Aunque desde que se conocieron los resultados del referendo que realizó el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela acerca de anexionar la región del Esequibo, que tienen en disputa con Guyana, el presidente, Gustavo Petro, no se ha referido al tema, como sí lo ha hecho sobre la intervención militar israelí en la franja de Gaza, tras los atentados terroristas del grupo yihadista Hamás, por lo menos desde el Estado colombiano se suscribieron a un pronunciamiento del Mercado Común del Sur (Mercosur) donde instaron a reducir las tensiones entre esos dos países.
Tras la última reunión semestral del organismo suramericano, que se realizó el jueves 7 de diciembre en Río de Janeiro, emitieron un comunicado, que respaldaron Argentina, Bolivia, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, en el que solicitaron evitar acciones unilaterales por parte de Venezuela o de Guyana por el control de la mencionada zona.
En la declaración conjunta, los firmantes, además, subrayaron la necesidad de diálogo y soluciones pacíficas para prevenir iniciativas que intensifiquen la controversia.
“América Latina debe ser territorio de paz y en el caso presente trabajar con las herramientas de su larga tradición de diálogo”, sentenció la declaración, que fue propuesta por Brasil, que hasta este jueves ocupaba la presidencia rotativa del Mercosur.
Fuentes de la Cancillería brasileña indicaron que todos los países de la región están “agotando todas las vías diplomáticas” para “intentar apaciguar la situación” entre los dos países.
Previamente, en la plenaria de la cumbre presidencial del Mercado Común del Sur (Mercosur), el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, remarcó que “no quieren guerras” en Suramérica, “ni necesitan conflictos” en la región, sino promover “la paz”.
Sobre esa controversia, el gobernante saliente de Argentina, Alberto Fernández, dijo que “no está bien”, recalcando que Latinoamérica se destaca por ser una región de paz, algo que no se debe permitir que “se pierda”, según su discurso, divulgado por la Presidencia.
La “Ley Orgánica para la Defensa de la Guayana Esequiba”, con la que Venezuela pretende anexionarse el territorio que se disputa, plantea, al menos, en un primer momento, una gobernación en remoto sobre esta área en la que el Gobierno venezolano planea explotar sus riquezas naturales.
El proyecto de ley, propuesto por el presidente Nicolás Maduro, estará bajo debate abierto hasta la próxima semana, cuando el Parlamento, controlado por el chavismo, prevé aprobar este marco legal que será el comienzo de un proceso de creación de una nueva región venezolana sobre el área en litigio-controlada por Georgetown-, según los planes del Ejecutivo.
La idea de Venezuela es establecer políticas provisionales “hasta tanto” se celebren elecciones en la zona disputada o se alcance una “solución práctica y mutuamente aceptable” con Guyana, por lo que, por ahora, toda la estructura militar y estatal se dirigirá a una zona cercana al Esequibo, sin incursionar en esa área.
El chavismo reitera que actúa guiado por el “mandato del pueblo”, contrario a derecho internacional, expresado el pasado 3 de diciembre en un referendo unilateral, en el que la mayoría de votantes aprobó anexionarse la zona y respaldó los argumentos del Ejecutivo en esta controversia.
El estado Guyana Esequiba estará regido por un gobernador, designado por el jefe de Estado hasta que se celebren elecciones en la zona, y contará con representación legislativa regional y nacional, igual condicionada por el estatus actual de la disputa, con Georgetown controlando el territorio.
La nueva región será incorporada, según el plan de Maduro, al presupuesto nacional y tendrá a su disposición tribunales cercanos, siempre bajo el mismo precepto: que el asiento de todas estas instituciones será Tumeremo, localidad del estado venezolano Bolívar, ubicada a decenas de kilómetros del Esequibo, limítrofe con Brasil.