Durante su visita a la COP28 el presidente Gustavo Petro incluyó a Colombia en la decena de países firmantes del Tratado de no Proliferación de Combustibles Fósiles. Una iniciativa acorde con la idea del mandatario por acelerar la disminución del uso de elementos como el petróleo, el carbón y el gas.
“Como presidente de la República de Colombia, que a pesar de que aún vive del petróleo y del carbón y hace esfuerzos por escaparse de él, no me cabe ninguna duda de cuál posición tomar, la posición es al lado de la vida. Y hoy en la humanidad, al lado de la vida significa al lado de ustedes”, aseguró el presidente al confirmar la firma del tratado.
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La declaración urge por “detener la exploración y la expansión de proyectos basados en combustibles fósiles” como una medida inmediata y ambiciosa para lograr los objetivos climáticos de París, basados en que se debe organizar la producción de gas, petróleo y carbón.
Así mismo, el tratado Lofoten, como también es conocido, señala que son los ricos productores de combustibles fósiles quienes tienen la responsabilidad y la obligación moral de liderar el fin del uso de ese tipo de elementos y organizar la producción actual.
La declaración señala que sí existe evidencia científica de que el uso del carbono en la producción de combustibles fósiles llevará al mundo a superar los límites climáticos. Sostiene que la nueva exploración y producción no es compatible con las estrategias para impedir el sobrecalentamiento, por lo que los proyectos actuales deberían terminarse anticipadamente.
“Esto no es un suicidio económico. Estar aquí es tratar de detener un suicidio. La palabra exacta es, en español, omnicidio, la muerte de todo lo vivo, la muerte integral de todo lo existente. El omnicidio es un suicidio a la potencia planetaria”, señaló el presidente Petro.
El mandatario colombiano reiteró durante la COP28 que el país ha detenido la concesión de nuevos contratos de exploración yacimientos de petróleo, gas y carbón. Sin embargo, mantiene los que fueron firmados y la explotación de los mismos.
La firma de Colombia de la declaración Lofoten sorprendió debido a que es el primer país no insular y de América Latina en suscribirlo. Además, porque la economía nacional depende principalmente de los hidrocarburos y se ubica como la cuarta nación de producción en el continente, por lo que se convirtió en el segundo país productor de petróleo en firmarlo.
El Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles fue propuesto en 2019 por archipiélagos del Estado del océano Pacífico en Asia y el Caribe, pero no ha logrado una amplia aceptación por parte de otros estados. Hasta la fecha lo han suscrito once: Tuvalu, Timor-Leste, Antigua y Barbuda, Fiji, Vanuatu, Islas Salmón, Tonga, Niue, Timor Oriental, el Parlamento Europeo, Palau y el último Colombia. Así mismo lo han firmado 95 ciudades y gobiernos subnacionales.
La acción del presidente Petro produjo felicitaciones por parte de mandatarios firmantes, como Gaston Browne, primer ministro de Antigua y Barbuda, que señaló que la llegada de Colombia a ese grupo de naciones reforzaba la posición colectiva y reconoció el liderazgo del mandatario por buscar energías limpias.
Sandra Valenzuela, directora ejecutiva de WWF Colombia, una de las organizaciones más grandes de preservación ambiental también reconoció el hecho. “Como dijo el presidente colombiano, estar del lado de la vida es estar del lado opuesto a los combustibles fósiles. Comprometerse a eliminar progresivamente los combustibles fósiles es estar del lado de la vida y de la salud, ya se trate de un país productor o no”, afirmó.
Incluso, el actor Mark Ruffalo también destacó la firma del presidente. “En la cumbre climática de la ONU de este fin de semana, Gustavo Petro, el presidente del país, se comprometió a detener la expansión de la explotación de carbón, petróleo y gas y reorientar a su nación lejos de esos “venenos”. Colombia es la primera gran economía en respaldar un tratado de no proliferación de combustibles fósiles”, señaló.