Graduar a 105 niños en el Chocó fue todo un acontecimiento. Emocionada por la labor realizada, Shakira se mostró orgullosa por conseguir esa meta recientemente. Sin embargo, no siente que ese haya sido el final de su trabajo por las comunidades, sino que asegura que aún queda mucho camino por recorrer y ya tiene planes para ello.
Y si bien es reconocida por lo que hace en los escenarios, la barranquillera también ha hecho eco a nivel global por sus acciones de caridad, las cuales han estado canalizadas principalmente a través de su fundación Pies Descalzos, que tiene como primer campo de acción el apoyo a las actividades educativas en poblaciones vulnerables.
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Por tratarse de su tierra, Colombia ha sido el país más beneficiado por las donaciones de la artista. Su fortuna, avaluada en más de 300 millones de dólares, tiene un porcentaje representativo para ayudar a otros, especialmente a aquellos sin posibilidades de acceder fácilmente a derechos fundamentales.
Así lo detalló en una entrevista reciente concedida a la revista Hola! en la que el tema central fueron sus aportes a la comunidad. En la conversación reveló que su principal obsesión actual con la beneficencia que dirige es “llegar a los lugares más remotos de Colombia, donde no hay infraestructuras ni agua potable. No hay recursos básicos, ni siquiera vías pavimentadas, y hay niños que mueren de desnutrición. Entonces, yo entro, meto dinero de mi bolsillo, además de conseguir recursos del sector privado y compromisos estatales”.
Asimismo, expresó que siente que todo ese trabajo por conseguirlo es lo que ha hecho que Pies Descalzos sea “la segunda fundación más reconocida de Colombia después del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, que es del Estado. Esta credibilidad tan importante nos permite seguir consiguiendo recursos para ponerlos al servicio de la infancia más desprotegida y vulnerable”.
Justamente ese prestigio público es lo que ha hecho que otras oenegés o fondos privados se interesen en unirse a su causa, permitiendo que otras obras sean construidas. Mientras hablaba sobre eso, recordó el Colegio Nuevo Bosque, que inauguró personalmente en su natal Barranquilla hace algunos meses.
“También estamos centrados en el tercer año de colaboración con la Fundación Educate a Child, de Catar, que nos ha permitido llegar a 60.000 niños que estaban desescolarizados o en riesgo de abandonar los estudios. Tenemos seis escuelas más que están en distintas fases de desarrollo y construcción. Aparte de los 7.000 niños que atendemos actualmente, hemos llegado a impactar a más de 150.000, pero con cada logro nuevo nos ponemos más retos”, siguió mencionando.
Shakira aclaró que no es solo la entidad norteamericana la que la ha ayudado, sino importantes empresarios. En ese sentido, confesó que fue gracias a Warren Buffett (director ejecutivo de Berkshire Hathaway) “que hemos conseguido que sea nuestro socio y con quien construimos uno de nuestros primeros colegios en Quibdó y con quien estamos construyendo otro megacolegio en Tibú, ambos lugares muy cerca de la frontera con Venezuela. Quiero seguir construyendo más escuelas. Llegar a todos los rincones de Colombia a los que no llegan los recursos ni la educación”.
Sin embargo, la atlanticense reveló un detalle que no era muy conocido hasta el momento y se trata del impacto de su iniciativa en otros lugares del mundo. A su vez explicó que está pensando en dar inicio a un proyecto que aborde otra problemática social distinta a la de la educación.
“Hemos construido ya diez centros de primera infancia no solo en Colombia, sino también en México y Argentina. También queremos poder atender a la población de refugiados de Venezuela en la región de Maicao, que es una de las ciudades que más necesidades tiene”, contó en el diálogo con el medio citado.
Ya acerca de sus sentimientos personal al respecto, indicó que no va “a descansar hasta que en todos esos lugares haya una escuela que sea el centro del que se beneficia toda la comunidad. Vamos a seguir trabajando en las zonas rurales en las que no hay infraestructuras. Colombia es una tierra fértil, de mentes curiosas y talento puro, pero casi un millón de niños siguen desescolarizados o fuera del sistema y no dejaré de luchar hasta que todos los niños de mi país estén escolarizados”.
Finalmente, recalcó su compromiso personal al decir que “hasta el día que me muera estaré trabajando por la educación, para que estos programas estén en toda Latinoamérica. Creo que hay mucho por hacer y a mí me queda mucho trabajo por delante”.