Se completan dos semanas de enfrentamientos en el sur del departamento de Bolívar, en medio de una creciente ola de violencia por parte de tres grupos armados que intentan apoderarse del territorio y controlar la minería ilegal. Según informó la Defensoría del Pueblo, hasta el momento, la cruzada violenta ha obligado a 858 familias a dejar sus hogares y buscar refugio en otras ciudades. En total, unas 2.137 personas están desplazas por la violencia que ha dejado la batalla entre el ELN, disidencias de las Farc y el clan del Golfo.
Y es que los municipios de Montecristo, Santa Rosa del Sur, Arenal, Morales y Cantagallo, se han convertido en el epicentro de una lucha encarnizada por el control de las minas de oro y plata en la serranía de San Lucas. Esta área, rica en recursos naturales, ha sido tradicionalmente una de las principales productoras de hoja de coca y un centro de actividad para la minería ilegal.
Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel y en Google News.
Según fuentes de inteligencia citadas por El Tiempo, el actual conflicto se centra en el deseo de varios grupos armados, entre ellos el ‘clan del Golfo’, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidencias de las Farc, por dominar estas minas. Se estima que la producción mensual de oro en la región es de alrededor de siete toneladas, con aproximadamente la mitad proveniente de actividades ilegales.
“No es necesario irse a Gaza para saber lo que es una guerra. El miedo y el sonido de las balas a toda hora no han dado tregua para tener un momento de tranquilidad”, comentó uno de los líderes sociales del municipio de Montecristo al medio citado.
Pero los actos violentos en el departamento no serían un tema nuevo. Según publicó la Defensoría del Pueblo en una alerta temprana del 28 de septiembre, se advirtió sobre la intensificación del conflicto en la región, además de señalar el riesgo para la población civil debido a la presencia simultánea de varios grupos armados.
“El hecho de que tres grupos al margen de la ley coexistan en un territorio triplica en igual medida el riesgo para la población civil de ser objeto de conductas vulneratorias por parte de cualquiera de los actores armados”, señaló la entidad en un comunicado.
Aunque los recientes ataques hicieron que las autoridades tomaran partido del conflicto, enviando un componente especial de las Fuerzas Militares para desplegarse en la zona con el objetivo de garantizar el retorno de las familias desplazadas, el temor entre los habitantes persiste y, lamentablemente, el número de personas abandonando sus hogares sigue en aumento.
En cuanto a los insurgentes, los trabajos de inteligencia han permitido detectar a los cabecillas que están detrás de los enfrentamientos en el sur de Bolívar. Se trataría, presuntamente, de alias ‘Veterino’ y ‘Bejuco’, quienes estarían liderando el clan del Golfo; ‘Tuco’ o ‘Betico’ y ‘Mara’ serían las cabecillas del ELN para quedarse con el oro y la plata del departamento, y ‘Aldemar Ríos’, ‘Orinson’ y ‘Sharon’ serían los líderes por parte de las disidencias de las Farc.
Pero la guerra contra el territorio sería más fuerte ahora, después de que se pudiera conocer que tanto el frente 37 de las disidencias de las Farc, como el ELN, estarían aliados para retirar de la zona al clan del Golfo. El interés de los grupos ilegales radicaría en las casi 400 minas ilegales que existen en la serranía de San Lucas, que producen una cifra estrafalaria de forma mensual.
“Se cree que solo en la zona minera de San Lucas se producen cerca de 150 kilos de oro semanal y el kilo se vende a 250 millones de pesos”, señaló una fuente de inteligencia a El Tiempo.
De hecho, el negocio del oro y la plata sería tan lucrativo que, a pesar de ser una de las zonas con más cultivos de hoja de coca sembrada, en total unas 10.300 hectáreas, los ilegales ya no parecen estar interesados en quedarse con los cultivos, pues su precio en el mercado ha disminuido notoriamente.