Tras toda la expectativa que hubo con la presentación de Roger Waters en la capital colombiana, el bajista y cofundador del mítico grupo rock sicodélico y progresivo Pink Floyd, se presentó por última vez en Colombia dentro de su gira de despedida que denominó como This Is Not a Drill (“Esto no es un simulacro”) en la noche del martes 5 de diciembre.
El músico de 80 años de edad le dice adiós a los escenarios tras una exitosa carrera en solitario, así como de estar detrás de los álbumes más exitosos de la mencionada banda británica, eso sí en medio de una fuerte controversia por sus posiciones políticas que lo han caracterizado.
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“Por favor apaguen sus celulares. Y segundo, si eres de los que dicen: “Me encanta Pink Floyd, pero no soporto la política de Roger”. Harías bien en irte a la mierda e ir al bar en este momento”, fueron las frases que se proyectaron al inicio del show en las pantallas gigantes del Coliseo MedPlus, donde por más de dos horas los fans de Waters disfrutaron de los temas insignes del británico.
El músico ha dado de que hablar por su férrea defensa de la población en la franja de Gaza, en Palestina, ante la intervención militar que lleva a cabo el Estado de Israel, en respuesta al ataque terrorista que a inicios de octubre perpetró el grupo yihadista Hamás, donde fueron asesinados unos 1.400 civiles israelíes y extranjeros, y secuestraron a 240 personas más.
Sus opiniones le han costado ser calificado de antisemita, lo que tuvo como consecuencia que le cancelaran las reservas hoteleras en países como Alemania, Brasil, Argentina e incluso en Bogotá.
No obstante, eso no fue impedimento para que en uno de los momentos más memorables de su presentación en la capital colombiana Waters reiterara su deseo para que cese la violencia en Palestina, luego de recordar la anécdota de que el año pasado, cuando se realizaban las elecciones presidenciales en Colombia, apoyó a la campaña del actual mandatario, Gustavo Petro.
“Tal vez podrían persuadirlo que envíe otra carta a la Corte Penal Internacional defendiendo la convención contra los genocidios (...) para que pare lo que ocurre en Gaza”, afirmó.
Aparte, también proyectó el nombre de Javier Ordoñez en una de las pantallas gigantes, quien fue el estudiante de derecho que asesinaron a golpes policías en septiembre de 2020, en uno de los hechos que conllevó al estallido social en Colombia, en plena pandemia, con las protestas contra el Gobierno del expresidente Iván Duque.
Fiel a sus posiciones antiguerra, interpretó su icónico tema Two suns in the sunset con el que instó a que no proliferen las armas de destrucción masiva.
“Ojalá podamos persuadir a nuestros líderes de que las armas nucleares son una pérdida de tiempo y de dinero”, dijo antes de comenzar la canción.
También aparecieron en pantalla fotografías y clips de expresidentes estadounidenses como George Bush, Barack Obama o Donald Trump, a los que acusó de ser criminales de guerra.
En su tercera y última presentación en Colombia, Waters abrió su show con el memorable Comfortbly Numb en la que ejecutó un pequeño performance como paciente psiquiátrico, donde el escenario estuvo acompañado por un fondo de una ciudad distópica, como según Waters es el mundo en el que vivimos.
Por supuesto, en el repertorio no faltó Wish you were here, otra de las canciones insignes de Pink Floyd, que cuando sonó fue acompañada por imágenes del relato de la fundación de la emblemática banda junto Syd Barrett.
“Cuando pierdes a alguien que amas sirve para recordarte que esto no es un simulacro. ¿Verdad que si?”, fue la frase con la que cerró su interpretación.
(Con información de EFE)