Medellín y Antioquia han sido estigmatizados durante varios años por culpa de Pablo Escobar y la oleada de violencia que protagonizo el capo en los 80 y 90; sin embargo, en la actualidad ha dejado de ser la región conocida por el jefe del cartel de Medellín, para brillar con luz propia.
La capital de este departamento llegó a ser la ciudad más peligrosa del mundo, haciendo de Antioquia un lugar al que los turistas temían visitar, pero actualmente Medellín recibe más de 1.400.000 personas al año, mientras que las zonas aledañas se potencian como espacios apetecidos por los extranjeros y connacionales.
Aunque se siguen registrando casos en los que las personas visitan la región para conocer la historia de Pablo Escobar, son cada vez menos, o por lo menos, este ya no es el único atractivo.
Desde la Secretaría de Turismo de Antioquia entienden que el morbo que genera Escobar no se va a terminar, pero afirman que conocer la cicatrices del departamento solo potencia aún más la actualidad cultural de su transformación.
Antioquia más allá de Escobar
Por fuera del Museo Pablo Escobar, el “narcotour” que ofrecen algunas agencias, y la Hacienda Nápoles, que se ha transformado en un parque temático, Antioquia esconde un sinfín de lugares turísticos.
Solo en Medellín hay múltiples espacios atractivos para visitar, desde el Pueblito Paisa, hasta la Comuna 13. La ciudad ha dejado de ser un sitio peligroso para consolidarse en un destino para visitar, lo que hizo que la revista Forbes lo señalará como uno de los 50 sitios para turistas en 2023.
Sumado a ello, en Brasil consideran que el trabajo social registrado en Medellín es un ejemplo para el mundo, por lo que ha sido tomado para intentar cambiar la situación de las favelas, resaltando que los problemas de seguridad no se resuelven únicamente con más policía, sino también con estrategias de apropiación del territorio.
En diálogo con Infobae Colombia, el secretario de Turismo de Antioquia, Juan David Blanco, resaltó las cualidades de Antioquia como región turística de Colombia, sumado a los retos que han sido afrontados para mitigar que la región sea visitada por las secuelas que dejó Escobar.
¿Qué cambió ha tenido la región desde el 2 de diciembre de 1993?
Uno de los elementos esenciales ha sido la transformación, no solo urbana sino rural, de todo Medellín y el departamento de Antioquia. Cuando hablamos del concepto de Ciudad Región, hablamos del cambio, porque en la década de los 90 el fenómeno de la violencia del narcotráfico nos marcaba la agenda nacional. Ahora, con la inversión se generó un viraje importantísimo en lo que ha sido el desarrollo del país, que genera unas condiciones y ha permitido pasar esa página. Esto se ve evidenciado en un crecimiento y en tendencias de inversión, de llegadas de visitantes extranjeros no residentes, también se permitió abrir la puerta a una cantidad de territorios vetados, una cantidad de oportunidades que anteriormente no se concebían como un eje de desarrollo económico.
¿Estos cambios tras la huella que deja Escobar en dónde se ven reflejados?
En los municipios que por los índices de violencia estaban escondidos, ya comenzamos a ver el turismo de naturaleza y la magia que tiene Antioquia en las subregiones que ha estado escondida, estos comienzan a ser destinos emergentes y nos complementa en los últimos años en los que se ha incrementado de forma significativa el tiempo medio de permanencia del turista, pasando de tres hasta a nueve días.
¿Cómo han intentado salir de la influencia de Pablo Escobar en el turismo de la región?
Ha sido enfocarnos en cuáles son las virtudes y las bondades de nuestro territorio, porque somos potencia en avistamiento de aves, en cantidad de anfibios que tenemos, en superficie de áreas protegidas, en pisos térmicos, en que tenemos desde mar hasta páramos, y todo eso son elementos que nos hacen únicos, que nos hacen diferenciadores en el mundo, y precisamente ahí es que hemos estado enfatizando en cómo comenzamos a desarrollar esa identidad y posicionarnos alrededor de esos elementos que son únicos.
¿La imagen de Pablo Escobar debe salir del turismo en Antioquia?
Por su puesto que no se puede dejar de lado la historia. La historia y esto lo hemos aprendido de experiencias internacionales, hay que conocerla, hay que culturizarse alrededor de esta para que no suceda lo que no debió haber sucedido y para aprender a partir de estos elementos.
¿Creen que es negativo que los turistas visiten la ciudad para conocer la historia de Pablo Escobar?
Para nosotros, lo que está mal hecho es que se desarrollen actividades turísticas y se presten servicios alrededor de idealizar a una persona o una estructura criminal que le hizo tanto daño y en algunos casos le siguen haciendo daño a nuestra sociedad y a nuestro país. Eso es lo que está mal. Porque se comienza a idealizar un estilo de vida basado en lujos, basado en una cantidad de cosas que eso si no somos, eso no nos representa y eso es lo que no queremos.
Cinco lugares para visitar en Antioquia lejos de la historia de Escobar
Guatapé: a poco menos de dos horas de Medellín, este municipio es uno de los espacios que recibe más turistas del país. La represa y la Piedra del Peñol son los principales atractivos de este lugar, sumado a esto, se ha convertido en un espacio entregado al turismo, por lo que las casas están adornadas con zócalos, que son esculturas que se fijan en las fachadas para exhibir oficios y lugares.
Jericó: sus pobladores afirman que la auténtica arquitectura paisa se encuentra allí. Ubicado al suroeste de Antioquia, Jericó es uno de los principales parajes religiosos de la región, desde la calle de las 100 escaleras, hasta el Santuario del Inmaculado Corazón de María, son algunos de los sitios más llamativos; además, es el municipio en el que nació la única santa de Colombia, la madre Laura Montoya Upegui.
San Rafael: a dos horas y media de Medellín, este municipio tiene una biodiversidad, flora y fauna que lo diferencian por completo de cualquier sitio turístico; de la misma forma, sus cascadas y piscinas naturales lo convierten en el lugar ideal para pasar un fin de semana de descanso.
Urrao: con el estreno de la novel de Rigoberto Urán, ciclista colombiano nacido allí, seguramente su nombre es más conocido en la actualidad, pero antes de esto ya era considerado el paraíso escondido de Antioquia, sus paisajes y ecosistema lo convierten en el espacio del turismo arqueológico y cultural de la región.
Sonsón: llamado popularmente La Ciudad de las 5.000 esquinas, este municipio cuenta con su propia red de museos con los que se busca preservar la historia del departamento; además, es conocido porque los turistas llegan allí para practicar múltiples deportes extremos.