Martha Lucía Zamora salió de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado por un encontrón con el canciller Álvaro Leyva, a raíz de la licitación para la expedición de pasaportes. Pero esa no es la única crítica a la gestión del Ministerio de Relaciones Exteriores que tuvo la funcionaria.
El escudero del presidente Gustavo Petro no solo ha generado molestias en la Agencia que dirigía Zamora, sino también en otras entidades del Estado como la Unidad para las Víctimas y la Jurisdicción Especial para la Paz, por achacarse funciones que no le corresponden.
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Zamora, en diálogo con Cambio, señaló que los actos de reconocimiento y perdón que ha hecho el canciller Leyva Durán con exparamilitares como Salvatore Mancuso y Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, le dejaron múltiples cuestionamientos que no hizo públicos.
La exjefa de la Defensa Jurídica del Estado considera que “los actos de perdón deben provenir de una sentencia en la cual se imponga esa carga al Estado, para que sea un acto reparador para las víctimas... el perdón no puede salir de un funcionario que no tenga la competencia; eso tiene sus reglas; eso genera solemnidad; no es cualquier funcionario del Estado”, señaló al medio citado.
La Cancillería adelantó en mayo de 2023 “un acto de reconocimiento para la no repetición” desde el corregimiento de Juan Frío, en el municipio de Villa del Rosario, en Norte de Santander, donde los paramilitares utilizaron hornos crematorios para desaparecer personas.
En el acto participaron miembros de los cuerpos diplomáticos de Chile, Cuba, Suecia, Noruega, Venezuela, Canadá, México y Alemania. Hubo acompañamiento de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, entre otras organizaciones, así como la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia -MAPP OEA.
Sin embargo, no estuvo presente la Unidad para las Víctimas. Según dijo Zamora, eso produjo molestia en esa entidad debido a que son los encargados de la reparación y quienes conocen a las personas que resultaron afectadas por los hechos de violencia ocurridos en la zona.
La Unidad para las Víctimas habría solicitado un concepto sobre ese evento a la Agencia de Defensa Jurídica del Estado. Zamora sostiene que para contestar revisó las sentencias de Mancuso relacionadas con el Bloque Frontera y los asistentes al acto de reconocimiento, con lo que certificó que no había víctimas acreditadas directamente de los hechos en el público invitado por la Cancillería.
“Un acto como este puede significar la reparación económica a la víctima, que ya siente que el Estado le ha pedido perdón y que por eso tiene unos derechos adquiridos. Por eso nos consultó la Unidad de Reparación de Víctimas. Y por eso concluimos que ese tipo de actos no puede llevarse de manera ajena a la Unidad y solo con presencia de la Cancillería”, explicó Zamora.
Para la funcionaria el acto que se realizó posteriormente con alias Macaco en Bogotá podría generar cuestionamientos similares, debido a que no se tiene en cuenta las implicaciones judiciales de participar públicamente junto a personas condenadas por hechos del conflicto armado.
Esos líos, sin embargo, no fueron la causa principal que desataron la molestia del canciller Álvaro Leyva y la posterior solicitud de renuncia de Martha Lucía Zamora por parte del presidente Petro. El detonante fue el contrato de pasaportes con la firma Thomas Greg & Sons.
En ese caso, Zamora cree que se le ha entregado información incompleta al presidente. Según ella, la licitación que se declaró desierta no cumplió con los requisitos para ampliar la cantidad de oferentes como lo había pedido Petro, además se mantuvieron los mismos pliegos, lo que genera en su concepto una imposibilidad de que el Estado gane una demanda por parte de la firma.