Quién era Adonay, la mujer que inspiró la canción que se hace viral en Navidad en Colombia

La separación de clases y la distancia entre el compositor y la bella Adonay inspiraron el éxito decembrino

Guardar
Por presión de su familia
Por presión de su familia Adonay terminó casándose con un hombre blanco que conoció en Pereira - crédito Discos Fuentes

Se acerca la época de cantar a grito herido y bailar con la tía los famosos cañonazos, entre ellos, el bien conocido Adonay, del maestro Julio Erazo, e interpretada por Rodolfo Aicardi y Los Hispanos.

Pues bien, la historia detrás de este éxito de 1970 que le canta al desamor ocurrió entre el famoso compositor barranquillero y una jovencita de El Banco, Magdalena.

Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel y en Google News.

Se trata de Adonay Ardila Ureña, quien falleció el pasado 13 de julio, a sus 87 años, por cuenta de una falla cardiaca tras someterse a una cirugía de hemicolectomía en el que los médicos le quitaron parte del colon.

En sus años mozos, Adonay, siendo una jovencita que miraba a lo lejos desde una ventana en casa de sus padres, conoció al maestro Erazo, quien falleció en 2022, a sus 92 años, tras haber escrito al menos 350 canciones.

Su amor no fue permitido
Su amor no fue permitido por los padres de Adonay - crédito Colprensa

En un video, publicado en redes sociales antes de su muerte, el maestro explica qué lo inspiró a escribirle a ese amor imposible que la distancia y la separación de clases evitó: “A mí me alojaban en un hotel del Banco (Magdalena). Ahí yo andaba en un patiecito y vi que en el segundo piso de un edificio se asomó una muchacha, entonces yo la saludé y ella me devolvió el saludo, pero yo quedé picado”, detalló.

Decidido a no dejar El Banco sin haber conocido a quien logró arrebatarle el corazón a primera vista, se acercó hasta el conjunto residencial y buscó el apartamento de su amada:

“Yo fui hasta allá, la saludé y le pregunté el nombre, entonces ella me dijo: ‘Yo me llamo Adonay’ y ahí le pregunté si sabía quién era yo. Ella me dijo que sí, que yo era el que venía a cantar, pero entonces, en una de esas épocas que llegué a saludar a Adonay, me habían dicho que se había ido a vivir a Risaralda con los papás”.

En cada visita a El Banco visitaba el apartamento de Adonay, pero, en una de esas se encontró con que se había ido a vivir junto a sus padres a Risaralda y, cuándo volvió a encontrarla, se había casado con un hombre blanco de Pereira.

“Cuando esa vaina pasó me dio a mí una cuestión, pero bueno. Total a mí me dio mucho dolor esa vaina porque lo que te digo, yo vivía enamorado de Adonay. Yo la visité y ella me dijo: ‘Ya me casé’. Entonces yo le dije: ‘¡hombre! cómo va hacer esa vaina, me mataste”, lamentó Erazo, en en el metraje.

El maestro recordó hasta el
El maestro recordó hasta el final de su vida a la bella Adonay - crédito Julio Erazo

Su historia no pudo ser, los padres de Adonay no lo habrían aprobado, pero aún así nunca olvidó a aquel hombre que le compuso un éxito por despecho: “Cuando él se dio cuenta que yo me había casado, un día volvió y me envió una carta donde me reclamaba y ahí me escribió la canción que decía: ‘Por qué te casaste y no me esperaste’, entonces yo ya estaba casada me dio tristeza pero ya no había remedio porque estaba en matrimonio con otro hombre y todo terminó ahí, la carta se me embolató con el correr del tiempo y no sé qué pasó con ella”, comentó a un medio local.

Nohemy Quijano, quien habría nacido del matrimonio pactado entre Adonay y el paisa, confesó que, aunque a su madre no le gustaba hablar sobre el tema, puede que haya estado enamorada de Erazo e, incluso, hayan salido: “Mi mamá vivía muy aburrida porque mis abuelitos eran muy cansones, entonces conoció a mi papá (Leonardo Quijano). Él le propuso matrimonio y ella se casó bajo presión. Pasados algunos años, el enamorado regresó y se encontró con la triste realidad”.

¿Qué dice la canción compuesta por Julio Erazo a Adonay?

En la canción, Erazo le reclama a Adonay no haberlo esperado y pasar el resto de su vida junto a otro hombre: “Adonay, ¿por qué te casaste, Adonay? Adonay, ¿por qué no esperaste, mi amor? Adonay, por ti se forjó mi pasión. Por ti corre siempre veloz la sangre de mi corazón”.

Una y otra vez repite la mítica frase, admitiendo sus sentimientos y lamentando no poder estar a su lado: “¿Por qué te casaste, Adonay? Y no me esperaste, Adonay. Te sigo queriendo, Adonay. Te iré persiguiendo”.

E, incluso, se atreve a decirle que el amor que vivieron jamás podrá compararse a otro y, mucho menos, ser superado:

“Pero sé que tú te tendrás que acordar. Yo sé bien que tú no podrás olvidar. Que mis labios han jugueteado en tu piel. Que soy la mitad de tu ser. Recuérdalo bien, Adonay”.

Guardar