El domingo 3 de diciembre de 2023, se informó sobre la detención de tres individuos (dos ciudadanos ecuatorianos y un colombiano) tras el hallazgo de aproximadamente dos toneladas (4,409 libras) de cocaína a bordo de un semisumergible en el Pacífico colombiano. La fiscal encargada del combate al narcotráfico, María Elena Monsalve Idrobo, confirmó que las personas involucradas no aceptaron los cargos, pero ya han sido sometidas a proceso judicial.
Las autoridades han identificado a los tripulantes de la embarcación que atrajo la atención de los servicios de emergencia marítimos. Los hombres a bordo fueron identificados como Jairo Arcadio Calderón López y Johnny Gabriel Toala Alvia, ambos de nacionalidad ecuatoriana, y el colombiano Juan Víctor Segura Campaz. Este hecho relevante tuvo lugar en las costas de Tumaco, Nariño.
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“El trabajo investigativo del CTI y la capacidad operativa de la Armada Nacional permitieron interceptar el semisumergible en aguas jurisdiccionales de Tumaco, Nariño”, explicó Monsalve Idobro.
Posterior a las verificaciones hechas por las autoridades, se reportó que el total de la carga incautada en flagrancia fue de toneladas de clorhidrato de cocaína.
Estos tres individuos fueron capturados por las autoridades en posesión de 1.885 kilogramos (4.157 libras) de cocaína a bordo de una embarcación dotada con equipo de comunicaciones de avanzada, incluyendo un radio, un sistema GPS y un teléfono satelital. Tras ser capturados y trasladados a tierra firme, un representante de la Dirección Especializada contra el Narcotráfico les formuló cargos por delitos relacionados con el narcotráfico y por la utilización y posesión de semisumergibles con fines ilícitos.
En el proceso judicial, los tres individuos fueron enviados a una audiencia ante el juez de control de garantías, donde se les imputaron los delitos antes mencionados. A pesar de que ninguno de los tres hombres no reconoció los cargos, la autoridad competente dictó medida de prisión preventiva para los acusados, quienes ahora enfrentan su proceso legal desde la reclusión en un establecimiento carcelario.
Modalidad para el transporte de contrabando
Desde la Armada Nacional de Colombia se viene siguiendo la evolución de artefactos semisumergibles empleados por organizaciones narcotraficantes desde que el primer dispositivo fue hallado en 1993 en la Isla Providencia. Posteriormente, en 1994 y 1995, se registró un hallazgo de esta índole por año en el Caribe colombiano. No obstante, este fenómeno tomó fuerza en 2007, cuando los narcotraficantes intensificaron la construcción de dichos artefactos en astilleros artesanales ubicados al margen de los ríos navegables de la Costa Pacífica.
Durante 2023, con reporte hasta junio, el contraalmirante Carlos Alberto Serrano Guzmán, comandante de la Fuerza Naval del Pacífico, anunció la interceptación de 13 semisumergibles LPV y la incautación de 64.458 kilogramos (142.100 libras) de cocaína y 35.088 kilogramos (77.368 libras) de marihuana. Estas acciones subrayan los esfuerzos continuos de las autoridades para combatir el tráfico de drogas en la región.
Para el contraalmirante Serrano Guzmán, el narcotráfico ha diversificado sus métodos de transporte en los últimos años, y ahora incluye el uso de submarinos para el movimiento de drogas. Esta tendencia quedó evidenciada con la incautación de un sumergible que transportaba más de tres toneladas de marihuana en el Pacífico Sur el 26 de mayo de 2023. Los grupos delincuenciales están optando por este tipo de artefactos como una táctica para eludir los controles destinados a las embarcaciones de superficie más convencionales.
En el pasado, el tráfico marítimo de drogas se realizaba principalmente mediante lanchas rápidas, fácilmente identificables por su velocidad y características. Sin embargo, los nuevos tipos de embarcaciones utilizados presumiblemente por narcotraficantes presentan un diseño que les permite pasar inadvertidas frente a las tecnologías convencionales de rastreo, como el radar y otros sistemas de vigilancia electrónica. Esta adaptación alude a una constante carrera tecnológica entre los traficantes y las fuerzas de seguridad.
“El auge de los sumergibles es la facilidad para construirlo, pues tardan de uno a cuatro meses y lo pueden hacer en cualquier sitio de la geografía del Pacífico colombiano ya que no necesitan de un astillero demasiado grande, sino artesanal improvisado, es decir, en cualquiera de los esteros. Son fabricados en áreas de mangle, en la parte selvática y en el bosque, en cualquier espacio con calida de mar”, manifesto el contraalmirante Carlos Alberto Serrano.