El canciller Álvaro Leyva se encuentra en jaque por denuncias de maltrato laboral

En los últimos días el canciller se ha visto envuelto en una serie de controversias que han ocasionado se cuestione su labor como funcionario

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Al canciller Leyva le han
Al canciller Leyva le han llovido cientos de críticas en los últimos días - crédito Chepa Beltrán/Europa Press

En el complicado escenario político de Colombia, los escándalos que rodean al Gobierno Petro parecen no tener freno. En esta ocasión, el protagonista de una controversia emergente es el ministro de Relaciones Exteriores y Paz, Álvaro Leyva.

Las acusaciones que vinculan al canciller incluyen denuncias de maltrato laboral y cuestionamientos sobre su gestión en asuntos internacionales, situándolo en una posición precaria y generando la percepción de que la Cancillería se ha convertido en un auténtico foco de conflictos.

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La controversia cobró fuerza cuando Martha Lucía Zamora, exdirectora de la Agencia Nacional de Defensa Judicial del Estado, hizo públicas denuncias de un presunto trato irrespetuoso por parte de Leyva. Tales alegatos llevaron a la Procuraduría a iniciar una indagación disciplinaria contra funcionarios, aún por determinar, del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Según la información recopilada, la Sala Disciplinaria de Instrucción detalló que Zamora habría sido objeto de agresiones verbales en las instalaciones de la Secretaría Jurídica de la Presidencia de la República. Además, se alega que fue recriminada por no defender los intereses del presidente. La Procuraduría se ha involucrado para esclarecer estos hechos.

Varios congresistas del Pacto Histórico
Varios congresistas del Pacto Histórico confirmaron que se había visto a Leyva alzar la voz a las mujeres en varias oportunidades - crédito captura de pantalla/Fiscalía

El caso de Zamora no es el único. Congresistas del Pacto Histórico confirmaron la existencia de otras situaciones en las que Leyva habría elevado la voz a mujeres, ampliando la preocupación y sugiriendo que el caso de Zamora podría ser solo la punta del iceberg.

El escándalo ha alcanzado tal magnitud que algunos funcionarios del Gobierno de Gustavo Petro están solicitando la renuncia de Álvaro Leyva. La forma en que el canciller ha manejado la situación ha generado tanto rechazo desde los burócratas como los congresistas y ciudadanos, consideran que su actitud no es ejemplar y carece de la sensibilidad necesaria para tratar a sus colegas.

Agravando la situación, Leyva ha demostrado ser un ministro que evita dar explicaciones. En varias ocasiones ha eludido debates de control político, lo que contribuye a su imagen marcada por escándalos en lugar de logros políticos. Esta situación ha suscitado preocupación en el país y ha alimentado la percepción de que la gestión de Leyva como canciller está más vinculada a controversias que a contribuciones significativas de la política nacional.

En resumen, la crisis en torno a Álvaro Leyva evidencia un panorama complicado en el Gobierno Petro, con acusaciones de maltrato laboral y una gestión cuestionada en el ámbito internacional. La falta de explicaciones por parte del Leyva y las peticiones de su renuncia reflejan la gravedad de la situación y generan incertidumbre sobre el futuro de la Cancillería en Colombia.

Sumado a todo lo anterior está la controversia entre la cancillería y Thomas Greg & Sons, diferencia que se inició este año cuando desde el Ministerio de relaciones exteriores se declaró desierta la licitación para la producción de pasaportes. La empresa que había sido la única participante en la licitación presentó una demanda contra la entidad por un valor de 120.000 millones de pesos.

El presidente Petro ha defendido
El presidente Petro ha defendido en varias oportunidades al canciller - crédito Presidencia de la República

La Cancillería argumentó que la licitación había sido declarada desierta debido a que Thomas Greg no cumplía con los requisitos exigidos. La empresa, por su parte, aseguró que las condiciones eran discriminatorias y que el Ministerio de Relaciones Exteriores había tomado la decisión de declarar la licitación desierta para favorecer a otra empresa.

El conflicto ha tenido varios efectos negativos para la Cancillería. En primer lugar, ha generado dudas sobre la capacidad de la entidad para administrar los recursos públicos de manera eficiente. En segundo lugar, ha dañado la imagen de esta ante la opinión pública. En tercer lugar, ha retrasado la renovación de los pasaportes colombianos, lo que ha gestado inconvenientes para los ciudadanos.

La situación aún está pendiente de resolución. La demanda de Thomas Greg está en curso y es posible que el caso llegue a la Corte Suprema de Justicia. La Cancillería, por su parte, ha iniciado una investigación interna para determinar si hubo irregularidades en el proceso de licitación.

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