Una ola de críticas ha generado el ausentismo de varios congresistas durante una sesión de debate que se llevó a cabo el 5 de diciembre en la Comisión Primera del Senado, en torno al proyecto de ley 123 de 2023. Se trata de una iniciativa que busca expedir el “Estatuto de la Igualdad para la Garantía de los Derechos de las niñas y las mujeres en toda su diversidad”, que contempla el establecimiento de medidas estructurales y de políticas públicas para velar por el goce de sus derechos.
La salida de varios senadores implicó que no se cumpliera con el cuórum y, por lo tanto, no fue posible tomar decisiones con respecto al proyecto. “Mucho hablan de los derechos de las mujeres en los discursos, pero cuando tienen que dar las discusiones duras, aquí, en esta Comisión, se ausentan y creo que esa no es la labor del parlamentario. Cuando uno no está de acuerdo, vota no, pero debe escuchar el argumento contrario y eso no ha sucedido hoy”, dijo la senadora Clara López en el debate.
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Esta práctica de salir del recinto para no votar no es nueva. Fue utilizada en múltiples ocasiones por congresistas opositores al proyecto de reforma a la salud que, entre otras cosas, ya fue aprobada en la Cámara de Representantes.
El ausentismo ha sido criticado desde múltiples sectores por ser una “jugadita” que impide avanzar en los debates. Ahora, mujeres senadoras que han tratado de impulsar el Estatuto de la Igualdad cuestionan también a quienes se fueron.
“Muchos senadores decidieron salirse de la sesión, como si tuvieran la potestad de decidir por nosotras, como lo han hecho durante años. ¿Por qué no debatir el Estatuto para la igualdad?”, escribió en X Clara López.
Durante su intervención en el Senado, explicó que los promotores de la iniciativa han estado abiertos a escuchar propuestas y oposiciones y que, incluso, han incluido varias de ellas en el texto. De 16 proposiciones dadas a conocer por un senador, tres fueron avaladas y se incorporarán elementos de las otras 11 en la ponencia definitiva. El congresista Humberto de la Calle presentó otras seis propuestas, de las cuales tres tuvieron luz verde.
A pesar de que varias de las sugerencias de los senadores fueron tenidas en cuenta, muchas otras todavía requerían discusión y voto, pero no fue posible porque no hubo cuórum para ello. “Unos cuantos machos que nos creen incapaces de decidir sobre nuestras vidas, lo hunden en una sesión vergonzosa. ¡Consideran aberrante reconocer DH de las mujeres!”, criticó Ángela María Robledo.
Algunas de las proposiciones abordan los temas más controversiales del proyecto, como la paridad entre hombres y mujeres en cargos de poder. Clara López mencionó, por ejemplo, al Comité Olímpico del Deporte, cuyos presidentes han sido hombres, por lo que en la iniciativa se busca que las mujeres sean incluidas para participar en la elección del cargo.
“Es que si las mujeres no llegan a los espacios donde se toman las decisiones, pasa lo que ha pasado hoy en esta Comisión, donde somos una ínfima minoría y, por eso, nuestros temas no merecen la discusión que requiere una célula legislativa como esta”, aseveró la congresista.
Otro de los puntos que genera inquietudes se enfoca en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. De hecho, uno de los opositores a este tema es Jota Pe Hernández, que tiene reparos frente a los artículos 27, 28, 30, 31 y 32, los cuales considera como una “promoción del aborto”.
El primero de ellos se centra en buscar igualdad para las mujeres en el ámbito de la salud, eliminando obstáculos hacia este derecho y el segundo se refiere al acceso universal de anticonceptivos y quintando barreras para adquirirlos. El tercero es sobre técnicas de reproducción asistida; el cuarto, sobre la autonomía reproductiva; y el quinto se enfoca en la atención frente a su salud sexual y reproductiva.
Hernández también se refirió al artículo 38, sobre la formación para la igualdad de las niñas, que busca que en las instituciones educativas se transformen estereotipos sexistas y se luche contra la discriminación de las mujeres por medio de la pedagogía. Dijo que debería incluirse un punto para que las mujeres “dejen de quemar las puertas de las iglesias y de grafitear las mallas que rodean la Plaza de Bolívar”. Concluyó asegurando que el proyecto es “aberrante”.
Los comentarios del senador fueron fuertemente cuestionados por la representante a la Cámara Alexandra Vásquez: “Sus argumentos solo siguen reforzando discursos violentos y poco útiles para alcanzar la igualdad, que, contrario a lo que usted dice, senador, NO es solo una palabra bonita”, escribió en X.