La vida de Marisol Vanegas se ha visto afectada desde hace 21 años, pues en 2002 emitieron, erróneamente, una orden de captura en su contra por el delito de lesiones personales y desde entonces inició una titánica labor para limpiar su nombre.
Vanegas le contó a El Tiempo que desde que se emitió la orden de captura ha sido detenida cuatro veces e incluso su caso pasó a manos de la división de la Interpol en Colombia.
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La mujer relató que la primera captura fue en 2009 cuando salía de su casa en su bicicleta a una entrevista de trabajo. Tras salir del lugar, Marisol Vanegas se encontró con unos uniformados del Ejército que le pidieron sus documentos para realizar un registro de rutina y terminaron llevándosela presa.
“Cuando verificaron en el sistema, me dijeron que estaba detenida y me llevaron a una estación de Policía en Bosa. En la patrulla solo lloraba porque no me dijeron las razones ni una explicación y no sabía que iba a pasar”, le dijo Vanegas al medio citado.
Marisol Vanegas estuvo detenida por 36 horas en una estación de Policía, donde le informaron que tenía vigente una orden de captura que expidió el Juzgado Tercero Municipal de Barranquilla del 10 de enero de 2002, por el delito de lesiones personales. Los uniformados dejaron ir a la mujer, pero le dijeron que tenía que trasladarse hasta la capital atlanticense para que solucionara su situación jurídica.
La falta de empleo y recursos económicos obligaron a Vanegas a desistir de la idea de viajar a Barranquilla, lo que empeoró la situación pues, según le dijo a El Tiempo, ninguna empresa la quería contratar debido a que su pasado judicial registraba la vigente orden de captura. Por lo tanto debió buscar empleo en lugares donde le pagaban por el día laborado y no exigían ningún tipo de documentación para contratar a las personas.
Marisol Vanegas se mantuvo en esa situación hasta 2016, cuando fue detenida por segunda vez mientras salía del trabajo y se dirigía hacia la estación de TransMilenio. Unos policías que estaban alrededor del paradero del bus le pidieron una requisa y nuevamente hallaron la vigente orden de captura por lesiones personales que databa del 2002.
La mujer estuvo retenida durante tres horas y fue dejada en libertad, pero como en la ocasión anterior ignoró lo sucedido y no hizo nada para arreglar su situación jurídica.
Vanegas contó con suerte y no volvió a ser detenida durante los siguientes seis años hasta que en 2022, mientras caminaba con su jefe por el mismo lugar, fue capturada nuevamente por la Policía.
Marisol Vanegas quedó en libertad a las pocas horas, se fue a su casa y buscó ayuda jurídica para solucionar los problemas que tenía con la ley, pero pese a los múltiples derechos de petición y otros recursos que dicta la ley, ni la Fiscalía, Policía o el Centro de Servicios Judiciales Sistema Penal Acusatorio de Barranquilla le dieron respuesta efectiva.
En medio de sus disputas jurídicas, la mujer volvió a ser detenida el 15 de marzo del 2023, por lo que intensificó su pedido de rectificación a la justicia y de acuerdo con la respuesta que le llegó desde Barranquilla, en los registros de bases de datos no figura ninguna vinculación suya con procesos penales.
El Centro de Servicios Judiciales Sistema Penal Acusatorio de Barranquilla indicó además que los registros delictivos y la expedición de certificados judiciales en materia penal le correspondía a la Policía, así que era esa institución la que debía arreglarle la situación a Vanegas.
Por lo anterior, la Judicatura determinó que la Policía era la encargada de resolver la situación de Marisol Vanegas. “Se le ordena a la Interpol en el término de cuarenta y ocho (48) horas siguientes a la notificación, realice el ocultamiento de la orden de captura expedida el 10 de enero de 2002 por el Juzgado Tercero Penal Municipal de Barranquilla en contra de la señora Marisol Vanegas”, se lee en el fallo citado por El Tiempo.