El debate sobre el alza del salario mínimo para 2024 tiene toda la atención de los colombianos ante las recientes propuestas del ajuste en la remuneración de 2,2 millones de trabajadores.
Sectores sostienen que incrementar dicha remuneración promueve el bienestar laboral, disminuye la pobreza y potencia la economía al mejorar el poder adquisitivo. En contraste, otros advierten que tal aumento podría elevar los costos para los empresarios, lo que provocaría un posible descenso en la creación de empleo o un incremento en los precios de bienes y servicios.
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El principal argumento de quienes apoyan un salario mínimo más alto es que conlleva a una mejora sustancial en la calidad de vida de los trabajadores, facilita una distribución más equitativa de la riqueza y, por ende, coadyuva al dinamismo económico. Por otra parte, aquellos que se oponen a esta medida advierten del riesgo de que las empresas deban enfrentar mayores gastos operativos, lo que posiblemente desembocaría en una contracción del mercado laboral, y/o un incremento en los costos de producción que finalmente impactarían al consumidor.
De acuerdo con el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, es importante resaltar que esta conversación no solo tiene implicancias económicas, sino que también afecta la vida diaria de muchos trabajadores que ven en el incremento del salario mínimo una oportunidad de alcanzar una estabilidad financiera mínima.
“Si bien el diálogo entre los distintos actores sociales y económicos es fundamental, aún no hay un consenso claro sobre el camino a seguir que garantice tanto la prosperidad económica como la justicia social”, dice el centro de análisis e investigación.
Por eso, el mismo recalca que hablar del salario mínimo, inevitablemente, es hablar de la relación que existe entre empleado y empleador y cómo se relacionan con los costos y beneficios del salario mínimo.
Para 2023, el salario mínimo es de $1′160.000. Sin embargo, esta cifra no refleja el costo para el empleador de contratar a alguien y remunerarlo con un salario mínimo. Con el fin de identificar el costo para el empleador, es necesario tener en cuenta el auxilio de transporte, las primas, los intereses de cesantías, el pago de vacaciones, el aporte a cesantías, el aporte de salud, el aporte a pensión, el seguro de riesgos laborales, el aporte a caja de compensación y la dotación de calzado y vestido
Teniendo en cuenta estos costos adicionales, el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana aclaró que el costo para un empleador de contratar a alguien por el monto de un salario mínimo (con todas las prestaciones legales) es de $1.803.561. El costo llega a esta cifra al desagregar los costos adicionales en los que incurre el empleador para inferir lo que se puede denominar como el salario bruto.
Esto, ya que un empresario debe pagar, además del salario fijo, todo lo que tiene que ver con auxilio de transporte ($140.600), primas ($96.667), intereses de cesantías ($11.600), pago de vacaciones ($48.372), aporte a cesantías ($96.667), aporte de pensión de la empresa ($139.200), ARL ($6.055), caja de compensación ($46.400) y calzado y vestimenta ($58.000).
Salario neto
Dicho lo anterior, algunos de los costos adicionales para la empresa representan un ingreso disponible para el trabajador. Sin embargo, el trabajador también tiene que hacer aportes a salud y pensión.
El cálculo del ingreso disponible, el cual se puede denominar como salario neto, termina siendo (mensualmente) $1.364.439 para los trabajadores que reciben una remuneración de un salario mínimo.
Este resultado viene de sumar el auxilio de transporte ($140.600), primas ($96.667), intereses de cesantías ($11.600) y pago de vacaciones ($48.372) y de restar los aportes del empleado a salud ($46.400) y pensión ($46.400).
Sobrecostos laborales
Al comparar el salario neto con el salario bruto se visualizan los costos en los que se incurre en una relación laboral. En total, los sobrecostos representan $439.122, un 24% del salario bruto y un 32% del salario neto. No obstante, estos sobrecostos no tienen en cuenta otros costos implícitos, como por ejemplo el costo en que se incurre al despedir a alguien que tenga mucho tiempo trabajando en la empresa.
“Los sobrecostos representan lo que le cuesta a los empleados recibir la protección social que ofrece la formalidad. Esta protección se manifiesta en semanas de cotización a pensión, seguro al cesante, seguro de riesgos laborales, y acceso a los beneficios de las cajas de compensación”, expuso el observatorio.
En este punto es importante resaltar que el trabajo formal no beneficia a aquellos trabajadores que valoren la protección social por debajo de los $439.122 que cuesta. Este perfil de trabajadores tiene incentivos adicionales para buscar un trabajo informal.
Aumento del 10%
Así las cosas, si para el 2024, se asume un aumento del 10% en el salario mínimo, mientras que este sería de $1.276.000, el salario bruto sería de $1.983.000 y el salario neto sería de $1.500.883. Entonces, los costos de la relación laboral para 2024 sumarían $483.034.
“La generación de empleo formal no sólo se ve afectada por el salario mínimo. También se ve afectada por la brecha entre el salario neto (el ingreso disponible para el trabajador) y el salario bruto (el costo para el empleador)”, explicó el Observatorio.
Por lo tanto, apuntó que la discusión del salario mínimo en Colombia debe transparentar tanto lo que le cuesta al empleador como lo que recibe el empleado. El mismo advirtió que es crucial que esta discusión se base en un diálogo inclusivo entre diversos actores: trabajadores formales, informales, desempleados, empleadores, Gobierno y sociedad civil.
El Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana finalizó al anotar que un consenso informado y sostenible es fundamental para alcanzar un salario mínimo que sea justo y equitativo, pero también ajustado a las realidades económicas del país, donde más de la mitad de los trabajadores son informales y donde la gran mayoría de ellos ganan menos de un salario mínimo.