Luis Fernando Mena, exdirectivo del Deportivo Cali, expresó fuertes declaraciones sobre los requisitos para ser presidente del club. Durante una entrevista, Mena afirmó que “para ser presidente del Cali uno tiene que ser torcido”.
Estas palabras repercuten en el entorno del fútbol colombiano y destacan por su contundencia sobre la gestión dirigencial del equipo. El exdirectivo dejó varios temas sobre la mesa que preocupan al hincha del club vallecaucano, pensando en un 2024, en el cual iniciarán con el descenso detrás de ellos.
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Mena, que tuvo un papel en la dirigencia del Deportivo Cali, insinuó con sus declaraciones que es necesario participar en comportamientos poco éticos para ocupar el cargo máximo en la institución.
Según Mena, la integridad no sería compatible con el puesto de presidente del club, dado que esas prácticas estarían arraigadas en la cultura organizativa del equipo. Estas acusaciones dejaron entrever una preocupación por la ética deportiva y la gestión de los clubes de fútbol en Colombia.
“Tienen un grupo de asesores, que son abogados, que más que hacerme daño a mí, le hacen a la institución (…) hoy por hoy, para trabajar en el Cali, para tener el puesto de presidente, tiene que ser uno deshonesto, ‘torcido’ y voltear la cara para el otro lado. Cosa que yo no hice”
La entrevista con Luis Fernando Mena, que se difundió ampliamente, ha generado diversas reacciones en la comunidad futbolística y entre los aficionados del Deportivo Cali.
Las afirmaciones de Mena podrían tener implicaciones importantes para la reputación del club y sus procesos administrativos. Sin embargo, el club no ha emitido aún una respuesta formal ante dichos comentarios.
“Salgo con la frente en alto, deje al Cali bien, deje una deuda grande que me la tienen que pagar, sí, me la van a tener que pagar”.
Esta polémica surge en momentos donde el Deportivo Cali enfrenta retos tanto dentro como fuera del campo, lidiando con la competitividad en el torneo y cuestionamientos sobre su administración.
Mientras tanto, la expectativa por cómo resolverá la institución esta situación es creciente, poniendo en el foco la transparencia y el manejo de uno de los clubes más tradicionales del fútbol colombiano.
¿Y la sanción al Cali?
El club vallecaucano enfrenta una severa penalización tras incidentes violentos registrados en el estadio Palmaseca. La Dimayor ha impuesto una multa de 264 millones de pesos colombianos (aproximadamente 69 mil dólares) y ha cerrado la tribuna sur del escenario deportivo por cinco partidos, como respuesta a los actos disruptivos causados por aficionados del club. Los hechos ocurrieron durante el enfrentamiento contra el Cortuluá el pasado 5 de diciembre.
La sanción, que incluye el cierre de la localidad donde se concentran las barras de mayor actividad, surge como una medida disuasoria frente a la violencia que se ha venido presentando en los eventos deportivos. La Dimayor ha comunicado que las medidas buscan garantizar la seguridad e integridad tanto de los espectadores como de los participantes en los encuentros futbolísticos.
Cabe destacar que esta no es la primera vez que el equipo verdiblanco y sus seguidores reciben castigos por comportamientos similares; en el pasado se han registrado sanciones por incidentes de violencia que también llevaron al cierre temporal de áreas del estadio.
La sanción impuesta también dicta que Deportivo Cali deberá jugar su próximo partido a puerta cerrada, sin público, como parte de las repercusiones por los actos recientes. La decisión de la Dimayor se alinea con los esfuerzos continuos por erradicar las conductas violentas y los desórdenes generados por algunos segmentos de la hinchada.
Los desmanes ocurridos después del partido contra Cortuluá fueron la gota que colmó el vaso para la administración del torneo, llevando a la imposición de estas sanciones considerables tanto en términos económicos como en impacto a la experiencia del fútbol profesional colombiano.