provocó lágrimas entre el público, quienes se encontraban bajo la luz roja proyectada desde el escenario. Seguido, la banda le dio paso a Play for Today, una canción energética y bailable que mantuvo el alto nivel de emoción en los asistentes, permitiéndoles disfrutar del espectáculo a través del baile y los saltos.
La noche concluyó con Boys Don’t Cry, desatando una ola de entusiasmo entre los asistentes que, impulsados por el ritmo, no lograron mantenerse inmóviles. La banda exhibió un dinamismo intenso, generando expectativas de un posible encore. Al finalizar el tema, se retiraron prontamente del escenario. Si bien la despedida fue breve, Robert se permitió un momento extra, recibiendo el reconocimiento del público con aplausos y exclamaciones de gratitud.