El asesinato y posterior desmembramiento de Michel Dayana González Sierra tiene consternado al país, pues la menor fue hallada sin vida al interior de un taller automotriz en Cali (Valle del Cauca), luego de que pidió permiso en su casa para salir a comprar unos dulces.
Los detalles de lo sucedido instantes antes de que la menor de 14 años dejara la vivienda para ir a la tienda fue compartido por su papá, Genaro González, que explicó que la niña caminó las calles del barrio San Judas de la capital del Valle del Cauca para ir a comprar “mecato”.
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En su relato, Genaro González explicó que todos los días le dejaba a Michel Dayana González 2.000 pesos para que comprara lo que quisiera, pero ese día no salió en la mañana, por lo que su progenitor cree que no vio el dinero. Cuando se hizo de noche y su padre recogió el dinero y lo puso en la mesa, Michel Dayana le pidió que la dejara ir a comprar mecato.
Genaro González aceptó la solicitud de su hija, pero le advirtió que no se podía demorar, pues debía regresar a la casa para bañarse, Michel Dayana aseguró que no se demoraría en la tienda y pronunció las últimas palabras que hoy atesora su padre: “Bueno, papi, no me demoro”.
“Le había dejado 2.000 pesos como costumbre, todos los días se los dejaba por debajo de la puerta porque yo me iba a trabajar muy temprano. Ese día le dejé los 2.000 pesos y creo que no los vio, entonces cuando yo llego a la casa los dejo encima del mesón, entonces ella dice: ‘Esos 2.000 pesos son míos, regálemelos que voy a ir a comprar unos mecatos’, entonces le dije: ‘Hágale rápido porque tenemos que salir para que se bañe y se cambie’. Me dijo: ‘Bueno, papi, no me demoro’, y esa fue la última vez que vi a mi hija”
Al ver que su hija no regresaba, el atormentado padre de familia pidió a los vecinos del barrio ver las cámaras de seguridad para tener claro el recorrido de Michel Dayana. Luego de ver las imágenes, se pudo establecer que la menor pasó por la casa de una familia que se encontraban celebrando la Noche de velitas y los saludó.
Luego, caminó por las calles del barrio hasta llegar a un establecimiento dedicado a pintar carros, en donde su rastro se perdió, pues ingresó al lugar, pero no volvió a salir, por lo que su padre entendía que era el punto de partida para hallar a su hija.
“Cuando yo entro a un baño que estaba cerrado, yo le pego a una patada y lo abro, y veo que hay mucha sangre en el baño. Ahí comenzamos a requisar bien, estaban todas las paredes manchadas y había como los carros golpeados, como que fue una lucha porque ella luchó antes de que él le hiciera daño. Luchó bastante con él, porque era una niña con mucha fuerza”
Genaro González hace referencia a Harold Andrés Echeverry Orozco, el vigilante del taller automotriz y que, según explicaron los dueños del lugar, abandonó su trabajo en una moto que se encontraba en el sitio, pero no sin antes haber, presuntamente, descuartizado a Michel Dayana González Sierra.
“Empecé a buscar en unos bultos de neumáticos, maletas, empecé a mover, estaba muy profundo y la Policía nos hizo salir para no contaminar la escena, pero donde yo estaba escarbando estaban las partes de mi hija”
De acuerdo con la información que compartió el comandante de la Policía Metropolitana de Cali, Daniel Gualdrón, la recompensa con la que se espera que los ciudadanos colaboren para dar con el paradero de Harold Andrés Echeverry Orozco es de 100 millones de pesos.