En la mañana del domingo 3 de diciembre, la Procuraduría General de la Nación citó a la alcaldesa de Santa Marta, Virna Lizi Johnson Salcedo, a rendir cuentas por presuntos errores en el proceso de licitación para contratar las obras del acueducto de El Curval.
Según la entidad, esta obra podría costarle cerca de $1,6 billones al país, “sin plena claridad frente a las observaciones hechas por el Ministerio Público a la licitación para la construcción del Acueducto El Curval, la alcaldesa, Virna Lizi Johnson Salcedo, decidió seguir adelante con el proyecto”, informó la Procuraduría en un comunicado.
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Y afirmó en el escrito que cuando había hecho advertencias del proceso se había referido a varias deficiencias como: el tipo de contrato, el plazo de ejecución, su forma de financiación y de pago establecida en los pliegos de condiciones.
Según la Procuraduría: “En el proyecto se busque comprometer presupuestalmente a la ciudad hasta el año 2052, además de poner en riesgo el patrimonio público, pues están en juego 1,6 billones de pesos”. Por lo que la Procuraduría Primera Delegada para la Vigilancia Preventiva de la Función Pública solicitó la comparecencia de la mandataria, para el martes 5 de diciembre en la capital del país.
La Contraloría también se pronunció
Por todo esto, la Contraloría General de la República, hizo algunas observaciones en el caso y anunció que iniciará control preventivo al proceso licitatorio para la construcción del nuevo Acueducto de Santa Marta “específicamente al contrato que se suscriba, así como a la ejecución del proyecto”.
El ente de control afirmó que esta medida se toma con el objetivo de hacer seguimiento a los riesgos que se han evaluado hasta la fecha y a los que se puedan presentar durante el desarrollo de la obra. Algunos de los riesgos mencionados fueron:
“La forma de pago planteada para la ejecución de las obras y la carencia de un estudio de financiamiento, que analice diferentes alternativas de crédito. Se tiene previsto que se hagan pagos anuales durante 30 años, que implican una financiación del 100 % a través del contratista (....)”, añadió la Contraloría.
Por otra parte, la Contraloría advirtió que los requerimientos financieros de la licitación no tienen concordancia con la forma de pago y figura exigencias superiores de capacidad financiera a las de un proyecto de obra pública tradicional ‘’lo cual podría causar parálisis o abandono de los trabajos por parte del contratista, por falta de liquidez para atender el flujo de caja de inversión en la etapa de construcción’'.
“También ha señalado que, con las condiciones actuales de licitación, se podría estar incurriendo en una financiación onerosa a través del contratista comparativamente con otras alternativas de crédito, que no han sido estudiadas. Este sobrecosto financiero podría ser de dimensiones importantes”, puntualizó el ente fiscalizador.
Abrebocas del proyecto que está en la lupa
La administración busca captar el agua de los ríos Guachaca y Buritaca con dos bocatomas filtrantes, dos estaciones de rebombeo, un tanque de carga, una planta de tratamiento automatizada, además de contar con 130 kilómetros de redes de distribución y más de 120 kilómetros de tuberías para la impulsión y conducción.
Esta obra está pensada para ser desarrollada en dos fases; la primera, con una inversión de $1,2 billones, que se pretende desarrollar en 36 meses (de enero de 2024 a 2027), para este momento se pretende construir 13 de los 16 componentes que tiene el sistema para entregar 2.400 litros por segundo.
La construcción del río Guachaca consta de tres estaciones de bombeo con sus redes de impulsión, un tanque de carga, la planta de potabilización El Curval, los tanques de Simón Bolívar y El Yucal, las redes de conducción hacia los mimos y la conexión a la red de acueducto existente.
Para el caso de la segunda fase, con una inversión superior a los $330 mil millones, se pretende construir el nuevo acueducto para Bonda y 24 barrios por donde pasa la red de conducción que lleva el agua de El Curval a la ciudad.
Durante la etapa se construirá la bocatoma de Buritaca, su estación de bombeo y la red de impulsión para reforzar los 2.400 litros por segundo para abastecer a la ciudad desde el río Guachaca.