Un nuevo caso de muerte en el motel se registró en el municipio de Corozal, departamento de Sucre, en el establecimiento conocido como ‘La hora feliz’.
Lejos de hacerle justicia a su nombre, una mujer de 48 años, que habría llegado en compañía de un supuesto guardia de seguridad, falleció en extrañas circunstancias en la que, en realidad, terminó siendo su última hora de vida.
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Ambos enamorados ingresaron al establecimiento en perfectas condiciones, pero, según detalló el acompañante de Marelis –como fue identificada tras su muerte– mientras mantenían relaciones sexuales empezó a convulsionar y cayó al suelo.
Como pudo, le puso su ropa y solicitó ayuda al administrador de ‘La hora feliz’, quien, se subió junto con Marelis y su acompañante a una motocicleta para llevarla de emergencia al hospital de Nuestra Señora de Las Mercedes.
Por el camino, aun estando inconsciente, la dejaron caer del vehículo y se golpeó la cabeza; lo que, a su vez, provocó un sangrado en la zona de la frente, que no pudieron tratar en carretera.
Al llegar a Nuestra Señora de Las Mercedes, según el reporte médico, Marelis no presentaba signos vitales. Así que fue declarada muerta por los miembros del personal médico.
Sin embargo, permanece la duda sobre qué pudo haber ocasionado su muerte. Ya que, hasta no conocer el dictamen de medicina legal, es imposible saber si fue provocada por su episodio de convulsiones o el golpe que se dio en la cabeza, de camino al hospital.
Las autoridades, según dio a conocer la Policía seccional Sucre, trabajan en resolver el misterio, con ayuda de Medicina Legal, el material probatorio recabado en la habitación y los testimonios de quienes la acompañaron al final de su vida.
Un caso similar se registró hace unos meses en El Imperio Persa de Barranquilla
La que Carlos pensó que sería la noche de su vida, terminó siendo la última, posiblemente, por el uso de potenciadores sexuales.
Acompañado por la mujer que conoció tras divorciarse de su exesposa, decidió salir de fiesta a inicios de octubre (2023) y continuar la noche con un encuentro de pasión en el reconocido motel del centro, conocido como El Imperio Persa.
Sin embargo, las cosas no parecían ir bien para Carlos aquella noche. A pesar de su emoción por darse una nueva oportunidad en el amor, se rumora que no logró complacer a su pareja.
Así que, decidido a concretar el acto sexual, se levantó de la cama bajo la excusa de tomar algo de aire, pero, una vez en el baño, decidió que sería mejor tomar una dosis doble de su potenciador sexual.
Enérgico regresó con su pareja, pero, tras unos minutos de retomar sus amoríos se llevó la mano al pecho y comenzó a gritar: “Me voy, me voy”, para luego caer al suelo y permanecer inconsciente.
La mujer que lo acompañaba, a pesar de encontrarse asustada, salió de la habitación y comenzó a pedir ayuda. Un llamado al que respondieron otros huéspedes y el personal del motel para intentar reanimar a Carlos.
Tras varios minutos de no obtener una respuesta positiva, declararon su muerte. El personal médico con el cual se pusieron en contacto tan pronto como ocurrió el incidente no alcanzó a llegar para atender a Carlos cuando aún contaba con signos vitales.
Pero, aún así, las autoridades de La Arenosa decidieron inviar una investigación sobre su muerte, en medio de un caso que reabre el eterno debate sobre los posibles efectos que tendrían los potenciadores en quienes suelen utilizarlos con frecuencia: jaquecas, taquicardia y nauseas, según estudios.