La caída de Dangelo Dayan Ramírez Ramea el 4 de diciembre en Cali reveló que la peligrosa pandilla panameña denominada Calor Calor aún sigue operando en Colombia, donde hace tratos con el clan del Golfo y emisarios del cartel de Sinaloa para concretar el envío de droga y blanquear el dinero obtenido con el tráfico de estupefacientes.
De acuerdo con las autoridades panameñas, es normal que el clan del Golfo, el cartel de Sinaloa y otros carteles mexicanos contraten pandillas panameñas para que custodien sus cargamentos de droga y el dinero que resulta de su comercialización y Calor Calor, era una de las que prestaba sus ‘servicios’ a los narcotraficantes.
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En medio de operativos en Colombia contra esa pandilla, las autoridades colombianas, panameñas y estadounidenses capturaron en Medellín, en 2017, a Carlos Enrique Candanedo, alias Chino Candelo, e Ismael Cueto, alias Papá Viejo, dos peligrosos cabecillas de la pandilla panameña que se escondían en Colombia y coordinaban el envío de droga a Panamá.
Los dos cabecillas estaban entre los más buscados de Panamá, las autoridades de ese país ofrecían una recompensa de 10 mil dólares por Candelo y 25 mil dólares por Cueto.
Por un lado, Chino Candelo era acusado de trabajar para el cartel de Sinaloa y el clan del Golfo, grupos narcotraficantes a los que les brindaba rutas y seguridad para el tráfico de los estupefacientes y armas. El pandillero también es señalado de participar en el homicidio de un oficial de Policía y de falsificar documentos para escapar a Colombia.
Entre tanto, alias Papá Viejo fue acusado en Panamá por el delito equivalente a concierto para delinquir en Colombia y por sobornar a un excomisionado de la Policía de Panamá para asesinar al delincuente de una pandilla rival.
Tanto Chino Candelo, como Papá Viejo recibieron una pena de 50 años de cárcel y fueron internados en uno de los centros penitenciarios más seguros de Panamá.
Así operaban desde Colombia
Son varios los operativos internacionales que han ejecutado Panamá, Colombia y estados Unidos para desarticular pandillas y redes criminales panameñas que trabajan con el clan del Golfo y el cartel de Sinaloa.
En medio de las misiones, las autoridades internacionales han detectado dos mecanismos de tráfico de droga desde Colombia hacia Panamá.
El primero de ellos es a través del mar Caribe y el océano Pacífico. Desde los puertos colombianos los narcotraficantes envían los cargamentos en embarcaciones hacia aguas panameñas, donde las pandillas reclutan e instrumentalizan a pescadores para que recojan los paquetes de droga y los camuflen entre los peces que recolectan.
Ese método quedó evidenciado en la denominada operación Fisher llevada a cabo en 2020 de forma simultánea entre Panamá y Colombia y que evidenció cómo el clan del Golfo, a través de pandillas como Calor Calor y sus distintas facciones ejecutaba operaciones en las provincias de Colón, Coclé, Panamá, Panamá Oeste y Bocas del Toro.
En medio de la operación quedó en evidencia cómo el clan del golfo no solo usaba a los lugareños para transportar el alcaloide, sino también para blanquear los recursos ilícitos que obtenían de la comercialización del mismo, algo similar a lo que hacía en Colombia el recién capturado cabecilla Dangelo Dayan Ramírez Ramea.
La otra forma en la que el clan del Golfo envía la droga a Panamá es a través de la selva del Darién, donde ese grupo criminal tiene el control completo y aprovecha la crisis migratoria para introducir a territorio centroamericano cocaína, otras sustancias alucinógenas y armas.
Ese segundo método de envío involucra principalmente a los HP o el clan Agua, rival en algunos sectores con la pandilla Calor Calor, la cual recibe la droga y la transporta al interior de Panamá en camiones de doble fondo para luego reenviarla a Costa Rica y de ahí a México.